C¨®mo el populismo se apodera del pueblo
Manuel Arias Maldonado se pronuncia a favor de defender el sistema liberal frente a la ¨¦pica del poder soberano, que empuja a una sociedad movida por el miedo
Los numerosos memes que circulan por la Red con la fotograf¨ªa retocada de Isabel D¨ªaz Ayuso en plan Madona de la Puerta del Sol o Nuestra Se?ora de Ifema valdr¨ªan para ilustrar, desde el sarcasmo, la tesis fundamental que Manuel Arias Maldonado defiende en su ¨²ltima obra. A saber, que una corriente subterr¨¢nea de contenido teol¨®gico o m¨ªtico circula por las alcantarillas de la democracia liberal. Consecuentemente, esta se ve de continuo amenazada por las muchas veleidades de quienes la predican, y aunque reconoce que el pluralismo est¨¢ demasiado enraizado en nuestra sociedad, seg¨²n ¨¦l ¡°asistimos a una pugna entre distintas tribus morales, algunas de las cuales son m¨¢s propensas a demandar la acci¨®n expeditiva de un l¨ªder autoritario¡±.
El ensayo fue escrito antes de la implosi¨®n del coronavirus y comenta m¨¢s bien las consecuencias de la crisis financiera de 2008. A partir de entonces se hizo evidente la erosi¨®n del prestigio de los reg¨ªmenes liberales, acusados ahora de ser menos eficientes que los autoritarios en circunstancias adversas como las que vivimos. Desde mi punto de vista, y deduzco que tambi¨¦n en opini¨®n del autor, esta tendencia se ha incrementado con ocasi¨®n de la pandemia. La escalada del proteccionismo comercial, del populismo y el nacionalismo hab¨ªa comenzado antes de que los Gobiernos de todo el mundo impusieran en su lucha contra el virus la limitaci¨®n y aun suspensi¨®n de las libertades individuales, tambi¨¦n en los pa¨ªses llamados precisamente libres. A partir de la covid-19, y aunque se dulcifiquen las prescripciones sanitarias sobre confinamiento y circu?laci¨®n, es evidente que van a continuar creciendo las pulsiones autoritarias en detrimento del ejercicio democr¨¢tico.
Arias Maldonado nos embarca en un recorrido intelectual, en ocasiones demasiado prolijo, que circula por un itinerario anunciado desde las primeras p¨¢ginas del libro: la idea de soberan¨ªa, encarnada seg¨²n el imaginario de las gentes en la existencia aut¨®noma de un poder pr¨¢cticamente sin l¨ªmites, se encarna no solo en la figura periclitada de los reyes absolutos, sino tambi¨¦n en las aspiraciones m¨¢s o menos revolucionarias que tratan de ejercer el mando de forma unitaria en nombre de una supuesta voluntad popular. Semejante reivindicaci¨®n, exhibida con fuerza en los a?os recientes, conserva en su opini¨®n ¡°un resabio de omnipotencia¡±. En realidad, el concepto mismo de soberan¨ªa nunca habr¨ªa dejado de tener connotaciones teol¨®gicas, y todo el constructo liberal, empe?ado en la separaci¨®n de iglesias o sectas respecto al gobierno de los pueblos, no ha hecho m¨¢s que repetir comportamientos y creencias encarnadas en una especie de religi¨®n laica. Desde ese punto de vista, la R¨¦publique francesa padecer¨ªa de las mismas aspiraciones por la trascendencia que el misterio de la Sant¨ªsima Trinidad. En cualquier caso no me cabe duda de que cuanto mayor es el ¨¦xito de una formaci¨®n pol¨ªtica, m¨¢s aspira su dirigencia a entronizar a un l¨ªder carism¨¢tico, una especie de sumo sacerdote venerado por su seguidores. Esto es muy visible incluso en el comportamiento de los ministros de Pedro S¨¢nchez, en cuyas frecuentes comparecencias p¨²blicas para dar cuenta de su gesti¨®n menudean las alusiones y reconocimientos al presidente, pues todo se hace, se obtiene, se logra y se predica en nombre de ¨¦l, que ha asumido toda la responsabilidad de las decisiones en la lucha contra la pandemia. Toda la responsabilidad implica tambi¨¦n todo el poder, algo que no existe ni puede existir en democracia, y que nos retrotrae a la imagen del absoluto soberano.
Singularmente interesantes a este respecto son las p¨¢ginas que Manuel Arias dedica al escrutinio de los comportamientos populistas en pleno siglo XXI. Por un lado pone de relieve que uno de sus rasgos es resaltar ¡°la contraposici¨®n entre un pueblo virtuoso y una ¨¦lite corrupta que ha puesto la democracia al servicio de sus intereses¡±, pervirtiendo as¨ª la idea de un gobierno por y para el pueblo. La t¨¢ctica de Podemos para encaramarse al poder denunciando la existencia de una ¡°casta¡± no es pues nada original. Responde a la necesidad perenne de todo movimiento populista de encontrar un enemigo que concite la animadversi¨®n de quienes se sienten desprotegidos ante el sistema. Llevado al extremo, da lo mismo que se trate de los jud¨ªos, de los fascistas, de los comunistas o de los bancos. Alguien tiene que encarnar la amenaza a la voluntad popular, aunque la existencia de un pueblo unido como tal es un imposible en cualquier sociedad abierta, que protege las libertades individuales y promueve las diferentes identidades y aspiraciones de distintos grupos. Frente al cosmopolitismo democr¨¢tico, los populistas necesitan predicar la unidad popular, solo presente en la encarnaci¨®n abusiva de quien ejerce el poder. Citando a Jan-Werner M¨¹ller, polit¨®logo alem¨¢n y catedr¨¢tico en Princeton, ¡°el populista sostiene que solo una parte del pueblo constituye el pueblo¡±. Es la misma frontera que traspas¨® nada sutilmente el presidente del Gobierno espa?ol cuando insisti¨® despu¨¦s de las elecciones de noviembre en que el pueblo se hab¨ªa expresado con contundencia: ¡°Los ciudadanos fueron claros y quieren que gobierne el Partido Socialista. No hay alternativa¡±. Pronunci¨® estas palabras despu¨¦s de haber perdido 800.000 votos respecto a las elecciones anteriores y obtener el apoyo del 28% sobre el voto emitido y apenas un 20% del censo electoral. Ese 20% era por lo visto la voz del pueblo.
La ¨¦pica del poder soberano empuja ahora a nuestras sociedades, movidas por el miedo, al nacionalismo y el estatismo. En ese ambiente, Arias Maldonado se pronuncia sin ambages en favor de defender los procedimientos del sistema liberal frente al decisionismo populista. Esperemos que su voz no clame en el desierto.
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Autor: Manuel Arias Maldonado.
Editorial: Los libros de la Catarata, 2020.
Formato: tapa blanca (182 p¨¢ginas, 17 euros).
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