Memorias de Irlanda
El cineasta ingl¨¦s Michael Powell escribi¨® una novela admirable en la que se observan paralelismos con la pel¨ªcula ¡®El hombre tranquilo¡¯, de John Ford

Ignoraba yo que el cineasta ingl¨¦s Michael Powell, autor de la emocionante Peeping Tom, estrenada en 1960 (el a?o de Psicosis), y de muchas otras realizadas conjuntamente con Emeric Pressburger, hubiera escrito una novela. Pero ah¨ª est¨¢, y lo cierto es que es admirable. La escribi¨® despu¨¦s de dos considerables tomos autobiogr¨¢ficos y se public¨® en Londres en 1975. Sus personajes, todos irlandeses menos el protagonista, est¨¢n esperando la ocasi¨®n apropiada para actuar, como insin¨²a el t¨ªtulo Juego de espera. Si ellos tienen un plan que espera su realizaci¨®n, el lector, asimismo, se encuentra en tensi¨®n a la espera de que los sucesos se desencadenen, mientras va conociendo con placer las piezas que se van disponiendo en el tablero. Powell conoc¨ªa bien Irlanda y se propuso novelar sobre ella para ofrecer una imagen real del pa¨ªs. Un pa¨ªs que, como dice un personaje, sus habitantes aman, pero precisamente por ello no son capaces de reparar.
El autor profundiza obsesivamente en los remordimientos, la tortura del recuerdo, el rencor y el deseo de venganza
El protagonista, Dan O¡¯Connell, canadiense pero hijo de padres irlandeses, regresa a la tierra de sus ancestros para trabajar. Los hechos suceden en el a?o 1952, justamente el mismo en que John Ford rueda El hombre tranquilo. ?Es una coincidencia fortuita o el autor lo concibi¨® as¨ª deliberadamente? No lo s¨¦. La cuesti¨®n es que en la pel¨ªcula tambi¨¦n un hombre, Sean Thornton (interpretado por ?John Wayne), un boxeador quebrantado, regresa a Irlanda, su tierra natal. Tanto Powell como Ford imaginan un lugar donde situar la acci¨®n que no coincida con uno real: en el libro se remodelan escenarios y se modifican nombres de lugares, y en la pel¨ªcu?la se recrea un pueblo irreal con el nombre de ?Innisfree. De estas modificaciones surge, sin embargo, una Irlanda verdadera. Cierto, la pel¨ªcula es una fiesta melanc¨®lica que carece del dramatismo de la novela. Pero la historia de amor es parecida en sucesos y en car¨¢cter. La sensaci¨®n de Dan cuando ve a Sue alej¨¢ndose en un bote es similar a la de Wayne viendo por primera vez a Mary Kate (Maureen O¡¯Hara).
Hay un mundo resplandeciente que se nos ofrece feliz: la presencia grandiosa de un paisaje que tiene vida propia ¡°entre el cielo y el agua¡± y, sobre todo, el uso que de ¨¦l hacen los personajes, largas caminatas, escaladas y navegaciones. Hombre, paisaje y vitales cambios estacionales son uno, todo en un pu?o. Hay otro mundo que se rememora obsesivamente y casi se masca en el cerebro humano. Powell no est¨¢ interesado en arbitrar cuestiones pol¨ªticas sino en el antagonismo personal que permanece invariable en la conciencia de los individuos: la tortura del recuerdo, los remordimientos, el rencor, el deseo de venganza. Es, precisamente, una de estas venganzas la que da paso a los acontecimientos m¨¢s dram¨¢ticos del final. Poco a poco, lo que tiene que suceder sucede hasta un final conmovedor y significativo. Nuestra espera se ha visto ampliamente satisfecha.
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Autor: Michael Powell.
Traducci¨®n: Antonio Iriarte.
Editorial: Reino de Redonda, 2019.
Formato: tapa dura (288 p¨¢ginas).
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