Ida Vitale y Sergio Ram¨ªrez: el ADN literario de dos premios Cervantes
La poeta uruguaya y el narrador nicarag¨¹ense conversan sobre las lecturas que los han acompa?ado siempre ('Las mil y una noches' y 'Guerra y paz') y la presencia de los escritores en las protestas latinoamericanas
Cuando Ida Vitale escribe poes¨ªa le gusta leer novelas y cuentos y cuando Sergio Ram¨ªrez escribe novelas o cuentos le gusta leer poes¨ªa. Ella busca el esp¨ªritu del relato para que sus versos corran y ¨¦l la precisi¨®n de los versos para apuntalar los mundos de sus historias.
Diecinueve a?os de vida separan a los dos ¨²ltimos premios Miguel de Cervantes latinoamericanos. Ida Vitale con 96 a?os naci¨® en Montevideo (Uruguay) el 2 de noviembre de 1923 y Sergio Ram¨ªrez con 77 a?os naci¨® en Masatepe (Nicaragua) el 5 de agosto de 1942.
Dos escritores especializados en g¨¦neros literarios distintos pero unidos por las b¨²squedas de las palabras, las lecturas siempre de Las mil y una noches y Guerra y paz y por el premio literario m¨¢s importante de la lengua espa?ola: ¨¦l lo obtuvo el Cervantes en 2017 y al a?o siguiente ella que era la eterna candidata.
Los dos charlan en un rinc¨®n pegado a la barra de un bar que hace a?os eran el sal¨®n contiguo a la capilla del centenario convento de las clarisas, en Cartagena de Indias, hoy reconvertido en hotel. Esta ma?ana del 1 de febrero est¨¢n all¨ª resguardados del calor sofocante y h¨²medo de la ciudad colombiana y del bullicio alegre de los asistentes al XV Hay Festival.
Tras los saludos cari?osos, los dos escritores, invitados por Babelia a este encuentro, hablan de los libros que los han acompa?ado desde la adolescencia hasta hoy y de las lecturas que nutren sus obras y reflexionan sobre la presencia de los autores latinoamericanos en las protestas de los ¨²ltimos meses. Empiezan a hablar a la vez, sus palabras chocan, y ambos se disculpan mutuamente mientras se invitan el uno al otro a continuar.
¡ªPerdona, sigue t¨².
¡ªNo, sigue t¨², por favor.
Ida Vitale. ?Las mil y una noches! Es la imaginaci¨®n y la fantas¨ªa que siempre reconoces. Era muy chica cuando las le¨ª por primera vez y me la censuraban, pero despu¨¦s volv¨ªa y me lo le¨ªa todo. Las he rele¨ªdo varias veces. Pero lo que m¨¢s le¨ªa en la adolescencia era Guerra y Paz. Estaba en casa donde nunca hab¨ªa control de la biblioteca. Siempre me enamoraba de una persona o de otra en cada nueva lectura, y eso justificaba las relecturas.
Sergio Ram¨ªrez. Yo vuelvo a Guerra y paz al igual que vuelvo a Las mil y una noches. La primera vez que le¨ª estas historias fue en la traducci¨®n de Blasco Ib¨¢?ez, de la versi¨®n del doctor Joseph Charles Mardrus, que es al que se refiere Rub¨¦n Dar¨ªo. Hay otras versiones del franc¨¦s, porque es la lengua de donde nos viene primero. Despu¨¦s est¨¢ la versi¨®n de Burton [Richard Francis] que tambi¨¦n es muy buena. Cada versi¨®n que uno lee es distinta, aunque se puede volver a Las mil y una noches como un libro nuevo, y por cualquier parte, eso es lo hermoso. Alguien podr¨ªa decir que Las mil y una noches tambi¨¦n es un libro pornogr¨¢fico por sus escenas sexuales expl¨ªcitas.
I. Vitale. Por eso me lo censuraban a m¨ª [y la poeta r¨ªe como una adolescente].
S. Ram¨ªrez. En cuanto a Guerra y paz es un libro donde se puede ver la sustancia, la carpinter¨ªa, la composici¨®n. Es un libro de historia, es un libro de amor, es un libro de costumbres, es un libro realista, es todo. ?Todo el universo est¨¢ ah¨ª!
I. Vitale. Las ¨¦pocas en las que uno lee un libro hacen que este cambie. Con las diez u once lecturas que hice de Guerra y paz me di por satisfecha. De adolescente me interesaba mucho la historia, la ve¨ªa como un marco variable, tentador. Descubr¨ª a Napole¨®n y, lamentablemente, la primera impresi¨®n fue ?que maravilla!, me fascin¨® el personaje. Claro, despu¨¦s me dej¨® curada de espantos para todos los personajes grandes de la historia.
