Ch¨¦vere, el teatro foro y el arte de tomar decisiones
La obra 'Curva Espa?a' hace cabriolas sobre un cable tendido entre realidad y ficci¨®n
?Por qu¨¦ muchas de las l¨ªneas interurbanas de autobuses m¨¢s utilizadas de Espa?a llevan d¨¦cadas sin licitarse, cuando por ley deber¨ªan salir a concurso? ?A qu¨¦ se debe que sus concesionarias sigan prestando el servicio con la concesi¨®n caducada? ?Por qu¨¦ el ferrocarril entre Madrid y las capitales extreme?as hace una ele en vez de ir en l¨ªnea recta? Curva Espa?a, thriller documental sobre la construcci¨®n de la l¨ªnea f¨¦rrea entre Puebla de Sanabria y Ourense y el accidente mortal sufrido en 1927 por su ingeniero jefe, resucita en el espectador preguntas que un d¨ªa se hizo y siguen a la espera de respuesta. Ch¨¦vere, compa?¨ªa compostelana especialista en meter el dedo en la llaga (o en el ojo, a falta de aquella), hace esta vez cabriolas sobre un cable tendido entre realidad y ficci¨®n.
El t¨ªtulo de la obra alude a Jos¨¦ Fern¨¢ndez-Espa?a, ingeniero a quien la opini¨®n p¨²blica atribuy¨® el dise?o de una ruta alternativa, que hubiera vertebrado el valle del T¨¢rnega. La que se construy¨® atraviesa una serran¨ªa despoblada. Seguidos por una operadora de c¨¢mara, los actores de Ch¨¦vere hablan de la investigaci¨®n que hicieron sobre el terreno y dramatizan escenas donde se traslucen su posici¨®n pol¨ªtica respecto al lugar que Galicia ocupa en Espa?a y los problemas que tuvieron en su d¨ªa con un alcalde del PP, inhabilitado tras cometer un delito fiscal.
En Eroski Para¨ªso, Ch¨¦vere encontr¨® un equilibrio cuasi perfecto entre el testimonio veraz y lo imaginado (lo hab¨ªa logrado a?os antes en Citizen), pero tambi¨¦n entre lo netamente esc¨¦nico y la imagen filmada, proyectada en tiempo real. El uso de testimonios enlatados, intensivo en un buen tramo de Curva Espa?a, le quita bouquet teatral a una funci¨®n cuyas bazas mejores son las interpretaciones de Patricia de Lorenzo y Miguel de Lira, su humor conciso, seco, brut nature, y el fino hilo con el que Xes¨²s Ron, director de esta troupe, cose su indagaci¨®n.
El enigma en torno a la muerte sobrevenida del ingeniero est¨¢ h¨¢bilmente trenzado (se non ¨¨ vero ¨¨ ben trovato), la duda sobre los intereses que llevaron a la constructora a escoger el trazado menos rentable socialmente est¨¢ sembrada con destreza, pero la reflexi¨®n respecto a c¨®mo se vertebra el territorio sin atender a quienes lo habitan tiene menos desarrollo del que merece. La funci¨®n est¨¢ escrita al hilo de hechos y personajes que sus art¨ªfices fueron descubriendo sobre la marcha, entre los cuales figura el verinense Eloy Luis Andr¨¦, fil¨®sofo amigo de Unamuno, alumno de Wilhelm W¨¹ndt en Leipzig, pionero de la psicolog¨ªa en Espa?a y art¨ªfice verdadero del proyecto ferroviario alternativo antes mencionado, que ¨¦l mismo se encarg¨® de publicitar en una tourn¨¦e por la regi¨®n y a trav¨¦s de un volumen editado en 1923: El ferrocarril del pr¨ªncipe de Asturias.
