La Europa de Michael Kr¨¹ger
Uno de los grandes de la l¨ªrica alemana actual publica un libro con versos salidos de su diario viajero de 2018, ¡°el a?o en el que la Europa oficial perdi¨® la cabeza¡±. Su traductora Cecilia Dreym¨¹ller selecciona y comenta para 'Babelia' cuatro poemas del volumen, a¨²n in¨¦dito en espa?ol
Soglio
Aqu¨ª, donde el pa¨ªs se va perdiendo
en empinada cuesta arriba, debes
decirle al sol que pare,
pues t¨² tranquilamente
quieres ver al verano
desaparecer a lo lejos,
ese colector de casta?as
con el vivo sentido del final.
De modo que, el libro,
que se escriba solo,
al ritmo de la fuente,
hasta que el d¨ªa, cansado,
compruebe en la hierba el discurso
de Dios, la oraci¨®n rezongona de las piedras.
Sarajevo
La guerra ha dejado sobre la ciudad
el humo de carb¨®n de le?a,
se lo recibe con las manos abiertas.
Visito al poeta Izet Sarajlic
en el cementerio de los ateos.
No hablemos de justicia,
dice, es peque?a como una avellana,
y hueca. De su vecino
s¨®lo enterraron la mano izquierda,
el resto fue inencontrable en la guerra.
El libro bosnio de los muertos se compone
de mil l¨¢grimas elocuentes
que quieren desgastar la tierra
antes de la llamada del muec¨ªn.
Pasada la medianoche, una lluvia cir¨ªlica,
sabe a harina de avena y menta,
la sirve el diablo.
Madrid
?Cu¨¢ntos pasos me quedan de los asignados
en el libro mayor celestial?
?Y estar¨¢ previsto un aterrizaje suave
o una ca¨ªda en picado? No quiero ser ya
ninguna de las dos cosas, ni presa ni cazador.
Dame unos pocos metros m¨¢s, ens¨¦?ame, por favor,
la clara huella del camino hacia all¨ª,
donde me pierde y se divide.
Lo s¨¦, vivir no es un cometido a largo plazo,
desde que perdimos el don de la inmortalidad...
aunque para un premio tan finito
la apuesta infinitamente alta
me parece excesiva.
As¨ª que, caminemos juntos unos pocos metros
m¨¢s, coge mi mano que busca a tientas la tuya,
pues probablemente estamos m¨¢s unidos
de lo que t¨² y yo jam¨¢s sospechamos.
D¨¹sseldorf
Recojo aqu¨ª las ¨²ltimas palabras
antes de astillarse en el fr¨ªo,
la palabrita paz, enjuta y temblorosa;
igualdad se ha quedado en los huesos;
la fraternidad se me ha atragantado.
El jardinero Maximilian Friedrich Weyhe
de Poppelsdorf, un alumno de Lenn¨¦,
me regal¨® un manojo de flores,
que junt¨¦ a las palabras y lo tir¨¦
todo a las turbias aguas del Rin.
Mi libro, lo tir¨¦ acto seguido,
as¨ª habr¨ªa paz de una vez.
Traducci¨®n de Cecilia Dreym¨¹ller. Michael Kr¨¹ger (Wittgendorf, 1943) es un prestigioso poeta, ensayista y cr¨ªtico literario. Fue codirector, con Klaus Wagenbach, de la revista Tintenfisch y director literario de la editorial Hanser. La editorial Anagrama ha publicado en espa?ol sus libros El final de la novela y la trilog¨ªa formada por ?Qu¨¦ hacer?, ?Por qu¨¦ Pequ¨ªn? y ?Por qu¨¦ precisamente yo?
Soglio
Hier, wo das Land sich steil / nach oben verliert, musst du / der Sonne sagen, / dass sie stillstehen soll, / weil du in aller Ruhe / dem Sommer nachsehen willst, / dem Kastanienpfl¨¹cker/ mit dem hellen Sinn f¨¹r das Ende. // Also soll das Buch sich / von selber schreiben, / im Rythmus des Brunnens, / bis der Tag, m¨¹de geworden, / im Gras die Rede Gottes nachliest, / das aufm¨¹pfige Gebet der Steine.
Sarajevo
Der Krieg hat den Holzkohlenrauch / ¨¹ber der Stadt stehen gelassen, / man empf?ngt ihn mit offenen H?nden. / Ich besuche den Dichter Izet Saralic / auf dem Friedhof der Atheisten. / Reden wir nicht von Gerechtigkeit, / sagt er, sie ist klein wie eine Haselnuss / und leer. Von seinem Nachbarn / ist nur die linke Hand begraben, / der Resta war nicht aufzufinden im Krieg. // Das bosnische Totenbuch besteht / aus tausend wortgewaltigen Tr?nen, / die wollen die Erde zerm¨¹rben, / bevor der Muezzin ruft zum Gebet. / Nach Mitternacht ein kyrillischer Regen, / er schmeckt nach Hafermehl und Minze / und wird vom Teufel serviert.
