ToteKing y Vila-Matas: la amistad entre un rapero y un autor de culto
Babelia adelanta el pr¨®logo del escritor a las memorias del m¨²sico, que llegan este mi¨¦rcoles a las librer¨ªas
El primer correo que me envi¨® ToteKing lleg¨® la noche de Reyes de 2018, inaugurando ¨Cno pod¨ªa entonces preverlo¨C m¨¢s de dos a?os de intensa y fant¨¢stica correspondencia:
¡°Hola Enrique ?C¨®mo est¨¢s? Antes que nada disc¨²lpame si te parece una groser¨ªa que te escriba sin conocernos (¡) Soy Tote, llevo diez a?os ley¨¦ndote, y por consiguiente leyendo casi todos los libros que nombras en tus obras. Necesitaba darte las gracias, de verdad, mil gracias. Voy a escribir poco, porque me da verg¨¹enza. He pasado de los mejores ratos de mi vida leyendo esto: Gu¨ªa de Mongolia, el Diario de Gombrowicz, el Diario de Jules Renard, y Viaje al fin de la noche. Mi novia no comprend¨ªa c¨®mo pod¨ªa re¨ªrme tanto el d¨ªa que me le¨ª por primera vez Gu¨ªa de Mongolia, de verdad Enrique no sabes cu¨¢nto te agradezco esto. ?Puedo pedirte un peque?o favor? Necesito m¨¢s obras con este tipo de humor, puedo con todo, me gusta casi todo, suelo acabar todo lo que empiezo, y me gusta luchar los libros, no soy un caprichoso, pero me encantar¨ªa descubrir m¨¢s obras que estuviesen en esta onda de humor cabr¨®n. (¡) ?Podr¨ªas por favor recomendarme cosas? Estoy acabando los Ensayos de Montaigne y me lo he pasado en grande, cuando me agoto salto a Evelyn Waugh que es muy divertido, pero a¨²n as¨ª necesito cosas m¨¢s fuertes, m¨¢s cabronas, y no en la onda de William Bourroughs y sus colegas drogatas, necesito m¨¢s Gu¨ªa de Mongolia¡±.
?Humor cabr¨®n? Pocas veces he comprendido tan r¨¢pido de qu¨¦ me estaban hablando. ¡°Necesito m¨¢s obras con este tipo de humor¡±, hab¨ªa escrito Tote, y no tuve que darle m¨¢s vueltas al asunto. Le recomend¨¦ Tristram Shandy, de Laurence Sterne, El tercer polic¨ªa, de Flann O?Brien, y los Aforismos, de Lichtenberg. Y su respuesta no se hizo esperar: Tristram Shandy ya la hab¨ªa le¨ªdo, y en cuanto a O?Brien y Lichtenberg sal¨ªa en un minuto a la calle a buscarlos.
Ni qu¨¦ decir tiene que este tipo de respuesta me facilit¨® una primera idea casi instant¨¢nea de la clase de lector con el que iba a v¨¦rmelas; un lector que en realidad, si me molestaba en refrescar mi memoria ¨Cde hecho ¨¦l mismo ya lo hab¨ªa dicho: diez a?os¨C llevaba tiempo dando se?ales de que le¨ªa tanto mis libros como aquellos que yo nombraba en mis obras, as¨ª que no era nada extra?o que ya se hubiera acercado a Sterne (no s¨®lo mi libro favorito, sino tambi¨¦n ¨Cal menos el ejemplar que conservo en casa¨C mi amuleto de la suerte) ?O acaso no recordaba yo que siete a?os antes hab¨ªa escuchado con sorpresa su rap Otras mentes, una pieza que hab¨ªa ¨¦l incluido en El Tratamiento Regio y donde pod¨ªa o¨ªrse que ¡°Vila-Matas es mi estilo/ Hablo de otros creadores, de otras mentes / Hay referencias literarias desde tiempo / Porque el mundo es una mierda / Y yo le veo con otras mentes¡±?
De hecho, deb¨ªa remontarme a mucho m¨¢s atr¨¢s, al mes de diciembre de 2009, para recordar las primeras noticias que me llegaron de ToteKing y de sus lecturas. Fue Luis Alegre, amigo de Zaragoza, quien me avis¨® de ellas en otro fulminante correo: ¡°El rapero Toteking tambi¨¦n te quiere un huevo. Hoy, en Metr¨®polis de El Mundo hay una entrevista con ¨¦l donde el titular dice: Me encantan Vila-Matas y los Coen¡±.