En esta obra, Ch¨¦vere se pregunta qu¨¦ es cierto y qu¨¦ falso en cualesquiera relatos oficiales, pero el p¨²blico sale pregunt¨¢ndose lo mismo respecto a lo que acaban de contarle. El coloquio celebrado tras la funci¨®n del s¨¢bado aclar¨® este extremo: deber¨ªa hacerse siempre.
La inteligencia colectiva
Ante decisiones como la tomada hace un siglo por el Ministerio de Fomento a instancias de MZOV, empresa constructora del ferrocarril de Zamora a Ourense, los ciudadanos de a pie no tenemos margen de maniobra. Nuestro poder de decisi¨®n est¨¢ condicionado a¨²n en el ¨¢mbito ¨ªntimo, como muestra La chica que so?aba, pieza de teatro foro donde Luc¨ªa Miranda abre p¨²blico debate sobre los impedimentos que encuentran las mujeres cuando pretenden desempe?ar una profesi¨®n tradicionalmente masculina.
En el teatro foro, creado por el brasile?o Augusto Boal, el p¨²blico no va a ver un espect¨¢culo, sino a abordar un asunto o a dilucidar un problema de manera activa: va a escuchar lo que se le dice desde el escenario, pero tambi¨¦n lo que opinan sus compa?eros de platea y a expresarse libremente al respecto. En los a?os setenta, Boal rompi¨® el pacto entre actor y espectador suscrito en ¨¦poca de Eur¨ªpides, para crear una herramienta de resoluci¨®n de conflictos en los ¨¢mbitos escolar, social y empresarial.
El caso de La chica que so?aba est¨¢ planteado certeramente por Luc¨ªa Miranda, autora y directora en escena (o joker) de esta funci¨®n. La artista vallisoletana expone de manera concisa la perplejidad que su protagonista adolescente despierta en sus padres y en su grupo de iguales cuando les comunica su intenci¨®n de estudiar una ingenier¨ªa, las dificultades que encuentra para llevar su decisi¨®n adelante y, una vez conseguido su objetivo, lo dif¨ªcil que le resulta conciliar su anhelo de ser madre con su trabajo en una empresa cuyos contratos hay que ganar en cruenta competencia.
Visto el caso, le toca a la audiencia pronunciarse. De entrada, sorprende la variedad de apreciaciones certeras que formulan espectadores de todas las edades y la pluralidad de sus puntos de vista, que suman incluso cuando son contradictorios: unos enfocan el suelo del asunto, otros el techo o las paredes, pero la visi¨®n de conjunto resulta enriquecedora. El teatro foro invita al optimismo: es la constataci¨®n de lo bien que funciona la inteligencia colectiva, que tan pocos ¨¢mbitos de expresi¨®n encuentra en las sociedades autodenominadas avanzadas. El p¨²blico del madrile?o Teatro Conde Duque, que el viernes pasado inclu¨ªa a multitud de adolescentes, acot¨® el problema con la precisi¨®n de un laser quir¨²rgico.
En su cara a cara con la audiencia, Anah¨ª Beholi y Bel¨¦n Santiago no fallaron una sola volea y ?ngel Perab¨¢ hizo un despliegue fregol¨ªstico digno del elenco de La Cubana. Entiendo que la escenograf¨ªa y la luminotecnia que arropan esta funci¨®n resultan inexcusables, porque no hay quien venda hoy un bolo sin ese oropel (traduzco: los programadores teatrales no suelen contratar nada que no vaya bien envuelto), pero resulta ajeno a la naturaleza magra y desnuda del teatro foro. La hora y media de duraci¨®n se queda corta: en ?Qu¨¦ hacemos con la abuela? y Las chicas no fuman igual, con m¨¢s tiempo, Luc¨ªa Miranda ahondaba m¨¢s.
Curva Espa?a. Dramaturgia y puesta en escena: Xron, sobre una idea de Ch¨¦vere. Madrid. Teatros del Canal. Hasta el 15 de marzo.
La chica que so?aba. Direcci¨®n y dramaturgia: Luc¨ªa Miranda. Suspendidas las representaciones previstas en Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.