La Berlinale se enreda en su pasado
El festival arranca rodeado de controversia por la estrecha vinculaci¨®n de su fundador con el nazismo. Los nuevos directores orientan el evento hacia un cine m¨¢s de autor
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La nueva Berlinale quiere dejar atr¨¢s a la vieja. Y para ello reniega de casi todo lo construido previamente. Ya no hay un director, sino dos: el italiano Carlo Chatrian es el nuevo director art¨ªstico y la holandesa Mariette Rissenbeek se responsabiliza de la parte financiera. Pero funcionan en la realidad como t¨¢ndem. Chatrian viene de dirigir el festival de Locarno, y ha convertido la nueva Berlinale en el Locarno de 2014, lo que no est¨¢ ni bien ni mal. Habr¨¢ que ver c¨®mo son las pel¨ªculas, aunque est¨¢ claro que estrellas medi¨¢ticas habr¨¢ pocas: Sigourney Weaver en la apertura, Johnny Depp y una pel¨ªcula de Pixar para el fin de semana y Hillary Clinton, Javier Bardem y Cate Blanchett a mediados de la semana siguiente.
En esas dudas ya ha desaparecido la secci¨®n Culinary Cinema, dedicada a los documentales sobre cocineros, y abre otra, Encuentros, dedicado a filmes m¨¢s arriesgados, lo cual pone en duda el criterio de la competici¨®n, de la secci¨®n Berlinale Special y de apartados como Panorama y Forum. A¨²n hay m¨¢s: en Generation entran j¨®venes directores. Fronteras muy difusas para clasificar pel¨ªculas han convertido la Berlinale en un caj¨®n de sastre que, probablemente, se clarificar¨¢ en pr¨®ximas ediciones. Por ahora estar¨¢n presentes las pel¨ªculas de Abel Ferrara, Matteo Garrone, Tsai Ming Liang, Christian Petzold, Cristi Puiu, Agnieszka Holland, Vadim Perelman, Sally Potter, Rithy Panh, Hong Sangsoo, Philipe Garrel o Kelly Reichardt, probablemente la cineasta m¨¢s presente en festivales que menos se conoce en Espa?a.
Porque para esta edici¨®n, la del aniversario redondo, la de los setenta a?os dedicados a las pel¨ªculas, han decidido reflexionar sobre qu¨¦ es el cine. Con charlas entre cineastas pareados: Paolo Taviani dialoga con Carlo Sironi, Margarethe von Trotta con Ina Weisse, Jia Zhang-Ke con Huo Meng, Ang Lee con Hirokazu Kore-eda, y as¨ª hasta siete. Algunos presentan pel¨ªcula, como Jia Zhang-Ke, que inaugura Special con su documental Swimming Out Till The Sea Turns Blue, acerca de la influencia de la Revoluci¨®n cultural, las reformas econ¨®micas y la modernizaci¨®n en la obra de tres escritores de distintas generaciones.
En este alejarse del pasado le ha tocado hasta al fundador del evento, Alfred Bauer, que dirigi¨® la Berlinale desde su primera edici¨®n en 1951 hasta 1975. Bauer daba nombre desde 1987 a un oso de plata que se entregaba dentro del palmar¨¦s a la pel¨ªcula que "abra nuevas perspectivas en el arte cinematogr¨¢fico". Hace dos semanas el semanario Die Zeit public¨®, bas¨¢ndose en una biograf¨ªa que se va a editar pr¨®ximamente, que Bauer fue pieza fundamental en la direcci¨®n general de cine del Tercer Reich, y que ¨¦l en persona controlaba el uso de actores, actrices, directores y guionistas, eligiendo los aptos y los no aptos por afinidad ideol¨®gica. Bauer tambi¨¦n decidi¨® qu¨¦ artistas estaban exentos de ir al frente, qui¨¦nes iban destinados a la fabricaci¨®n de armamento para la guerra y qui¨¦nes a primera l¨ªnea de combate. La Berlinale retir¨® inmediatamente del galard¨®n el nombre de su fundador, y el martes encarg¨® al Instituto de Historia Contempor¨¢nea, que se dedica al estudio acad¨¦mico de la dictadura nazi en Alemania, una comisi¨®n que ahonde en el pasado de Bauer. El informe final estar¨¢ disponible en verano.
En esta huida, en cambio, ha reculado en el empoderamiento de las cineastas. Si la semana pasada el certamen de San Sebasti¨¢n hizo p¨²blico su Informe de identificaci¨®n de g¨¦nero del cine de su edici¨®n de 2019, la Berlinale arranca mostrando la encuesta de 2019 y 2020. Y el porcentaje de directoras en la Competici¨®n decae: no a niveles venecianos -el certamen menos inclusivo de los grandes- pero s¨ª con respecto a 2019: baja del 41% (siete de 17 en la competencia) al 33% (seis de 18). Aunque es cierto que han recibido 6.825 filmes con un 60,9% de directores hombres, y proyectan 342 con un 51,6% liderados por realizadores masculinos.
Y no ha dejado tampoco atr¨¢s sus pel¨ªculas de autor para todos los p¨²blicos. El certamen se ha inaugurado con Mi a?o con Salinger, basada en la novela autobiogr¨¢fica de Joanna Rakoff. El 8 de enero de 1996 una veintea?era Rakoff entr¨® a trabajar en Manhattan en la veterana agencia literaria Harold Ober, una empresa a¨²n anclada en el pasado de las m¨¢quinas de escribir y los ficheros telef¨®nicos con tarjetas, pero con una cartera repleta de autores brillantes: James M. Cain, Agatha Christie, Pearl Buck y la joya de la corona, J. D. Salinger. Para ellos, Jerry a secas. Rakoff trabaj¨® como asistente de Phyllis Westberg, la presidenta y representante directa de Salinger. Durante un a?o Rakoff ley¨® las cartas que enviaban los fans al autor de El guardi¨¢n entre el centeno. Era una medida preventiva tras el asesinato de John Lennon por Mark David Chapman, que se entreg¨® leyendo un ejemplar de la novela. Rakoff cruz¨® una l¨ªnea roja: empez¨® a responder a algunas misivas que le llamaban la atenci¨®n, aunque siempre en su nombre, mientras iniciaba una relaci¨®n de amistad por tel¨¦fono con el m¨ªtico y evasivo escritor. A Rakoff le da vida una estrella en ciernes, Margaret Qualley (?rase una vez en... Hollywood, Seberg: m¨¢s all¨¢ del cine), y a Westberg, una dinosauria de la edici¨®n literaria, Sigourney Weaver, que eleva la pel¨ªcula. En la insulta rueda de prensa del filme, dirigido por el canadiense Philippe Falardeau (La buena mentira, Profesor Lazhar), Weaver al menos ha insistido en que en el alma de la pel¨ªcula corre la idea cierta de que "el arte cambia a la gente", y que como actriz tiene que creer lo que su personaje crea. La int¨¦rprete regate¨® la obligada pregunta sobre las futuras entregas de Avatar; y aconsej¨® a todo el mundo que se dejara llevar por su coraz¨®n: a su lado la aut¨¦ntica Rakoff, admiradora declarada de Weaver, asent¨ªa embelesada, porque al a?o dej¨® la agencia en pos de conseguir su sue?o, ser escritora.
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