R¨ªo arriba
El director Oriol Broggi ha presentado en Barcelona 'Assedegats', una obra de Wajdi Mouawad y Beno?t Vermeulen. Un gran trabajo con un reparto espl¨¦ndido
Assedegats (Assoiff¨¦s / Sedientos) naci¨® en 2012 como un encargo a Wajdi Mouawad de Beno?t Vermeulen, director de la compa?¨ªa de Le Clou. Vermeulen pidi¨® a Mouawad textos en torno a dos temas eternos: juventud y libertad. Mouawad escribi¨® fragmentos sueltos, y Vermeulen fue el encargado de armar la composici¨®n. ¡°Ha salido una pieza sobre la juventud para la juventud¡±, dijeron los autores.
Oriol Broggi, que ha montado abundantes piezas de Mouawad, ha dirigido la funci¨®n para La Perla 29 en el Teatre Biblioteca de Catalunya. Es una funci¨®n pura y sencilla, aunque no ha debido serlo su escritura. Tampoco la traducci¨®n al catal¨¢n para Ramon Vila: el lenguaje de Mouawad y Vermeulen tiene mucho de r¨ªo desbordante.
La estructura est¨¢ armada en mon¨®logos con peque?os di¨¢logos. Los protagonistas son tres estudiantes: Guillem Balart (Murdoch), Sergi Torrecilla (Boon) y Carla Vilar¨® (Norv¨¨ge). Murdoch, pose¨ªdo por un c¨®ctel de furia y logorrea, habla sin que parezca encontrar sentido a lo que dice ni, sobre todo, a lo que escucha. Boon, misteriosamente tambi¨¦n conocido como Boltansky, es un personaje todav¨ªa m¨¢s singular: sue?a escribir una obra de teatro sobre la belleza (frase clave: ¡°?Qu¨¦ pasa cuando los j¨®venes no encuentran la belleza en parte alguna ni saben c¨®mo explicarla?¡±). Cuestiones reiteradas, obsesivas, tratando de desentra?ar los misterios de la adolescencia, las preguntas sobre el sentido de la vida, la belleza y el horror.
Con Assedegats suceden varias paradojas: el texto parece excesivo, pero no puedes dejar de escucharlo; tiene una notable potencia al ser le¨ªdo, aunque se multiplica hasta rozar la magia, como si las palabras flotasen en el aire, al ser representado. Pese a su juventud, Torrecilla es el m¨¢s veterano del reparto. Balart, casi debutante, te corta la respiraci¨®n. Y la gran paradoja corre a cargo de Norv¨¨ge: cuando comienza la obra, la muchacha se ha encerrado en su habitaci¨®n porque no quiere hablar con nadie, pero hay que escuchar y dejarse llevar por su arrollador soliloquio final, que parece rozar la posesi¨®n. No hay que perder de vista, pues, los talentos de Balart y de Vilar¨®. Y seguir de nuevo el demostrado y m¨²ltiple bien hacer de Torrecilla.
Hay un doble formato en la puesta de Broggi: representaci¨®n en directo y en audiovisual. Adem¨¢s de los int¨¦rpretes mencionados, hay colaboraciones especiales filmadas en directo: Clara Segura (la madre), Ivan Benet (el padre) y Xavier Ruano (el profesor de geograf¨ªa). El dise?o de v¨ªdeo es de Francesc Isern; las filmaciones en steadycam, a cargo de Roger Blasco, y el sonido, comandado por Damien Bazin, habitual de la banda de Broggi. Volviendo a la segunda parte del doble formato: el montaje simultanea el trabajo de manera presencial en la sala de la biblioteca (y se proyecta en directo en varias pantallas del teatro) y al mismo tiempo los espectadores pueden quedarse en casa y verla en streaming.
Salto en el tiempo. Han pasado 15 a?os. Boon, ahora antrop¨®logo forense, reconoce los restos de un cad¨¢ver desaparecido en el r¨ªo Saint Lorent. Otra frase clave de Boon: ¡°Un extra?o reencuentro me hizo volver: no solo a m¨ª, sino al momento de mi adolescencia en que cre¨ªa realmente que ser¨ªa un escritor¡±. Esa ma?ana, Boon/Boltansky rememora su pasado. No es el ¨²nico cad¨¢ver. Y vuelve el anhelo de sed. De sed de vivir, de ser libre, de pasi¨®n, de conocimiento. Vuelven, como si viajaran en el tiempo, la belleza del mundo y su sentido. La intensidad del momento, las emociones a flor de pie. Ah¨ª van unos fragmentos sobre el recuerdo de Boon y sus compa?eros: el r¨ªo vuelve hacia lo alto.
¡°En cinco minutos me hab¨ªa inyectado una dosis de revuelta y de rabia tan grande que me posey¨® una enorme sed de amor, de sentido, de ternura¡ Pero tambi¨¦n comprend¨ª que cuanto m¨¢s intentamos vivir sin belleza, m¨¢s horrible se vuelve la belleza que hay en nosotros. Por fin Norv¨¨ge estaba a mi lado en el gran silencio de una escuela polit¨¦cnica. Ella y yo, solos. Mientras Murdoch estaba en clase de geograf¨ªa, yo escrib¨ªa aquel texto que brot¨® de una tirada. Y mientras ¨¦l se contaminaba con su insaciable sed de infinito, yo nunca habr¨ªa podido escribir como lo hice. Murdoch en su clase y yo escribiendo sobre la belleza, al lado de Norv¨¨ge¡±. Suena Springsteen.
Me cuenta Broggi: ¡°Con el virus y los ERTE se nos dispar¨® la preocupaci¨®n y decidimos hacer tan solo dos semanas. Est¨¢ todo muy complicado, pero ha ido muy bien de p¨²blico. Y si se mantiene el tir¨®n, volveremos en septiembre u octubre. Queremos hacer Assedegats m¨¢s adelante, para institutos. Tardamos en darnos cuenta, por cierto, de que es una obra sobre la necesidad de hacer teatro¡±.
Assedegats se represent¨® del 6 al 17 de julio en el Teatre Biblioteca de Catalunya (Barcelona). La compa?¨ªa prev¨¦ reanudar las funciones en el mismo escenario despu¨¦s de verano.
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