Lisa Taddeo: ¡°Las cosas m¨¢s importantes son el sexo y la muerte, y mentimos sobre ambas¡±
Durante ocho a?os, la autora sigui¨® a tres desconocidas para examinar su relaci¨®n con el sexo y el deseo. El resultado, 'Tres mujeres', resucita la tradici¨®n del gran periodismo literario estadounidense
Durante ocho a?os, Lisa Taddeo (Nueva Jersey, 1980) sigui¨® a tres desconocidas para interrogarlas sobre su relaci¨®n con la sexualidad y el deseo. ¡°Me interesan esos temas porque no somos sinceros al hablar de ellos. Las cosas m¨¢s importantes en la vida son el sexo y la muerte, y mentimos sobre ambas¡±, afirma la autora, periodista con largo recorrido en revistas como Esquire o New York, que debuta como escritora con Tres mujeres (Principal de los Libros), convertido en uno de los fen¨®menos editoriales del a?o pasado en Estados Unidos. ¡°Cre¨ª que estaba escribiendo un libro discreto¡±, dice sobre su superventas, en proceso de traducci¨®n en medio mundo. ¡°Mi ¨²nica imposici¨®n es que no escojan portadas de color rosa¡±, advierte a los editores tentados de asimilarla con la m¨¢s inocua chicklit.
Taddeo vive lejos de las ¨¦lites urbanas que han aclamado su libro, en un peque?o pueblo del condado de Lichtfield ¡ªdel que exige no dar la localizaci¨®n exacta para que la dejen en ?paz¡ª, el ¨²nico en todo Connecticut donde Donald Trump gan¨® las ¨²ltimas elecciones. ¡°No quiero estar con gente. No es que odie a los dem¨¢s, pero aqu¨ª me resulta m¨¢s f¨¢cil escribir y criar a mi hija que en Nueva York entre el ruido de ambulancias. Aqu¨ª tengo m¨¢s tranquilidad¡±. Mirando por el ventanal, la escritora observa la tienda de ultramarinos de la esquina, angustiosamente pulcra y ordenada; una perezosa comisar¨ªa, donde los agentes no deben de tener mucho m¨¢s que hacer que rescatar gatitos de los ¨¢rboles, y una iglesia de proporciones descomunales, esencia del proyecto puritano que desembarc¨® con el Mayflower. Al otro lado se adivina el oscuro interior de un bosque frondoso, ¨²ltimo reducto de una naturaleza pendiente de civilizar.
"La resaca del puritanismo no va a desaparecer"
Su idea inicial consist¨ªa en hablar del deseo de los hombres. ¡°Llevaba muchos a?os trabajando para la prensa masculina y ten¨ªa una conexi¨®n inmediata con lo que ese lector quer¨ªa¡±, dice Taddeo, casi excus¨¢ndose. Enseguida entendi¨® que las mujeres ser¨ªan un tema de estudio m¨¢s estimulante. ¡°Me daban respuestas m¨¢s sinceras. Los hombres estaban menos dispuestos a hablarme de la parte negativa. Incluso a mi hermano, a quien entrevist¨¦ al comienzo del proceso, y que obviamente no necesita impresionarme en el ¨¢mbito sexual, le daba miedo no parecer un semental¡±, relata. ¡°Las mujeres ten¨ªan menos ego, o incluso ninguno¡±.
Su m¨¦todo de trabajo consisti¨® en preguntar a extra?os cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que hab¨ªan practicado sexo o colgar anuncios solicitando testimonios de amores no correspondidos. Desmotivada por la falta de resultados, Taddeo se mud¨® a Indiana para trabajar con un grupo de terapia de mujeres coordinado por el Instituto Kinsey, que en 1948 escandaliz¨® al pa¨ªs con aquel informe que descubri¨® al estadounidense medio que la mitad de la poblaci¨®n masculina ten¨ªa tendencias bisexuales y, peor a¨²n, que sus abuelas tambi¨¦n se masturbaban. All¨ª encontr¨® a la primera de sus protagonistas: Lina, un ama de casa cat¨®lica que fue v¨ªctima de una violaci¨®n en grupo durante su juventud, casada con un hombre que lleva una d¨¦cada sin besarla. Despu¨¦s se traslad¨® a Dakota del Norte, donde dio con la historia de Maggie, una veintea?era que en el instituto tuvo una relaci¨®n con un profesor casado, al que lleva ante la justicia. En tercer lugar, encontr¨® a Sloane, propietaria de un restaurante en la acomodada Rhode Island y aficionada a practicar tr¨ªos con su marido, aunque su lib¨¦rrima vida sexual tambi¨¦n esconda algunas heridas. ?Qu¨¦ ten¨ªan en com¨²n? ¡°Las tres fueron juzgadas moralmente. Por eso decidieron hablar¡±.
