Aire popular
La artesan¨ªa vuelve a ocupar un lugar central en la pr¨¢ctica de muchos artistas que reivindican lo manual como una nueva ideolog¨ªa m¨¢s all¨¢ de los oficios
El movimiento artesanal ha vivido siempre con anhelo en el mundo del arte. Durante mucho tiempo, ha sido como ese primo lejano al que ves de vez en cuando sin estrechar mucho los lazos. Cada vez que se han propuesto convivir con lo art¨ªstico, la vanguardia ha mirado hacia otro lado. Pas¨®, incluso, con la Bauhaus hace un siglo: un acto revolucionario en eso de mirar el arte y el dise?o sin apenas distancias, que abri¨® una brecha por donde discurr¨ªa esa complejidad del arte que escapa a las definiciones. Una brecha que no fue lo suficientemente grande para un museo y un mercado atento siempre a aires nuevos. Algunos ve¨ªan en lo artesano la ant¨ªtesis de lo mec¨¢nico, que por aquel entonces se hab¨ªa convertido en el estandarte de futuro. Un oficio anticuado al que se a?ad¨ªa el tinte de lo dom¨¦stico y lo femenino, que siempre andaba en penumbra medi¨¢tica.
Con el #MeToo tras la oreja del museo y la reivindicaci¨®n de los oficios entre la generaci¨®n m¨¢s joven de artistas, la artesan¨ªa abraza un estatus renovado en el mundo del arte. En los ¨²ltimos a?os, ha pasado de ser una pieza de mal encaje a una v¨ªa de escape. Pocos campos est¨¢n m¨¢s revalorizados, incluso m¨¢s all¨¢ de lo art¨ªstico. Es el negocio perfecto. El nuevo lujo. Y hay porqu¨¦s. En un momento de inquietud colectiva, el trabajo manual proporciona un ancla firme. Es minucioso, regular y preciso. Nos da algo en lo que creer. Lo complicado convertido en posibilidad. Un campo mental conocido y un tiempo pausado, consciente y genuino alejado de la habitual ansiedad de la vida contempor¨¢nea.
Los oficios son el nuevo lujo. Un trabajo minucioso, genuino, regular y preciso que que nos da algo en lo que creer
Primero fue la cer¨¢mica, que en los ¨²ltimos a?os ha copado exposiciones, ferias y r¨¦cords en subastas. Aunque, en paralelo al barro, ha ido el tejido, ese mundo contracultural que hoy es sin¨®nimo de lo ultramoderno. El futuro parece discurrir por ah¨ª, por una revalorizaci¨®n del entred¨®s, por una vuelta a lo multidisciplinar y por una convivencia no alienante entre formatos cada vez m¨¢s h¨ªbridos donde el valor de la tradici¨®n conviva sin complejos con los tiempos volubles. Artistas como Esther Merinero (1994) encajan perfectamente en esa idea. El arte como f¨®sil, esa imagen con la que cuestionarnos qu¨¦ tipo de objetos ser¨¢n la huella del ma?ana. Lo vimos hace unos d¨ªas en Aragon Park, una exposici¨®n de 20 artistas en un edificio en ruinas en la periferia de Madrid. Tambi¨¦n en la exposici¨®n Bizarre Silks, Private Imaginings and Narrative Facts, etc. en la Kunsthalle de Basilea, a cargo del comisario y artista Nick Mauss (1980). Para quienes conozcan la escena de Nueva York sabr¨¢n que es una de las cabezas que lideran a toda una generaci¨®n, tinte que traslada a esta muestra, que no deja de ser una celebraci¨®n del encuentro con el otro. Aqu¨ª la m¨¢s especial es Rosemary Mayer (1943-2014), una especie de costurera deshonesta que dej¨® una obra posminimalista a partir de aros, frunces y franjas de colores que durante a?os se escurri¨® del relato de la historia. Qui¨¦n sabe si fue el peso de ser la mujer de Vito Acconci. Narrativa que pondr¨¢ tambi¨¦n al d¨ªa la galer¨ªa Chert L¨¹dde de Berl¨ªn, que le dedicar¨¢ en septiembre su primera individual en Europa.
