El lobo de arena
Tal vez haya que buscar en la literatura infantil y en la educaci¨®n las razones de la confianza entre el Gobierno de Suecia y sus ciudadanos. Eso ayudar¨ªa a explicar el modo en que se ha gestionado all¨ª la pandemia de coronavirus, sin estado de alarma
Hemos asistido en muchos pa¨ªses a un vivo debate en torno a la estrategia sueca frente a la pandemia. A diferencia de la mayor¨ªa de pa¨ªses, incluso sus vecinos escandinavos, Suecia nunca decret¨® el confinamiento de su poblaci¨®n y no cerr¨® las escuelas, limit¨¢ndose a comunicar las recomendaciones de higiene y distanciaci¨®n social pertinentes a la poblaci¨®n y confiando en su buen hacer. M¨¢s all¨¢ de que no hay, a d¨ªa de hoy, consenso sobre el resultado de esta estrategia, ha habido un enorme inter¨¦s por explicar y entender la idiosincrasia sueca que habr¨ªa permitido a las autoridades del pa¨ªs tomar el riesgo de no confinar forzosamente a sus habitantes. Pr¨¢cticamente todos los an¨¢lisis inciden en la importancia de un aspecto que suele, adem¨¢s, suscitar admiraci¨®n: la confianza mutua entre poblaci¨®n y autoridades y entre los propios habitantes. ?C¨®mo se construye esa confianza estructural? Una posible respuesta es: desde la infancia. Nuestros referentes educativos y culturales durante aqu¨¦lla constituyen la base sobre la que nos construimos como ciudadanos.
El lugar de la infancia en la cultura sueca contempor¨¢nea es clave. No solamente en t¨¦rminos pr¨¢cticos ¨Ccomo la mayor facilidad que tienen las familias para conciliar trabajo profesional y cuidados o la integraci¨®n de zonas infantiles en numerosos espacios¨C sino en un sentido simb¨®lico. Un rico imaginario infantil, creado a lo largo de m¨¢s de un siglo por escritores e ilustradores, forma parte consustancial del imaginario colectivo sueco, habiendo adquirido determinados de sus personajes la magnitud de iconos nacionales. Suecia, junto a sus vecinos escandinavos, es de los pocos pa¨ªses en donde el estatus de la literatura infantil y juvenil tiene poco que envidiar a otros g¨¦neros literarios.
El siglo de los ni?os de Ellen Key, publicado en 1900, sienta las bases de una pedagog¨ªa moderna y anticipa un nuevo esp¨ªritu de ¨¦poca con los ni?os como protagonistas. Unos a?os m¨¢s tarde, Selma Lagerl?f, Premio Nobel de Literatura en 1909, recibe el encargo de escribir un libro de geograf¨ªa que se convertir¨ªa en El maravilloso viaje de Nils Holgersson; una extraordinaria historia de ficci¨®n que explora la naturaleza, la historia y las tradiciones locales a lo largo del pa¨ªs. A las rom¨¢nticas ilustraciones del folklore escandinavo realizadas por Jenny Nystr?m, se suman pronto las de Elsa Beskow. Docente como Lagerl?f, Beskow escribi¨® e ilustr¨® m¨¢s de cuarenta obras entre 1897 y 1952 que siguen reedit¨¢ndose. Sus ilustraciones, como las de Nystr?m, contin¨²an reimprimi¨¦ndose en calendarios, postales y art¨ªculos. Beskow mezcla realidad y ficci¨®n y, si en algunos de sus cuentos, los ni?os conviven con gnomos, elfos y otros personajes imaginarios en la naturaleza; en otros, explora las relaciones entre ni?os y adultos en entornos realistas.
A pesar del didacticismo de la ¨¦poca, el leitmotiv de la libertad y la autosuficiencia de los ni?os va tomando cuerpo. ?ste se refuerza y actualiza en la segunda mitad del siglo XX, a la par que se consolida el Estado de bienestar, en las obras de Astrid Lindgren, Tove Jansson o Lennart Hellsing. De las decenas de personajes de Lindgren, quiz¨¢ el m¨¢s emblem¨¢tico y rompedor es Pipi Calzaslargas. Se trata de una ni?a que vive sola, tiene su propio dinero, posee una formidable imaginaci¨®n y es adem¨¢s un portento f¨ªsico. Todo esto le permite ser libre y hacer las cosas a su manera. Si Pipi encarna la imagen de una ni?a fuera de lo com¨²n, Alfonso (Alfons ?berg), creado por Gunilla Bergstr?m en los a?os 1970, personifica un ni?o corriente que vive solo con su padre en la Suecia urbana del bienestar. Como todos sus pares, Alfonso busca entenderse a s¨ª mismo y el mundo que habita. Bergstr?m describe sus pensamientos y las preguntas que se hace de modo sencillo y perspicaz, poniendo, a menudo, sobre la mesa las inconsistencias que percibe en su padre y, en general, en los adultos.
Este respeto por la inteligencia y la sensibilidad de los ni?os sigue presente en obras infantiles recientes y de gran ¨¦xito como El lobo de arena de ?sa Lind, recientemente traducido al espa?ol por M¨®nica Corral y Martin Lexell. En esta hermosa historia, la peque?a Zackarina dialoga sobre s¨ª misma y todo lo que le rodea con un lobo de arena que habita la playa frente a su casa. La felicidad de estar al aire libre, el amor por la naturaleza, la curiosidad por todo lo m¨¢s peque?o y m¨¢s grande del universo, las contradicciones del mundo adulto, pero tambi¨¦n de las propias emociones y la honestidad sobre ellas; constituyen temas recurrentes en el imaginario literario infantil sueco. Un imaginario que, posiblemente, ayuda a forjar personalidades infantiles independientes; ni?os que piensan por s¨ª mismos y no se consideran, ni son considerados, ap¨¦ndices de los adultos.
Lejos de idealizar la idiosincrasia sueca ¨Cque, como todas, tiene sus sombras¨C se trata de reconocer que el modo en que son percibidos y tratados los ni?os en tanto futuros ciudadanos y, concretamente, el respeto y la confianza que merecen o no en una sociedad, son determinantes para la calidad democr¨¢tica de aqu¨¦lla.
Olivia Mu?oz-Rojas Oscarsson es doctora en Sociolog¨ªa por la London School of Economics e investigadora independiente. oliviamunozrojasblog.com
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