Desde la perspectiva de ahora, revisando esas palabras y otros hechos antiguos, observo que todos esos recuerdos han ido con el tiempo cuadrando, todo ha ido encontrando su lugar dentro de la historia de mis relaciones con Tote, no hay ah¨ª ni un solo recuerdo que ande por libre, sin conexi¨®n con el resto: como si alguien por encima de nosotros, un ¨¢rbitro del sentido, hubiera ido disponiendo los diversos engranajes de la historia. Incluso aquel titular period¨ªstico aparentemente tan arbitrario (¡°Me encantan Vila-Matas y los Coen¡±) ha acabado aposent¨¢ndose dentro del conjunto y hallando su sitio en este pr¨®logo.
Porque ¨Cpuedo verlo ya ahora con toda claridad¨C dos a?os despu¨¦s de aquel titular de Metr¨®polis ¨Cni antes ni despu¨¦s, dos a?os m¨¢s tarde¨C los hermanos Coen y su ¡°humor cabr¨®n¡± comenzaron a influir directamente en mi escritura y no pude tenerlos m¨¢s presentes mientras escrib¨ªa Aire de Dylan, novela que ten¨ªa un punto tan bestia y grotesco que so?¨¦ que ellos, los Coen, acababan adapt¨¢ndola al cine; de hecho, siempre me he dicho que si no llegaron a reconvertirla al cine fue simplemente porque nunca llegaron a leer el libro, porque de lo contrario habr¨ªan cre¨ªdo incluso que la hab¨ªan escrito ellos.
Pero demos un salto a diciembre de 2017, a cuando me escribi¨® Pol Masvidal, periodista de La Vanguardia al que no he visto en mi vida, pero que una vez, y no ha habido otra, me envi¨® un correo muy oportuno, me lo envi¨® ese d¨ªa de diciembre s¨®lo para preguntarme si hab¨ªa visto y escuchado el youtube en el que ToteKing se inspiraba en uno de mis libros y cantaba Bartleby & Co. Lo he podido ver y escuchar, le respond¨ª. Y entonces ¨¦l quiso saber c¨®mo juzgaba yo aquello. Pues fenomenal, dije, en realidad los primeros treinta segundos (http://elrescatemusical.com/toteking-publica-bartleby-co/), justo antes de que lo invada el inseguro hilo de mi voz, son ca¨®ticos, el desorden mismo, y uno no sabe d¨®nde est¨¢, pero, pasada la seguramente deliberada confusi¨®n inicial, todo en el youtube se va enderezando gracias a la voz rapera que va ahogando mis palabras, la voz cantante de ToteKing entrando en materia y pregunt¨¢ndonos a todos si en verdad merece la pena que ¨¦l siga con su trabajo, que siga con una profesi¨®n en la que ha llegado a pensar que est¨¢ perdiendo su vida para poder cont¨¢rsela a los otros.
Sabiendo que quien tiene una crisis y la confiesa tiene asegurado tener esa crisis porque, aun en el caso de que la estuviera fingiendo, acabar¨¢ atrapado por ella y padeci¨¦ndola igualmente (lo mismo pasa con el amor: quien finge estar enamorado acaba enamor¨¢ndose), no me cupo ninguna duda de que Bartleby & Co de ToteKing, aquella m¨²sica y letra rapera, no era o iba a ser, a la corta o a la larga, m¨¢s que el grito en el fondo muy sincero, de alguien que ped¨ªa ayuda con toda la modestia de la que es capaz un lector de Jules Renard que sabe que la modestia es el tipo de orgullo que desagrada menos.
