El erizo sin ambiciones

La primera pel¨ªcula de la historia del cine hollywoodiense basada en un videojuego fue Super Mario Bros., la dirigieron en 1993 Annabel Jankel y Rocky Morton, y fue un fracaso may¨²sculo pese a la presencia de estrellas como Bob Hoskins y Dennis Hopper. Desde entonces, los vetustos y primigenios juegos para m¨¢quinas recreativas y primeras plataformas de m¨ªticas casas japonesas como Nintendo y Sega han sido adaptados a la gran pantalla con formas y tonos tan distintos que los productos resultantes apenas tienen nada que ver entre ellos: animaci¨®n (?Rompe Ralph!) o acci¨®n real (Street Fighter); fantas¨ªa (Mortal Kombat), terror (House of Dead), y hasta comedias familiares como la que hoy se estrena, Sonic, la pel¨ªcula, basada en los videojuegos de principios de los a?os noventa de la empresa Sega.

Pero, ?c¨®mo puede llevarse al cine una historia tan alicorta y lineal como la del erizo alien¨ªgena que corre a la velocidad del sonido? En Paramount, la productora, han pensado que hab¨ªa que tirar del hilo de dos referentes b¨¢sicos: la estructura de E. T., el extraterrestre y sus m¨²ltiples suced¨¢neos posteriores, con la llegada del protagonista a la Tierra y la denodada b¨²squeda del ser por parte de peligrosas y oscuras vertientes militares del estado; y Alvin y las ardillas, tanto en el tono de comedia familiar como en la presunta comicidad que se va desprendiendo del encuentro entre algo irreal, desarrollado con animaci¨®n digital, y los seres humanos encargados de protegerlo, con int¨¦rpretes de carne y hueso.

El resultado es una pel¨ªcula cuya ¨²nica virtud es la falta de ambici¨®n, donde se echa mano de una antigua estrella, hoy de capa ca¨ªda, pero con gran capacidad para la comicidad gestual, Jim Carrey, y de un actor con cierta simpat¨ªa, James Marsden. El resto, situaciones melifluas para padres acompa?antes sin alergia a la melaza, y risas f¨¢ciles para cr¨ªos que no pasen de los 10 a?os. Quiz¨¢ a principios de los noventa hubiese sido otro desastre como Super Mario Bros.; ahora puede convertirse incluso en un ¨¦xito.