Gran literatura menor
Alejandro Zambra reivindica una prosa opuesta a la grandilocuencia con una novela que se hace fuerte en sus limitaciones, humor¨ªstica y emocionante
Una de las mayores cualidades de Alejandro Zambra (Santiago de Chile, 1975) es haber encaminado el encanto de su prosa y una destacada inteligencia lectora a la defensa de la literatura menor. Una ¡°gran¡± literatura menor que incide en la honestidad y la tenue idealizaci¨®n de las circunstancias m¨¢s comunes; e incluso mediocres, si despojamos esta palabra de sus connotaciones negativas. Porque este ¡°menor¡± no se opone a lo ¡°grande¡±, sino a lo ¡°grandilocuente¡±. Y la vindicaci¨®n de maestros como Paul Le¨¢utaud, Julio Ram¨®n Ribeyro o Natalia Ginzburg (en el maravilloso No leer), o la brevedad elocuente de sus propias novelas (Bons¨¢i, Formas de volver a casa) se?alan una hoja de ruta del autor: poner en marcha una imaginaci¨®n poderosa en un campo acotado, dar al gesto contenido una amplia resonancia.
Ahora bien, Poeta chileno, su novela m¨¢s extensa (420 p¨¢ginas), tampoco se salta la voluntaria limitaci¨®n. Gravita en torno a unas pocas e intensas relaciones: de pareja, de familia y amistad. E incluso los momentos ¡°en sociedad¡± (en la peque?a sociedad de los poetas) los habitan personajes con interiores abigarrados, a veces humor¨ªsticamente solipsistas.
La novela se articula en tres tiempos: Gonzalo y Carla, novios de adolescencia, se separan tras un decepcionante sexo primerizo. Vuelven a encontrarse 10 a?os despu¨¦s: Carla tiene a Vicente, un ni?o de seis a?os que Gonzalo (ahora poeta en ciernes) criar¨¢ como propio hasta una nueva separaci¨®n. A?os m¨¢s tarde, Vicente, con 18, se enamora de una ¡°gringa¡±, comienza a escribir sus propios poemas y retoma el contacto con Gonzalo.
Poeta chileno es una indagaci¨®n de las relaciones afectivas: de la vulnerabilidad y del orgullo, de los malentendidos de la convivencia y de la generosidad como una forma mayor de amor. Las mejores p¨¢ginas tienen a ¡°padrastro¡± e ¡°hijastro¡± como protagonistas y modulan, sin entrar en complejidades psicol¨®gicas ni salirse del patr¨®n heterosexual, nuevas formas de masculinidad. Zambra se mantiene en una respetuosa y algo burlesca distancia respecto a sus personajes, que no pierden encanto por ello.
Ahora bien, tanto Gonzalo como, despu¨¦s, Vicente son poetas. Tengamos en cuenta que en Chile la poes¨ªa es algo parecido a un deporte nacional (¡°somos bicampeones mundiales de poes¨ªa¡±, dice un antip¨¢tico personaje), y la poes¨ªa cumple un importante papel en la novela, aunque no principal. La sociedad de los poetas funciona como un espejo humor¨ªstico y embellecedor de algo parecido a lo popular chileno: casi un poco menos machista y algo menos clasista, dir¨¢ otro personaje. Adem¨¢s, gracias a la poes¨ªa, Zambra reformula uno de sus temas predilectos: la defensa de una entusiasta inmadurez.
A pesar del af¨¢n did¨¢ctico de muchas p¨¢ginas, Zambra evita la tentaci¨®n de la ¡°novela en clave¡± para entendidos. Lo consigue inventando un personaje extranjero: Pru, norteamericana que entrevistar¨¢ a este infiernillo local de poetas, ¡°como personajes de Bola?o¡±, m¨¢s rid¨ªculos que sublimes. La elecci¨®n no es inocente: con un inevitable aire de ¨¦poca, es una neoyorquina quien objetiva el bullicioso mundo de poetas chilenos. Y como en muchas novelas actuales, Nueva York es ese ¡°afuera¡± que permite definir lo local en algunos momentos cruciales.
Poeta chileno es una novela que se hace fuerte en sus limitaciones, tramada con ejemplaridad, humor¨ªstica y emocionante.
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Autor: Alejandro Zambra.
Editorial: Anagrama, 2020.
Formato: tapa blanda (424 p¨¢ginas. 20,90 euros).
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