Fue vali¨¦ndose de esa sabia modestia c¨®mo ToteKing, en cuanto ley¨® el reportaje en La Vanguardia sobre su Bartleby & Co y vio que estaba encantado con sus ideas y m¨²sica, me envi¨® aquel primer correo, es posible que animado por lo que le hab¨ªa yo dicho a Pol Masvidal en La Vanguardia (¡°Es el mejor tema hasta ahora de Tote y me tiene a su lado, es un rapero ¨²nico en Espa?a¡±). Y cuando horas despu¨¦s me dijo que a Sterne ya lo hab¨ªa le¨ªdo, me sent¨ª obligado a reescribirle, como si fuera yo el mism¨ªsimo agente literario del jorobado Georg Christoph Lichtenberg, el primer profesor de f¨ªsica experimental de Alemania y quiz¨¢s el mayor genio del siglo XVIII:
¡°Si quieres, com¨¦ntame c¨®mo te ha ido con los libros. La verdad es que no les falta humor, pero son muy diferentes entre ellos.
Te env¨ªo un aforismo de Lichtenberg:
¡°?Ha pescado usted algo? Nada m¨¢s que un r¨ªo¡±.
Y la respuesta de Tote fue algo m¨¢s que instant¨¢nea, fue un largo rel¨¢mpago de descargas monumentales que, al modo de aquel rayo de Miguel Hern¨¢ndez, ya no cesar¨ªa en mucho tiempo. La correspondencia se llen¨® de rayos y risas, no siempre a ritmo de rap, porque en ocasiones el comp¨¢s parec¨ªa controlarlo The Pretenders, aunque las letras recordaban a Joseph Roth y a Robert Musil. Una pasada la conjunci¨®n de literatura centroeuropea y el fraseo rapero m¨¢s canalla. ?D¨®nde se hab¨ªa visto antes una cosa as¨ª? Pero yo en momento alguno viv¨ª aquello con asombro, sino al contrario, con la mayor naturalidad.
¡°Jajaja, Lichtenberg me va encantar seguro. En cuanto los haya le¨ªdo, te cuento, muchas gracias por dejar abierta esa posibilidad de comentarlos, de verdad, no te imaginas lo tremendamente solo que estoy en esto. Te adjunto una foto que hice de una hoja del Diario de Gombrowicz que me hizo re¨ªr como un loco.
?Gombrowicz? Pues s¨ª que ¨ªbamos bien, pens¨¦. No pod¨ªa sentirme m¨¢s c¨®modo, era como si la conversaci¨®n la estuviera teniendo en mi propia casa, donde todo es gombrowicziano, excepto Paula de Parma.
Luego pens¨¦: ?Y qu¨¦ es esto de que se siente tremendamente solo a la hora de hablar de libros? Y me di cuenta de que discretamente, ya en el primer mensaje, me hab¨ªa explicado el motivo: un a?o antes de escribirme, su padre todav¨ªa viv¨ªa, y eso a ¨¦l obviamente le hac¨ªa sentirse menos solo, pues, a la hora de leer, segu¨ªa las recomendaciones paternas.
¡°Mi padre era muy fan de Coetzee, de Le Cl¨¦zio y de Juan Rulfo¡±
No pod¨ªa estar mejor asesorado, pens¨¦. Y, por si por casualidad no lo conoc¨ªa, a punto estuve de recomendarle, El africano de Le Cl¨¦zio, que era un libro que me hab¨ªa conmovido, una indagaci¨®n en torno a la figura del padre del futuro premio Nobel, un hombre que fue m¨¦dico en Nigeria, enviado all¨ª por los brit¨¢nicos y movi¨¦ndose con escasos y pat¨¦ticos recursos, pues todo su instrumental consist¨ªa en una aguja de lat¨®n.
Pens¨¦ en hablarle a Tote de aquella aguja de lat¨®n que pod¨ªa ser el centro de una historia maravillosa y de paso divertirle con un aforismo de Lichtenberg (¡°Si vuestra hora no ha llegado, ni siquiera vuestro m¨¦dico os podr¨¢ matar¡±) cuando de pronto una voz dir¨ªa que interior ¨Caunque ya s¨¦ que entre lo interior y lo exterior a veces es bien dif¨ªcil discernir¨C me recomend¨® que no entrara en el tema de ?frica tan r¨¢pido. Me acuerdo muy bien, porque fue extra?o: fue como si supiera esa voz que el sur de ese gran continente no tardar¨ªa en aparecer en nuestra correspondencia. Se abri¨® paso ?frica en nuestros correos cuando le ped¨ª a Tote que me mostrara algo de lo que escrib¨ªa y que tantos problemas parec¨ªa causarle darlo a leer a alguien. Tras unas semanas de silencio y de largo suspense, me lleg¨® Gansbaai Hooligan, un texto magn¨ªfico, contundente, que no dud¨¦ en publicarlo en mi web. Comenzaba as¨ª: ¡°Me voy a Gansbaai, voy a ba?arme con el tibur¨®n blanco dentro de una jaula¡±.
