Hugh Mangum: El fot¨®grafo que desafi¨® las leyes de segregaci¨®n
Se exhibe por primera vez en Europa la obra de este desconocido fot¨®grafo que retrat¨® la diversidad racial de Estados Unidos
En una granja abandonada a orillas de un r¨ªo Eno, en West Point on the Eno, Durham, Carolina del norte, se encontraron en los a?os setenta cerca de setecientos negativos en blanco y negro. El tiempo hab¨ªa dejado su inevitable huella en estas placas de cristal, algunas de ellas rotas, desperdigadas entre la paja de un granero y el que hab¨ªa sido el cuarto oscuro de su autor, Hugh Mangum (1877-1922), quien muri¨® inesperadamente a los 44 a?os. Condenados a la demolici¨®n, los edificios fueron salvados en el ¨²ltimo momento y con ellos el importante legado del fot¨®grafo. Una peque?a parte de su obra puede verse en la galer¨ªa C¨¢mara Oscura de Madrid. Se trata de la primera exposici¨®n organizada en Europa del desconocido autor.
La muestra est¨¢ compuesta por 11 retratos. Impresos a distintos tama?os, sus protagonistas nos observan desde un pasado de m¨¢s de un siglo a trav¨¦s de una variedad de gestos y expresiones, raros de encontrar en los habitualmente r¨ªgidos retratos de la ¨¦poca. En algunos casos las figuras de los retratados se superponen. Todos ellos fueron realizados durante un tiempo caracterizado por una creciente discriminaci¨®n racial, y, sin embargo, nos encontramos con personajes de raza negra. ¡°Mangum rompi¨® los estereotipos de la ¨¦poca¡±, destaca el galerista Juan Curto, quien define el conjunto como ¡°un proyecto de arqueolog¨ªa fotogr¨¢fica¡±, un tipo que trabajo al que estamos m¨¢s acostumbrados a ver en un museo que en una galer¨ªa comercial. ¡°Un descubrimiento de un gran fot¨®grafo art¨ªstico no se hace todos los d¨ªas¡±.
Mangum era un fot¨®grafo itinerante cuando, en la ¨²ltima d¨¦cada del siglo XIX, en los Estados sure?os de Estados Unidos entraron en vigor las leyes de segregaci¨®n racial conocidas como "Jim Crow". El matrimonio entre razas quedaba prohibido, las tiendas, restaurantes y hoteles deb¨ªan habilitar ofrecer distintos accesos para la gente de color y se establecieron escuelas separadas, as¨ª como medios de transporte. El fot¨®grafo se desplazaba en tren por Carolina del Norte, Virginia y Virginia del Oeste. All¨ª montaba un estudio al que daba acceso a todo tipo de clientela: negros y blancos, ricos y pobres. Aun as¨ª, no existe suficiente evidencia que asegure que su intenci¨®n fuera desafiar las leyes. ¡°Por aquel entonces exist¨ªan varios estudios de retratos permanentes en la zona. Cabe la posibilidad de que abriera uno al comienzo de su trayectoria como fot¨®grafo, y que m¨¢s tarde lo abandonar¨¢¡±, comenta Margaret Sartor, comisaria de la exposici¨®n junto con Alex Harris (ambos son investigadores en la Universidad de Duke, donde se conserva el archivo del fot¨®grafo, y han editado un monogr¨¢fico, Where We Find Ourselves: The Photographs of Hugh Mangum, 1897-1922). ¡°La evidencia sugiere que ser itinerante le hac¨ªa menos responsable ante las cada vez m¨¢s restrictivas leyes de segregaci¨®n. Pero tambi¨¦n es verdad que realmente simpatizaba con la gente. Le interesaba cada individuo, y ser itinerante aumentaba la posibilidad de hacer m¨¢s retratos. Los estudios permanentes normalmente atra¨ªan a una clientela de clase alta que ten¨ªa que dejar firmado su encargo. En la mayor¨ªa de las poblaciones de Virginia y Carolina del Norte la gente era analfabeta, y Mangum no exig¨ªa ning¨²n registro lo que tambi¨¦n contribu¨ªa en atraer a m¨¢s clientes¡±.
