Dokoupil, un pintor en su burbuja
La Casa Encendida de Madrid presenta una selecci¨®n de cuadros del artista checo, militante contra la noci¨®n de estilo
Cuando se levant¨®, Ji?¨ª Georg Dokoupil recordaba el sue?o con total nitidez. ¡°Estaba en una sala grande llena de cuadros enormes, y un amigo se encontraba conmigo. Le pregunt¨¦: ¡®?De d¨®nde vienen estos cuadros?¡¯ y me respondi¨®: ¡®Son tuyos¡±. Entonces era el a?o 2002, y desde aquel momento, el pintor de origen checo residente en Berl¨ªn se puso a trabajar en torno a aquella premonici¨®n: una serie de pinturas que recuperan, fotograma a fotograma, el contenido de todo un filme. ¡°La idea era pintar una pel¨ªcula¡±, resume el corpulento creador en medio de una sala llena de cuadros enormes en La Casa Encendida de Madrid (LCE), que ha reunido una selecci¨®n de sus obras en la muestra Dokoupil. La rebeli¨®n contra el conceptualismo, abierta hasta el 12 de abril.?
Aquella serie de pinturas sobre pel¨ªculas (en el cuadro que se muestra en LCE corresponde a Goldfinger) representa solo una ¨ªnfima parte de las t¨¦cnicas que el artista ha ido explorando a lo largo de su carrera, m¨¢s de 150 seg¨²n sus c¨¢lculos, de las que se exhiben ocho ejemplos en Madrid. Como recuerda el t¨ªtulo de la exposici¨®n, y el propio artista, la motivaci¨®n del joven Doukoupil, estudiante de bellas artes a finales de los a?os setenta, fue siempre la de romper con las cadenas del conceptualismo imperante en la ¨¦poca, desmarc¨¢ndose de la noci¨®n de estilo. ¡°El arte conceptual son instalaciones con palos de madera y una tela encima¡±, argumenta el pintor con tono socarr¨®n y en un espa?ol fluido que dice haber aprendido ¡°en la vida¡±. ¡°Todos mis profesores estaban en contra de la pintura. Y si ellos lo odiaban, entonces para m¨ª lo ¨²nico l¨®gico era pintar¡±, agrega. ¡°Yo quer¨ªa ser un pintor universal¡±.?
Si bien esa rebeld¨ªa empez¨® a fermentar una d¨¦cada antes, fue en el 1989 de la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn cuando, tras sendas estancias en Fr¨¢ncfort? y Nueva York, Dokoupil tom¨® la decisi¨®n de escribir su biograf¨ªa art¨ªstica en cuadros de gran formato ayud¨¢ndose de materiales ins¨®litos como el fuego, la leche materna y las pompas de jab¨®n. As¨ª, dej¨¢ndose llevar solo por sus propios instintos, fue saltando de unos elementos a otros, a cada cual m¨¢s inaudito. Por ejemplo, la lej¨ªa jabonosa que compone su serie de pinturas que ¨¦l define como de ¡°burbujas¡± (eso es lo que parece que representan, en una suerte de semiabstracci¨®n), y que ¨¦l ve ¡°como una respuesta a todo lo que ocurre hoy, que es burbujas y nada m¨¢s¡±.?
¡°La idea era buscar materiales absurdos y hacer una pintura imposible¡±, agrega Dokoupil, en cuyas piezas de LCE se ha servido tambi¨¦n de humo de velas, espuma, im¨¢genes de pel¨ªculas pornogr¨¢ficas o incluso ¡°las matem¨¢ticas¡±, expresadas como l¨ªneas que empiezan con un orden y terminan convirti¨¦ndose en caos. ¡°Ese cuadro es el retrato de una novia que ten¨ªa cuando lo pint¨¦¡±, explica Dokoupil frente a la obra de LCE en la que aplica esa materia, un enorme lienzo rectangular en el que se distinguen unos ojos y unos labios rojos bajo centenares de trazos desordenados, as¨ª como varios agujeros en la tela. ¡°Mientras lo pintaba fumaba puros, y el cuadro me pidi¨® que lo quemara¡±, asegura con su voz entre guasona y grave, coronado por un gorro azul cielo que le acompa?a durante todo el recorrido por la muestra.?
El humor y la iron¨ªa, no cabe duda, ponen la guinda de los ingredientes con los que este pintor a contracorriente desarrolla su trabajo, inspirado por ¡°artistas¡± que van desde ¡°Di¨®genes a S¨®crates, Marco Aurelio, Till Eulenspiegel, Gauguin, Molla Nasreddin y Svejk¡±. Ante otro de sus lienzos, una imagen figurativa en la que se ve a un perrito sodomizando a un hipop¨®tamo a la luz de la luna, proclama solemne las que fueron sus intenciones al concebirlo: ¡°Quer¨ªa hacer el cuadro m¨¢s tonto del mundo¡±. Luego a?ade, con el asentimiento del comisario de la muestra, Christian Dom¨ªnguez, aunque sin entrar en m¨¢s detalles, que probablemente ese honor le corresponda al artista alem¨¢n Gerhard Richter. Sin excesivas ganas de explayarse sobre su trabajo ¨C¡°No s¨¦, perd¨®name¡±, responde ir¨®nico a la pregunta de por qu¨¦ usa siempre telas de gran tama?o¨C, parece claro que Dokoupil prefiere que sean sus obras las que se expliquen (o no) por s¨ª mismas. ?l seguir¨¢ atendiendo a las voces en sus sue?os. ¡°Ahora mismo las burbujas no me dejan en paz¡±, asegura. ¡°Me despierto por las ma?anas queriendo pintar flores, o bodegones, pero las burbujas me persiguen todo el d¨ªa¡±.
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