"Las mujeres son muy solidarias entre s¨ª, excepto fuera de Twitter"
Tres mujeres resucita la tradici¨®n del gran periodismo literario estado?unidense, en la estela de un volumen como La mujer de tu pr¨®jimo, de Gay Talese, que examinaba las consecuencias de la revoluci¨®n sexual en la clase media. Taddeo tambi¨¦n admite la influencia de Joan Didion, de Tom Wolfe y, sobre todo, del menos conocido Tracy Kidder, autor de Home Town, que pon¨ªa al descubierto los entresijos de un pueblo id¨ªlico de Massachusetts, o El alma de una nueva m¨¢quina, sobre el proceso de fabricaci¨®n de un ordenador. ¡°Me da igual de lo que escriban porque son autores que siempre me interesan, incluso cuando el tema no pueda importarme menos¡±, dice Taddeo, que creci¨® en un hogar de inmigrantes italianos donde ¡°se le¨ªa a Virginia C. Andrews [autora de best sellers escabrosos] y no a Virginia Woolf¡±.
M¨¢s que sobre el deseo, Tres mujeres habla de la posici¨®n subalterna que las mujeres siguen teniendo en el terreno afectivo y sexual dos siglos despu¨¦s de Madame Bovary (no por casualidad, Taddeo comienza su libro con una cita de Flaubert). La autora describe una sociedad envuelta en un decoro social digno del siglo XIX. Harold Bloom describi¨® a Hester, la protagonista de La letra escarlata, como ¡°la Eva americana¡±, castigada por ceder ante su deseo ad¨²ltero. Taddeo retrata, en ese sentido, a tres Evas contempor¨¢neas. En la psique estadounidense, ?el sexo sigue siendo mal¨¦fico? ¡°La resaca del puritanismo tardar¨¢ en marcharse, no va a desaparecer de inmediato, menos todav¨ªa en el actual clima pol¨ªtico¡±, responde. ¡°He presentado el libro en muchos pa¨ªses y el m¨ªo es el m¨¢s puritano de todos. Hay lectores que vienen a pedirme una firma y, de paso, aprovechan para decirme que mis personajes son aut¨¦nticas zorras¡±. ?Los efectos del Me Too todav¨ªa son limitados? ¡°No es culpa del movimiento, pero como sociedad no queremos o¨ªr historias que no sigan una l¨®gica ascendente y edificante¡±, dice Taddeo. En ese sentido, sus protagonistas son inc¨®modos contraejemplos. ¡°Solo queremos leer perfiles sobre famosas empoderadas. Yo misma he escrito decenas de ellos. Esta vez prefer¨ª hacer lo contrario: hablar de la gente normal y de sus circunstancias¡±, a?ade.
Taddeo describe a mujeres que viven sin una red de solidaridad, rodeadas de otras f¨¦minas que siguen a rajatabla el dictado patriarcal y perpet¨²an sus tics mis¨®ginos. ¡°Las mujeres son muy solidarias entre s¨ª, excepto fuera de Twitter¡±, ironiza ?Taddeo. ¡°Todav¨ªa luchamos por un compa?ero que nos d¨¦ un beb¨¦. Esa es la realidad biol¨®gica y, por mucho que hayamos avanzado como sociedad, todav¨ªa no ha desaparecido. Incluso en el caso de las parejas homosexuales hay un patr¨®n de competici¨®n, que es id¨¦ntico al del mundo laboral¡±. Taddeo recuerda que una ¨ªntima amiga le dijo que Lina ¡ªque conduce durante cuatro horas para tener un encuentro sexual de 20 minutos con un hombre casado que le ha dejado claro que no la quiere¡ª le parec¨ªa una mujer pat¨¦tica. ¡°Le record¨¦ que, a?os atr¨¢s, ella sol¨ªa cruzar el r¨ªo Hudson hasta Hoboken para tener encuentros fugaces con un vicepresidente de Goldman Sachs¡±, recuerda la autora antes de desaparecer bajo la lluvia. ¡°Todo el libro est¨¢ escrito para que esa amiga logre entenderla¡±.
Consigue ¡®Tres mujeres¡¯
Autora: Lisa Taddeo.
Traducci¨®n: Aitana Vega Casiano.
Editorial: Principal de los Libros, 2020.
Formato: 320 p¨¢ginas, 17 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.