¡®Final Fantasy VII¡¯ y la pertinencia de los ¡®remakes¡¯
Un vistazo al RPG de Sony nos hace replantearnos la necesidad, o no, de poner al d¨ªa videojuegos de hace d¨¦cadas
Remake es un t¨¦rmino al que es f¨¢cil cogerle tirria. El af¨¢n de la cartelera contempor¨¢nea por bucear en el pasado y el socorrido t¨¦rmino despectivo de ¡°refrito¡± han ayudado a establecer sobre cualquier remake un velo de suspicacia que, admit¨¢moslo, muchas veces est¨¢ justificado.
Sin embargo, es evidente que el mismo t¨¦rmino adquiere un significado distinto dependiendo del medio al que se refiera. As¨ª, el medio cinematogr¨¢fico es m¨¢s proclive a realizar actualizaciones de obras pasadas (y por tanto, a abusar de la f¨®rmula), mientras que en el terreno musical las covers est¨¢n a la orden del d¨ªa y tienen su propia dimensi¨®n. En otros canales culturales como la pintura o la literatura las reformulaciones tienen un impacto anecd¨®tico (aunque siempre existen casos de puesta al d¨ªa, como la nueva versi¨®n del Quijote traducido al espa?ol actual por Andr¨¦s Trapiello).
Y en estas llegamos al videojuego, un medio que todav¨ªa tiene que delimitar (entre tantas muchas cosas), la pertinencia o no, la necesidad o no, la conveniencia o no, de hacer remakes de grandes t¨ªtulos del pasado; un pasado reciente que no por reciente deja de ser pasado, dada la evoluci¨®n fren¨¦tica que tiene un medio como el del videojuego, apoyado en soportes t¨¦cnicos empe?ados en quedar obsoletos cada pocos a?os.
Lo cierto es que la industria debe hacerse con honestidad una pregunta relevante, una pregunta dif¨ªcil por las implicaciones y las exigencias que conlleva, pero una pregunta que no se puede eludir durante mucho m¨¢s tiempo: ?caducan los videojuegos? Dicho de otro modo: el mundo del videojuego debe preguntarse si los gr¨¢ficos anticuados, si la jugabilidad encorsetada de hace una d¨¦cada, si las limitaciones f¨ªsicas o t¨¦cnicas para acceder a un t¨ªtulo con varios a?os a sus espaldas, alejan al consumidor de un producto que muchos con obstinaci¨®n nos empe?amos en llamar cultura.
Un vistazo a remakes recientes arroja varias respuestas: desde las puestas a punto funcionales estilo Medievil, a los a?adidos tecnol¨®gicos como las tres dimensiones de los Zeldas de Nintendo 64 en sus versiones port¨¢tiles, pasando por el esfuerzo por actualizar gr¨¢ficos y mec¨¢nicas procurando dejar intactas las sensaciones que transmit¨ªa el original, como en el Shadow of the Colossus del a?o 2018 o el reciente Resident Evil 2 que, nunca mejor dicho, resucit¨® el a?o pasado.
Dicho esto, uno se enfrenta entonces a Final Fantasy VII Remake con una sensaci¨®n extra?a. El pasado 20 de febrero se celebr¨® en Madrid el evento para que la prensa tomara contacto con el juego y (adem¨¢s de disfrutar del catering, levantar la tit¨¢nica espada de Cloud y, en el caso del que firma esto, limpiarse el caf¨¦ que Chico nuclear le tir¨® encima), hablar con Yoshinori Kitase (productor del juego) y Naoki Hamaguchi (director del mismo).
¡°El juego est¨¢ partido porque, sencillamente, todo lo que quer¨ªamos meter no cab¨ªa en uno solo¡±, explica Kitase. Y es que la noticia de que el juego no ser¨ªa una unidad, sino una serie de juegos de los? que este Final Fantasy VII Remake es solo el punto de partida, es un nuevo ingrediente a tener en cuenta en el caso de analizar este remake. ¡°La intenci¨®n es profundizar en los personajes, ganar contenido¡±, a?ade Hamaguchi. Esta primera entrega del juego cubre la parte inicial, la parte que sucede dentro de la ciudad de Midgar, antes de salir al mundo abierto. Visto en perspectiva, lo cierto es que en la actual generaci¨®n de consolas ha sido imposible conciliar las grandes ciudades y los grandes paisajes. Breath of the wild, Witcher III o Red Dead Redemption II priman el mundo sobre la ciudad, que muchas veces queda reducida o bien a unas pocas casas en las que se puede entrar, o bien a calles con casas cerradas. Por mucho que se quiera profundizar en los personajes y enriquecer esa parte inicial del juego, seguro que esta dificultad t¨¦cnica ha pesado tambi¨¦n en el desarrollo del remake de Final Fantasy VII.
Pero hablando del juego en s¨ª: en la parte jugable hay pocos peros: el combate, en tiempo real, es muy din¨¢mico ¡ªaunque la c¨¢mara es a veces un poco justa con el espacio que le da al personaje¡ª, la ambientaci¨®n es estupenda, la dificultad desafiante y, narrativamente, aunque hay di¨¢logos que podr¨ªan estar m¨¢s pulidos, da gusto ver a un grupo de terroristas ecologistas sabotear una ciudad en un tiempo en que parece que las proposiciones argumentales tienen siempre el freno de mano echado. Pero jugando al juego, sobre el aire flota la pregunta, empe?ada en molestar como una mosca alrededor de nuestra cabeza: ?Es necesario hacer un remake del Final Fantasy VII?
Pues s¨ª. Quien esto firma, en su momento ¡ªtriste confesi¨®n¡ª, no jug¨® al original. S¨ª jug¨® al IX, al X, al VI y a otros, pero se muere por entrar de una vez en la historia de Cloud y Sephiroth. Y la primera sensaci¨®n es muy positiva. Otra cosa es que el juego final cumpla con las expectativas, pero para saber eso todav¨ªa nos quedan un par de meses. Tambi¨¦n, para ver si el juego consigue transmitir la sensaci¨®n de juego cerrado, o el argumento queda colado de un ins¨ªpido "continuar¨¢...". Pero para eso, ya decimos, quedan unos meses. Habr¨¢, qu¨¦ remedio, que amenizar la espera con unas partidas al remake del Resident Evil 3¡
Babelia
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