¡®Red Dead Redemption 2¡¯
El juego que en 2018 explot¨® todas las posibilidades narrativas del lejano oeste inaugura nuestras recomendaciones l¨²dicas durante la cuarentena
El videojuego, como medio art¨ªstico, como el m¨¢s joven de los medios art¨ªsticos, todav¨ªa tiene que decidir muchas cosas. En t¨¦rminos de autor¨ªa est¨¢ como el cine en los a?os 30: tiene que decidir si le otorga al director el estatus de artista. En t¨¦rminos expresivos tiene que decidir si opta por ser un medio narrativo o si se atreve a ser experimental. En t¨¦rminos estrictamente l¨²dicos, tiene que decidir si se queda en la superficie de ¡°lo divertido¡± o se interna en las simas de ¡°lo profundo¡±.
En el a?o 2018 ocurri¨® un milagro que trascender¨ªa la capacidad de los juegos para reformularse. Dos juegos (dos superproducciones) tomaron dos franquicias consagradas y las deconstruyeron creando as¨ª dos hitos. Los dos juegos se atrevieron a pasar, con mucho riesgo, por el ojo de dos agujas muy concretas, y el resultado fueron dos obras maestras.
El primero es la fantas¨ªa mitol¨®gica griega God Of War (Sony, PS4). Las tres primeras entregas de la saga God of War (2005, 2007, 2010), si bien pose¨ªan una historia m¨¢s profunda de lo habitual, eran un destilado de lo que significaban entonces los juegos hardcore: violencia a espuertas, acci¨®n sin freno, un poco de sexismo, sangre por doquier. Pero para la cuarta entrega el director de la misma, Cory Barlog, decidi¨® que la obra pasara por el ojo de aguja de la paternidad. Barlog aplic¨® en el juego su propia experiencia de padre primerizo, y eso cambi¨® para siempre al dios de la guerra espartano. El escenario pas¨® del mediterr¨¢neo a las tierras n¨®rdicas, y la mitolog¨ªa que envolv¨ªa todo pas¨® de ser la griega a la escandinava. Pero lo m¨¢s importante fue el cambio del personaje: Kratos, otrora solitario heraldo de la muerte, era ahora padre, y su preocupaci¨®n, antes que ninguna otra, era la vida de su hijo Atreus. El juego segu¨ªa siendo de acci¨®n, claro, pero este cambio argumental intervino todos los aspectos de la obra: el narrativo, el mec¨¢nico, incluso el est¨¦tico, transformando el juego en algo distinto. En algo mayor.
Pero no es el God of war el juego que inicia nuestras recomendaciones para jugar en estos d¨ªas de alerta nacional y obligada estancia casera. El juego que hoy recomendamos es el otro juego que en 2018 se atrevi¨® a cambiar el curso de una franquicia. Es el Red Dead Redemption 2.
El primer juego de la saga de Rockstar, en 2010, hab¨ªa sido una org¨ªa de violencia (en este caso, en el lejano oeste norteamericano), enloquecida, salvaje y divertida a rabiar. Pero el juego que nos lleg¨® hace dos a?os era algo muy distinto, akgo que se atrevi¨® a transformar de ra¨ªz la franquicia pasando, esta vez, por ojo de otra aguja: precisamente, la de la enfermedad.
Es cierto que el juego hab¨ªa cambiado muchos de sus planteamientos. Los asentamientos, las persecuciones a caballo, las peleas en los burdeles y los tiroteos segu¨ªan ah¨ª, pero es justo decir que, si bien el primer Red Dead Redemption era un juego de acci¨®n, su secuela (en realidad una precuela), podr¨ªamos decir que se acercaba m¨¢s al simulador del lejano oeste en 1899. M¨¢s contenido, m¨¢s cauto, m¨¢s grave. Pero dejando a un lado las mec¨¢nicas, el cambio real del juego es narrativo: a mitad de su aventura, el protagonista, Arthur Morgan, enferma de tuberculosis, enfermedad que contrae por golpear a un enfermo al que le exige la devoluci¨®n de un pr¨¦stamo. A partir de ah¨ª, lo que pens¨¢bamos que iba a ser una aventura ascendente, cada vez m¨¢s trepidante, se pausa. Se vuelve reflexiva. Los pulmones moribundos del protagonista ya no permiten las explosiones de adrenalina que hab¨ªamos visto hasta entonces. El nuevo ritmo del juego da al incurable Arthur la posibilidad de reevaluar su propia existencia y, al jugador, de recontextualizar todas las acciones que hab¨ªa cometido. ?A qu¨¦ tanta violencia? ?A qu¨¦ tanto caos? ?A qu¨¦ tanta prisa para llegar a¡ d¨®nde? En el mundo en pausa al que le obliga la enfermedad, Arthur aparcar¨¢ todo lo que le exigen los dem¨¢s para, por primera vez, tener un di¨¢logo consigo mismo.
Muchas m¨¢s l¨ªneas se pueden escribir sobre las virtudes del juego. Desde personajes impagables como ese Dutch van der Linde que para Arthur ejerce tanto de figura paterna como mefistof¨¦lica, hasta ese apartado gr¨¢fico deslumbrante que te mete de lleno en las monta?as salvajes, en los r¨ªos bravos y helados. Por no hablar de los seres vivos: los animales que pueblan los bosques, los hombres y mujeres que recorren los pueblos.
Pero por ahora qued¨¦monos con esto: la excepci¨®n, lo impensable. La enfermedad como punto y aparte. Momento de calma y sosiego. Momento de, si es necesario, dar pasos hacia atr¨¢s. Aunque sea para coger impulso y seguir adelante.
Red Dead Redemption 2. Rockstar Games (2018). PS4, XBOX One, Windows, Stadia.
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