Pens¨¦: ¡°Joder. Ahora ToteKing brilla aqu¨ª¡±
Me impresion¨®. Y me puso a averiguar algo sobre Gansbaai, que result¨® ser un pueblo pesquero del distrito de Overberg, Provincia Occidental del Cabo, Sud¨¢frica. Un pueblo muy famoso, pero del que no hab¨ªa o¨ªdo hablar nunca y que asoci¨¦ en mi imaginaci¨®n con la isla de Pico en las Azores, uno de los lugares que m¨¢s huella ha dejado en mi vida. Gansbaai, por lo visto, es un lugar conocido por su densa poblaci¨®n de grandes tiburones blancos y como un sitio de observaci¨®n de ballenas. Enseguida, al saber esto, me vino a la memoria una frase, ¡°el tibur¨®n sali¨® del agua¡±, que Tote dice en Empec¨¦ de cero (El tratamiento regio).
En una reciente entrevista en La Voz de Galicia, Tote juzga clave ese movimiento que hizo al enviarme Gansbaai Hooligan y seg¨²n parece tambi¨¦n el hecho de que, despu¨¦s de haberme divertido eligiendo las ilustraciones, decidiera incluirlo en mi web:
-He tardado mucho en hablar de ello porque no sab¨ªa si iba a ser capaz de hacerlo. Enrique Vila-Matas me insisti¨® en que hiciera un texto para su web y fue la chispa. A partir de ah¨ª me puse a escribir. El libro que he escrito no es una novela, ni una vida contada, hay un poco de todo: tiene partes de ensayo, algo de biograf¨ªa, an¨¦cdotas... No sabr¨ªa definirlo. En cualquier caso, lo que no son, es las memorias casposas de un m¨²sico analfabeto. Estoy contento con el resultado. Tiene cierta ambici¨®n.
No puede decirlo mejor. Lo que no es Tote es precisamente un m¨²sico analfabeto, sino un lector de la mejor literatura contempor¨¢nea.
¡°Estoy intoxicado de literatura americana, he le¨ªdo estos meses a Carson McCullers, Ellison, Nabokov y ahora a H¨¦ller en Trampa 22, as¨ª que agotado, he decidido aparcar el de H¨¦ller y ponerme con Crusat y su Sujeto El¨ªptico que aunque tenga aroma a desierto, me est¨¢ refrescando como si fuese el agua del mar. Muy interesante lo del pueblo bereber y muy-muy- muy bien escrito. No conoc¨ªa a este malague?o y me gusta¡±.
Y, adem¨¢s, el creador de una escritura muy personal, forjada m¨¢s en las experiencias de una vida dura que por experiencias en la famosa ¡°litera dura¡± de la literatura. Ahora, cuando ya todo ha pasado ¨Cpor ¡°todo¡± entiendo el tiempo que ha necesitado para convencerme de que le convenciera de que deb¨ªa convencerse de que est¨¢ sobradamente preparado para lanzarse al ruedo de los peligros que despliega cualquier escrito¨C, por fin podemos ver el centro matem¨¢tico en el que se halla el biombo invisible tras el que se oculta el que prefer¨ªa no hacerlo y acab¨® haci¨¦ndolo precisamente para poder comprender el verdadero motivo por el que, llegado el momento, tanto en la m¨²sica como en la literatura, hay que apartarse y volver a empezar de cero, dejar que de nuevo el tibur¨®n salga del agua y nos facilite nubes y aluviones de lluvia y podamos volver a donde est¨¢bamos cuando empezamos y ¨¦ramos lo que ¨¦ramos y a la vez lo que ser¨ªamos, en realidad lo que seremos ¨Cpor esa ¨²nica grieta se cuela nuestra amistad y la eternidad¨C cuando aprendamos por fin a celebrar las calladas s¨ªlabas.
B¨²nker. Memorias de encierro, rimas y tiburones blancos
ToteKing
Blackie Books, 2020
232 p¨¢ginas. 19.90 euros
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