Hediondo, lega?osa, andaluz, tocino: los mejores insultos del Siglo de Oro
Un libro de Cristina Tabernero y Jes¨²s Mar¨ªa Usun¨¢riz rastrea 9.000 procesos judiciales de los siglos XVI y XVII en busca de injurias
Quien haya le¨ªdo a los escritores del Siglo de Oro habr¨¢ encontrado sartas como la quevedesca "puto, cornudo, bujarr¨®n y jud¨ªo". Pero el h¨¢bito de insultar al vecino no era solo literario: como prueba est¨¢n los casi 9.000 procesos judiciales por injuria que los autores han estudiado en dos siglos del Archivo General de Navarra, de los que 1.500 han aportado material a este diccionario.
Injuria es toda palabra dicha p¨²blicamente con intenci¨®n de deshonrar a otra persona. ?Por qu¨¦ recurrieron a los tribunales las personas insultadas? Una respuesta cl¨¢sica es que se las hab¨ªa ofendido en su "honor", pero es m¨¢s realista pensar que la atribuci¨®n p¨²blica de un comportamiento negativo ten¨ªa consecuencias pr¨¢cticas. "No hay peor cosa que difamar a una moza para que nunca halle marido", alegan los querellantes de parte de una moza que fue llamada "puta, bellaca, parida de cuatro veces". Por lo que parece, muchas de las acusaciones eran sobrese¨ªdas o se resolv¨ªan con la retractaci¨®n formal del injuriador.
Cuando se hac¨ªa una denuncia se interrogaba inmediatamente a los testigos y el escribano transcrib¨ªa sus declaraciones, de modo que los procesos abundan en detalles recogidos de viva voz. Los insultos eran emitidos, como ocurre a¨²n en la actualidad, en largas ristras, a veces en un crescendo amplificador pero por lo general sin mucho orden: "Puerca, borracha, sucia, bellaca, vieja, albanesa, jinetaria". Algunos gestos, hoy desusados, parecen aumentar la gravedad: "Asi¨¦ndose de las barbas con mucha c¨®lera". A veces las injurias toman la forma de cancioncilla ("Ten tu lengua queda / puta laminera"), e incluso se instruye a grupos de muchachos para que la canten. Los motivos son conflictos de todo tipo: el pr¨¦stamo sin devoluci¨®n de un apero agr¨ªcola, una lavandera le quita a otra el puesto en el r¨ªo, las gallinas de un propietario entran en un huerto ajeno... Los tipos de injuria var¨ªan: alusiones al desorden sexual (el frecuent¨ªsimo "puta", y sus variantes; las acusaciones de sodom¨ªa: "bujarr¨®n"), los delitos contra la propiedad ("ladr¨®n") o contra el dogma ("luterana", "jud¨ªo" y sus equivalentes como "tocino"), los ataques al cuerpo ("hediondo", "lega?osa") o al intelecto ("tonto", "mentecato"), los comportamientos reprobados ("ventanera", a la curiosa, "tapa de cuba" al borracho) o las atribuciones de baja situaci¨®n social ("hijo de un mulatero, sardinero"). A veces el insulto tiene que ver con la causa de la ri?a ("gorda y carrilluda" a una mujer a la que se atribuye haberse bebido una cuba de vino) pero muchas veces no. Los recursos de la lengua pueden matizar la ofensa: "cornudazo", "ruincilla". Hay insultos gen¨¦ricos, como "bellaco" (por cierto, el m¨¢s usado), y otros m¨¢s oblicuos: "boca grande", a quien no se calla; "co?o flojo", "requemada por entrepierna", acusando de promiscuidad.
Abundan tambi¨¦n los insultos a la familia: "casta de sambenitados" (los que llevaron el sambenito de la Inquisici¨®n, por jud¨ªos), "linaje de brujas". Hay m¨¢s de cincuenta compuestos con "hijo de...": desde "ahorcado" o "andaluz" hasta "ventero" o "vicario". Quienes m¨¢s injurian son los varones, que tambi¨¦n son quienes m¨¢s reciben los improperios, aunque tambi¨¦n es cierto que hay casos en que un hombre toma la palabra para terciar en un conflicto comenzado entre mujeres.
Este diccionario re¨²ne mil t¨¦rminos y expresiones, insultos o intensificadores ("puta probada, ladr¨®n p¨²blico"), aunque no separa los usos ir¨®nicos del tratamiento. Un cierto n¨²mero son injurias en euskera, que los procesados usaban junto con las castellanas. En cada caso se aporta la etimolog¨ªa, los contextos de uso, extractos del proceso con citas literales ¡ªla parte m¨¢s valiosa¡ª, y testimonios de otras fuentes incluso literarias, secci¨®n m¨¢s prescindible por estar disponible en otros lugares.
Esta valiosa obra da una visi¨®n privilegiada de los conflictos en una sociedad lejana, y del papel que los ataques orales ten¨ªan en su resoluci¨®n o enconamiento. Ha sido posible gracias a que la catalogaci¨®n del archivo, seguida de su informatizaci¨®n, ha convertido una selva documental en una mina de la que extraer estas expresiones proferidas en momentos de ira, que tanto nos dicen sobre qu¨¦ ofend¨ªa y c¨®mo en los Siglos de Oro.
Diccionario de injurias de los siglos XVI y XVII. Cristina Tabernero y Jes¨²s Mar¨ªa Usun¨¢riz. Kassel. Edition Reichenberger. 2019. 558 p¨¢ginas.?64 euros.
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