S. Ram¨ªrez. Luego hay que tener en cuenta que el cine termina corrompiendo los libros. Cuando pienso en Guerra y paz, desgraciadamente, se me viene a la memoria la cara de Mel Ferrer o la Audrey Hepburn.
I. Vitale. ?Me libr¨¦, me libr¨¦ de eso por fortuna!
S. Ram¨ªrez. Hay muchas versiones. Hay una rusa que dura 15 horas. El cine tiende a reemplazar el imaginario espont¨¢neo. La pel¨ªcula que hace cada lector de la novela queda en la memoria del que lee porque inventa sus propios rostros, escenarios¡ Cuando te los sustituyen por el rostro que el director eligi¨® ya cambia.
I. Vitale. Yo abomino del cine cuando es algo que ya le¨ª o que s¨¦ que voy a leer. Eso es otra cosa. Es como si nos leyera el libro una persona que est¨¢ dispuesta a mejorarlo.
S. Ram¨ªrez. La imaginaci¨®n tiene su dep¨®sito, su refugio, su instrumento principal en los libros. La gran ventaja que el libro siempre va a tener es que uno puede inventar leyendo. En las pel¨ªculas o series no se puede inventar. Por eso la lectura es un acto creador. En el cine no hay creaci¨®n para el espectador, el cine es una exposici¨®n de imagen. Yo no rechazo el cine porque para m¨ª ha sido una parte fundamental de mi formaci¨®n como escritor, pero son dos instrumentos distintos. Ahora la series y el cine en televisi¨®n y en la red son muy invasivos; acaparan el tiempo de la gente y, claro, tambi¨¦n el tiempo de lectura.
I. Vitale.?Hay ¨¦pocas invasivas. Hace a?os que no voy al cine. Lo siento como una falla m¨ªa. Y s¨ª, la adolescencia parece que es muy f¨¢cil que se deje plasmar por una imagen, por un acto, por lo que sea¡ Pero se supone que es el arte de nuestro tiempo. A ver durante cu¨¢nto tiempo el p¨²blico aguanta todo tal cual es.
Los dos escritores se explayan hablando sobre c¨®mo el mundo audiovisual contribuye a modelar no solo el imaginario de la gente sino su comportamiento en la vida real. Hasta que aparece Rub¨¦n Dar¨ªo en la conversaci¨®n. Otro punto com¨²n entre los dos y sobre c¨®mo el poeta nicarag¨¹ense est¨¢ presente en ellos como autores.
S. Ram¨ªrez. Rub¨¦n Dar¨ªo es un fen¨®meno siempre actual. Sobre todo si lo vemos desde la perspectiva del siglo XXI por los caminos que abri¨®. La poes¨ªa latinoamericana del siglo XX no ser¨ªa posible sin la transformaci¨®n que hizo el modernismo, las estructuras en el atrevimiento, romperlo todo, no tener l¨ªmites, adem¨¢s de haber dado paso a muy distintos lenguajes po¨¦ticos. Tanto por lo que signific¨® C¨¦sar Vallejo, Borges, Garc¨ªa Lorca, por otro lado, Machado. No existir¨ªa la poes¨ªa del siglo XX tal como la conocemos sin esa influencia de ruptura del lenguaje de Dar¨ªo.
I. Vitale. Me fascin¨® en un momento, pero muy pronto vinieron Machado y Vallejo. No s¨¦¡ creo que sent¨ª que Dar¨ªo concentraba lo decorativo de una ¨¦poca. Ahora bien: ?Cuando Dar¨ªo acierta, acierta por toda su generaci¨®n! Es dif¨ªcil elegir un poeta porque uno toma un poquito de cada uno. Y no siempre uno se fija en un poeta en lo que los dem¨¢s consideran lo mejor.
S. Ram¨ªrez. Lo mismo es una redoma de los poetas parnasianos y de los poetas modernistas propiamente franceses. El fen¨®meno de ruptura es lo m¨¢s importante que produce el modernismo. Abre much¨ªsimas posibilidades. Dar¨ªo es la m¨²sica, Dar¨ªo es el ritmo. Es un poeta que abre una caja de posibilidades y es posible tomar lo que es m¨¢s ¨²til para cada poeta.
Pronto esos ecos darianos cambian en la charla por los del compromiso de los autores latinoamericanos con la realidad y su presencia en las manifestaciones de los ¨²ltimos meses en diferentes pa¨ªses.
