Aquella d¨¦cada en que nada pod¨ªa salir mal
El verdadero decenio feliz no fueron los pasados noventa sino ese periodo inconsciente entre el miedo al efecto 2000 y el colapso de Lehman Brothers

Se dice con demasiada frecuencia, y casi siempre con excesiva alegr¨ªa, que los noventa fueron una d¨¦cada feliz. Esto, sobre todo, lo afirma gente que la vio desaparecer en manos del insaciable siglo XXI antes de tener ellos edad para votar. Es el recuerdo que ha quedado, un estigma ¡ªno fue la d¨¦cada guapa, ni la lista, solo la amiga simp¨¢tica de las otras d¨¦cadas¡ª con el que aquellos a?os a¨²n cargan, cuando, en realidad, el decenio verdaderamente feliz fue el primero de este siglo. Y eso que no lleg¨® a cumplir diez. Acab¨® con el colapso de Lehman Brothers en 2008, y a¨²n no tenemos muy claro c¨®mo llamar a ese tiempo. A esos felices en su inconsciencia a?os que median entre el alivio que supuso ver que el efecto 2000 no acababa con todo y el susto que signific¨® observar en directo c¨®mo unas hipotecas basura pod¨ªan mandar todo lo que nos hab¨ªan prestado al carajo est¨¢ dedicada esta lista. Obviamente, no a todo lo que se grab¨® entonces, pero tal vez un poco s¨ª a la m¨²sica que refleja el efervescente estado de ¨¢nimo, el sentimiento de imbatibilidad que atrap¨® Occidente y que era capaz de convertir todo en una fiesta. Esta vez la hostia nos pilla un poco menos arriba.
El asunto arranca con el Crazy In Love, acaso el tema m¨¢s relevante de la ¨¦poca. La canci¨®n que presentaba el debut en solitario de Beyonc¨¦ fue pionera en un formato muy de aquellos tiempos: la diva popular que incluso los esnobs adoran. Hacia el final, aparece Gwen Stefani con su What You Waiting For?, otro ejemplo ¡ªeste desde el electropop, no desde el r¡¯n¡¯b¡ª de temas que empezaron a sonar a la vez en las bodas y en los clubs indies. Otro aspecto relevante de ese tiempo fue el revival del postpunk. Agotado el grunge, amortizado el britpop y fracasado el intento de universalizar el emo, esa parte del indie que, en el fondo, quiere llenar estadios, dej¨® de disimularlo. Se arm¨® de punk, de funk y de una colecci¨®n de referencias impecable y las traslad¨® al gusto del siglo XXI, que ped¨ªa poder bailar y pensar en Schopenhauer a la vez. Y si no se pod¨ªan las dos cosas, pues solo bailar. LCD Soundsystem y su Daft Punk Is Playing at My House, The Rapture, aqu¨ª con Get Myself Into It, o Bloc Party, con la nerviosa Banquet. Ese revival surgi¨® como continuaci¨®n del revival del rock que en 2001 The Strokes (Someday) y White Stripes (Fell In Love With a Girl) lideraron. Es la secuencia grunge-britpop m¨¢s o menos repicada.
La m¨²sica indie? se arm¨® de punk, de funk y de una colecci¨®n de referencias impecable y las traslad¨® al gusto del siglo XXI, que ped¨ªa poder bailar y pensar en Schopenhauer a la vez
Fueron tambi¨¦n a?os imperiales para el hip hop. El g¨¦nero sent¨® las bases para dominar el planeta. Lo empez¨® a hacer justo cuando acaba esta lista. Outkast saltaron la banca con Stankonia, y se adelantaron a la segunda Guerra del Golfo lanzando esta descomunal Bombs Over Baghdad meses antes del 11-S. Kanye West debutaba por fin en solitario cuatro a?os m¨¢s tarde con The College Dropout e inmediatamente lo segu¨ªa con otra obra maestra, Late Registration. A ese ¨¢lbum pertenece la fabulosa Touch The Sky. Un a?o antes de volar solo hab¨ªa ayudado a crear The Black Album a su amigo Jay Z. Aqu¨ª tenemos la estruendosa 99 Problems, uno de esos cortes de hip hop que gustaban a quienes cre¨ªan odiar el g¨¦nero. Esto pas¨® bastante a menudo durante esos a?os. Blackalicious (Sky Is Falling) o The Roots (Here I Come), cada uno a su manera y atrayendo p¨²blico de distintos parajes, lo lograron tambi¨¦n.
Y adem¨¢s, esa a priori p¨¦sima idea que finalmente result¨® una genialidad que fue reivindicar el Graceland de Paul Simon y con la que Vampire Weekend ¡ªaqu¨ª con A-Punk, de su debut¡ª siguen siendo una de las bandas pop m¨¢s grandes del mundo. La oscuridad amable de los daneses Raveonettes (The Last Dance). El Uk garage de The Streets (Let¡¯s Push Things Forward). El indie ingl¨¦s en su vertiente m¨¢s punk (Time For Heroes, de The Libertines, la banda esc¨¢ndalo de aquellos a?os) y en su versi¨®n m¨¢s de adolescente genial aunque algo resabiado, representada por el corte Fluorescent Adolescent, del segundo largo de Arctic Monkeys. Los largos de los de Alex Turner, como les ha pasado a muchos humanos, se han ido oscureciendo a medida que pasaban los a?os. M¨¢s por las circunstancias que por la edad, porque en el siglo XXI se puede ser joven hasta que te d¨¦ la gana. En 2009 ya no quer¨ªan ser una banda de chicos listos, sino una de chicos malos (Humbug). Dos a?os m¨¢s tarde abrazaron la nostalgia (2011, ya est¨¢bamos bien jodidos). En 2013 nos dijeron que si quer¨ªamos bailar, pues vale, pero que ellos nos esperaban en la habitaci¨®n del hotel contando condones. Finalmente, en 2018 hicieron un disco en el que nos narraban que hasta el hotel estaba cerrado. Fueron los mejores a?os, fueron los peores a?os.
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