Guardiana de la estepa

El huevo del dinosaurio ¡ª?nd?g (huevo) en su t¨ªtulo original¡ª retoma el paisaje y, de alguna manera, el personaje femenino de La boda de Tuya, pel¨ªcula de Wang Quan¡¯n que en 2007 logr¨® el Oso de Oro de la Berlinale. El cineasta chino regresa al territorio infinito de la estepa de Mongolia para hablarnos otra vez de una mujer admirable. Una pastora que cruza el desierto a lomos de su camello con un cigarro en la boca y un rifle y que vive sola en su peque?a yurta. Apodada Dinosaurio, la rutina de la mujer queda interrumpida cuando otra mujer aparece muerta en medio de la nada y la polic¨ªa le pide que alimente y defienda de los lobos al inexperto agente de 18 a?os encargado de velar el cad¨¢ver.

Lo que ocurre a partir de ese momento no es solo de una arrebatadora belleza visual (la pel¨ªcula se compone de largu¨ªsimas secuencias en las que la c¨¢mara apenas se acerca a sus protagonistas, cuyos ¨ªntimos gestos y dramas descubrimos contagiados por la misma inmensidad de un w¨¦stern), sino una deliciosa ense?anza de c¨®mo en los lugares m¨¢s primitivos y extremos la fortaleza, la sabidur¨ªa y la ternura de una mujer le da mil vueltas a la de muchas de sus cong¨¦neres del primer mundo. Si en La boda de Tuya su protagonista se embarcaba en la b¨²squeda de un segundo marido que la ayudase con el trabajo pero que adem¨¢s aceptase la convivencia con su in¨²til primer esposo, aqu¨ª otra vez los hombres vuelven a jugar ese (casi c¨®mico) papel de mal necesario.

Ganadora de la Espiga de Oro de la ¨²ltima Seminci, la pel¨ªcula confronta la admiraci¨®n que la solitaria pastora ¡ªuna figura cuya autoridad y libertad se mide en las dos secuencias de sexo de la pel¨ªcula¡ª provoca en los locuaces polic¨ªas, en el joven agente o en su exmarido borracho frente al terrible destino de esa otra mujer cuyo cuerpo sin vida recorre en silencio esta preciosa pel¨ªcula.