S. Ram¨ªrez. Eso ha pasado siempre en la historia de Am¨¦rica Latina. Los poetas quiz¨¢s no inician las protestas o los movimientos, pero se ponen de parte de los fen¨®menos de cambio y terminan saliendo a la calle. Yo insisto en que uno puede ser un buen poeta y no meterse en la calle y se puede ser un gran poeta y estar preocupado por lo que pasa en la calle. Soy de los escritores que se preocupan por lo que pasa en la calle, pero habr¨¢ otros que no les preocupa o no lo expresan y eso no demerita su obra literaria. Tenemos una tradici¨®n de compromiso en Am¨¦rica Latina y ha variado mucho en este siglo. Quiz¨¢s las causas han cambiado. Antes ten¨ªamos unas causas muy bien definidas por las que luchar, hoy hay una confusi¨®n tambi¨¦n acerca de las banderas.
I. Vitale. Pienso en las circunstancias del mundo en las que est¨¢ el poeta; hoy est¨¢ un poco liberado de la necesidad a lo Victor Hugo de ser el que dice toda la verdad. Ahora tenemos los diarios, la gente va a la noticia menuda. Hay un reemplazo en una categor¨ªa menor, pero creo que el poeta no est¨¢ tan obligado a ser la voz del pueblo. Creo que si es la voz de s¨ª mismo ya avanzamos mucho. Hoy una noticia puede sacudirte m¨¢s que un poema.
S. Ram¨ªrez. La poes¨ªa, y sobre todo la literatura en general, tienen su poder de transformaci¨®n individual. Es un evangelio que va a dar al coraz¨®n de cada quien. Aunque cada vez es menos un evangelio colectivo como aspiraba Walt Whitman de sacudir a las masas. Tal vez por las formas que ha tomado la comunicaci¨®n, como dec¨ªa Ida. La transformaci¨®n individual sigue siendo muy importante. En la medida en que una poes¨ªa te toque y llegue al fondo est¨¢ transformando y eso es una tarea inmensa. Cuando leo poes¨ªa pienso en la capacidad que tiene de transformarme, de tocar ciertas fibras que ya no me dejan siendo el mismo. Ese es el gran papel que tiene la poes¨ªa hoy.
I. Vitale. Yo soy casi m¨¢s de prosa que de poes¨ªa. Cuando un libro lleva al lector a volver y a volver a ¨¦l es porque hay mucho trasfondo que va pasando de a poquito. Tal vez depende de las edades, que a una determinada edad una no est¨¦ capacitada para entender todo.
El escritor nicarag¨¹ense cuenta, entonces, que suele estar atento a los nuevos autores. Luego empiezan a hablar de los libros en los cuales trabajan en la actualidad.
I. Vitale. Tengo que terminar una novela. He cambiado de pa¨ªs hace un par de a?os, he mudado mi biblioteca, estoy en otro apartamento y no he podido retomarla. La empec¨¦ hace ya como veinte a?os y la tengo en remojo, a lo mejor est¨¢ pasada de moda.
S. Ram¨ªrez. La buena literatura no pasa de moda, Ida.
I. Vitale. Claro que hay modas. Parece que al poeta no se le marcan tantas normas, pero al novelista s¨ª. No se escribe igual despu¨¦s de Ulises o de Cien a?os de soledad. Hay cosas que modifican mucho al p¨²blico.
S. Ram¨ªrez. Yo quiero seguir adelante con mi ciclo del inspector Morales. Trabajo en la tercera novela. Ha sido un trabajo con muchos sobresaltos porque han ocurrido muchas cosas desde lo que pas¨® en Nicaragua a partir de 2018, eso llena de incertidumbres al libro porque es un libro que sigue la historia contempor¨¢nea. Pero ya llevo la mitad del trabajo y espero terminar antes de fin de a?o. Cuando escribo narrativa mis lecturas preferidas son los poemas.
I. Vitale. En cambio yo cuando escribo poes¨ªa leo m¨¢s prosa.
Cuarenta y seis minutos despu¨¦s termina la charla porque Sergio Ram¨ªrez tiene una conversaci¨®n en p¨²blico en el sal¨®n de al lado. Cuando el escritor se acerca a Ida Vitale para despedirse los dos se percatan de que han charlado delante de un anfitri¨®n al que admiran al descubrir a un Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez que desde la mesa de centro les sonr¨ªe detr¨¢s de un ramo de rosas amarillas en la portada de un libro.
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