Madrid
Wie viele Schritte sind mir noch zugemessen /? im Himmlischen Hauptbuch? / Und ist eine sanfte Landung geplant / oder ein Absturz? Ich will beides nicht mehr sein, / weder Beute noch J?ger. / Gib mir noch ein paar Meter, bitte zeig mir / die helle Spur des Wegs bis dahin, / wo sie mich verliert und sich spaltet. / Ich wei?, Leben ist kein langfristiges Unternehmen, / seit wir die Gabe der / nsterblichekit / verloren haben ¨C aber mir scheint, / der unendlich hohe Einsatz / auf endlichen Gewinn ist zu hoch. / Also lass uns noch ein paar Meter gemeinsam / gehen, nimm meine tastende Hand, / denn wahrscheinlich sind wir uns n?her, / als wir es je ahnten zu sein.
D¨¹sseldorf
Ich sammle hier die letzten W?rter ein, / bevor sie in der K?lte brechen, / das W?rtchen Friede,? / bgeh?rmt und zitternd, / Gleichheit, nur noch Haut und Knochen, / die Br¨¹derlichkeit steckt mir im Hals. / Der G?rtner Maximilian Friedrich Weyhe / aus Poppelsdorf, ein Sch¨¹ler von Lenn¨¦, / schenkte mir ein B¨¹ndel Blumen, / die legt¡¯ ich zu den W?rtern und warf / dann alles in den tr¨¹ben Rhein, / mein Buch warf ich gleich hinterher, / denn es sollt¡¯ endlich Ruhe sein.
Michael Kr¨¹ger, uno de los grandes de la l¨ªrica alemana actual, publica un libro ¡°transnacional¡±. Los versos salen de su diario viajero de 2018, ¡°el a?o en el que la Europa oficial perdi¨® la cabeza¡±. Seg¨²n el autor, ¡°todo el Este se hund¨ªa en una ci¨¦naga autoritaria de derechas. En Espa?a crec¨ªa el odio entre Barcelona y Madrid e Italia estaba gobernada por una coalici¨®n cuyo ¨²nico fundamento era la xenofobia¡±
Europa, explicada por s¨ª misma
No es frecuente encontrar un libro en verso con visi¨®n de conjunto transnacional. Un libro donde el preciso radar del poeta detecte en las finas roturas del aqu¨ª y all¨¢ los grandes desmoronamientos de nuestro tiempo. Y los sepa enlazar con reflexiones sobre enfermedad y muerte sin caer en el lamento o el sentimentalismo, sino, al contrario, haci¨¦ndolo con la levedad natural del que no le da importancia. Ni a su visi¨®n ni a su muerte: lo primero que hace Michael Kr¨¹ger en el posfacio de Mi Europa -el poemario m¨¢s reciente de una de las grandes figuras de la poes¨ªa alemana- es disculparse por el pomposo t¨ªtulo del libro.
Tampoco quiere llamar poemas a "lo que los ojos arramblaron" en paseos por ciudades y campos durante poco m¨¢s de un a?o. Fiel a la tradici¨®n alemana de la poes¨ªa ocasional, Kr¨¹ger presenta "textos" sacados del diario de 2018, mientras su trabajo de turbina literaria le llevaba de M¨²nich a Sarajevo, de Salamanca a Darmstadt o de Z¨¹rich a Varsovia. All¨ª, como de pasada, ha recogido las "lecciones de los robles" ("Cuando las hojas tocan su r¨¦quiem / coincide lo m¨¢s sublime con el final") o la "sabidur¨ªa de los p¨¢jaros" ("No tiene residencia fija / su canto, ni papel pautado"). Pero no como intelectual turista de lujo a lo Cees Nooteboom, o explicador universal a lo Enzensberger, sino como un paseante melanc¨®lico, pero invariablemente curioso y emp¨¢tico que igual intenta descifrar el mensaje de los recogedores de basura en una madrugada urbana, que de "una lluvia cir¨ªlica" en un cementerio, o de una pared de granito.
Al referirse al contexto pol¨ªtico de ese 2018, sin embargo, Kr¨¹ger se pronuncia de forma ya nada l¨ªrica: "Es el a?o en el que la Europa oficial perdi¨® la cabeza. Todo el Este, empezando por Alemania, pasando por Polonia, Hungr¨ªa y Ruman¨ªa hasta Rusia, se hunde en una ci¨¦naga autoritaria de derechas. En Espa?a crece el odio entre Barcelona y Madrid; Italia est¨¢ gobernada por una coalici¨®n cuyo ¨²nico fundamento com¨²n es la xenofobia; en los Balcanes no paran de pelearse".
La poes¨ªa tard¨ªa del combativo europeo Kr¨¹ger, quien con una larga docena de poemarios ha dejado su inconfundible impronta de dibujante impresionista on the road, conmueve con su proximidad humana y sinceridad. Depurada y concentrada hasta los l¨ªmites del mutismo, balancea tranquilamente entre el interrogante y el hallazgo filos¨®fico. Sin pretensiones. "Debemos hablar del mundo de un modo / que se explique por s¨ª mismo". Michael Kr¨¹ger sabe hacerlo.
Mein Europa. Gedichte aus dem Tagebuch. Michael Kr¨¹ger. Haymon Verlag, Innsbruck-Wien. 248 p¨¢ginas. 24,00 euros.
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