Hay nombres como los de Rosemarie Trockel, Eva Hesse, Ernesto Neto, Mike Kelley o Grayson Perry que circu?lan con cierta fluidez por el imaginario popular, aunque muchos otros corren para alcanzar esa mete¨®rica carrera. Es el caso de Fran?oise Grossen (1943), artista textil conocida por sus esculturas de cuerda trenzada que Hauser & Wirth volvi¨® a poner en circulaci¨®n en 2017. Sheila Hicks (1934) entraba por fin al Pompidou de Par¨ªs en 2018, mientras Anni Albers (1899-1994) lo hac¨ªa en la Tate de Londres, centro de arte que ahora mira el trabajo de otra hist¨®rica: Magdalena Abakanowicz (1930-2017), con una exposici¨®n pendiente de nueva fecha. La heroica historia de Ruth Asawa (1926-2013) es cap¨ªtulo aparte: tras vivir el encierro de un campo de trabajo para inmigrantes, viaj¨® a M¨¦xico para aprender cester¨ªa con sus seis hijos y un lupus. Su sue?o era ser artista, aunque el mundo del arte la tild¨® siempre de ¡°artesana¡±, algo que la galer¨ªa David Zwirner cambi¨® hace tres a?os y hasta Google lo celebr¨® con un Doodle.
Asawa es ahora uno de los grandes reclamos de la exposici¨®n Making Knowing: Crafts in Art, 1950-2019 en el Whitney de Nueva York. El piso entero que este museo dedica a la artesan¨ªa se queda peque?o para tan magna historia, e incluso la exposici¨®n hace aguas en su intento por reescribir este cap¨ªtulo de la revalorizaci¨®n de la considerada baja cultura durante a?os. Pese a eso, abre el foco en el trabajo de Lenore Tawney (1907-2007), una de las artistas que revolucionaron el tejido con relaci¨®n a la escultura. Igual que Lee Bontecou (1931) con el grabado. Otro perfil a rescatar. Atentos a sus esculturas de pl¨¢stico con formas de peces, plantas y flores de los setenta y c¨®mo entroncan con el actual colapso ecol¨®gico y el inminente fin de las energ¨ªas f¨®siles. Ser¨¢ cuesti¨®n de tiempo verla en las mejores bienales y ferias.
En manos de la nueva generaci¨®n de artistas, la artesan¨ªa se llena de filtros y la fusi¨®n entre formatos disloca cualquier tipo de l¨®gica cronol¨®gica, como cuando en el mes de junio parece que siempre es jueves. He ah¨ª los jarrones de Milena Muzquiz (1927): un ejercicio de escrutinio subjetivo donde la acumulaci¨®n desorganizada de elementos busca imitar la contradictoria funci¨®n de la mente humana. La importancia de la artesan¨ªa como identidad cultural en el actual mundo global es analizada en la muestra Arts & Crafts por artistas como Jorge Pardo (1963), Azra Aksamija (1976) u Olaf Holzapfel (1969), uno de los artistas m¨¢s celebrados de la ¨²ltima Documenta de Kassel. Las obras de la mexicana Pia Camil (1980), que actualmente cuelgan del Clark Art Institute, hablan de la descomposici¨®n del paisaje urbano mexicano y de una cr¨ªtica acuciante al consumismo. Sus textiles siempre est¨¢n en el l¨ªmite de la rasgadura para cuestionar la fragilidad de lo que nos sostiene y lo que nos mantiene unidos. Un terreno que tambi¨¦n transita Josep Maynou (1980) cada vez que combina performance, textil, dibujo e instalaciones aunando objetos de consumo populares, teen, skater, africanos, festivos, yanquis y folcl¨®ricos. Un fascinante encaje de bolillos.
Making Knowing: Craft in Art, 1950-2019. Whitney Museum of Art. Nueva York. Hasta finales de 2020.
Pia Camil: Velo revelo. Clark Art Institute. Williamstown. Estados Unidos. Hasta el 3 de febrero de 2021.
Arts & Crafts. Between Tradition, Discourse and Technologies. Kestner Gesellschaft. Hannover. Del 2 de octubre al 10 de enero de 2021.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.