¡°Ten¨ªa una capacidad asombrosa de lograr que la gente se relajase y posase con alegr¨ªa; de forma natural. Si bien por aquel entonces la fotograf¨ªa hab¨ªa comenzado a ser m¨¢s accesible econ¨®micamente, la cantidad de luz disponible segu¨ªa determinando el tiempo de posado. Mangum disparaba solo una vez y cada disparo es alegre, lo que demuestra su destreza¡±, destaca Sartor. Autodidacta como fot¨®grafo, estudi¨® arte en el Salem College. Utilizaba una c¨¢mara Penny Picture que le permit¨ªa hacer hasta 30 exposiciones en una sola placa de cristal. Esto se traduc¨ªa en precios m¨¢s competitivos para la gente menos pudiente. ¡°Resulta f¨¢cil establecer comparaciones entre Mangum y el fot¨®grafo alem¨¢n August Sander en cuanto a que ambos captaron una muestra representativa de los individuos que componen una sociedad¡±, apunta Harris ¡°Pero existe una diferencia destacable: Sander ten¨ªa en mente un proyecto ¨¦tico, en el que desarroll¨® una taxonom¨ªa por la cual la gente quedaba definida por su profesi¨®n y su procedencia de clase. Mangum era mucho m¨¢s democr¨¢tico. Trataba a todos por igual, de forma que el espectador no tiene la sensaci¨®n de que el autor intente reflejar el lugar del retratado dentro de la sociedad¡±.
Llaman la atenci¨®n los retratos superpuestos. ¡°Cuando se encontraron las placas, algunas estaban pegadas entre s¨ª¡±, se?ala Harris. ¡°En algunos casos no fue posible separarlas durante el proceso de restauraci¨®n. Pero en otras ocasiones, debido a un error, el autor expon¨ªa dos veces el negativo, dando como resultado esta sobreposici¨®n¡±. Aun as¨ª, los comisarios decidieron incluirlos en la exposici¨®n con el fin de mostrar la acci¨®n de los distintos agentes de alteraci¨®n y deterioro en las placas de cristal. Tambi¨¦n sorprende al espectador que, pese a tratarse de obras realizadas en blanco y negro, se encuentra con copias en color. "Hemos querido mostrar el colorido causado por el impacto del tiempo. De ah¨ª que el color y el deterioro se convierten en met¨¢foras", destaca Harris. Met¨¢foras que hablan de la fragilidad de la memoria y de su condici¨®n cambiante.
¡°A pesar de pertenecer a un tiempo pasado, los retratados se relacionan con el momento actual. Nos conmueven y nos hacen pensar en la gente de nuestro tiempo. Nos dan la impresi¨®n de que son ellos los que nos miran¡±, apunta Sartor. ¡°En un momento como el actual, en el que nos vemos obligados a volver la mirada atr¨¢s y revisar nuestra historia y c¨®mo esta ha sido interpretada, estos retratos se suman a la narrativa del presente, a nuestras asunciones sobre las mujeres, sobre las clases sociales, sobre la raza y sobre la sociedad en general. Nos ofrecen las im¨¢genes que necesitamos para enfrentarnos al futuro, porque de alguna forma parecen habitar un mundo mejor que el que cre¨ªamos que habitaban. Aunque esto solo fuera a trav¨¦s de la mirada del fot¨®grafo, nos muestran la posibilidad de una sociedad multirracial. Algo que nunca hubi¨¦semos pensado que pod¨ªa existir entonces, pero la evidencia est¨¢ en estos negativos. El olvido y el deterioro de estas placas, es una met¨¢fora de una historia pasada en la que quiz¨¢s no nos hemos detenido con la atenci¨®n necesaria, y en la que podemos encontrar muchas contradicciones. Creo que lo que hace realmente algo poderoso al arte y a la fotograf¨ªa es precisamente su capacidad de encarnar las paradojas del tiempo; del deterioro, del da?o y de la fatalidad¡±.
Vea im¨¢genes de esta exposici¨®n en esta fotogaler¨ªa.
Hugh Mangum. Where We Find Ourselves. Galer¨ªa C¨¢mara Oscura. Hasta el 28 de marzo
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