Los pasados imposibles: por qu¨¦ triunfa la ucron¨ªa

Con su futuro, hostil e irrepresentable, demoliendo nuestro presente con balas que se mueven a la inversa, Tenet, la ¨²ltima pel¨ªcula de Christopher Nolan, tiene tanto de aparatoso ¡ªy confuso¡ª delirio megal¨®mano como de s¨ªntoma de una ¨¦poca que parece haber agotado toda confianza en el porvenir. La crisis clim¨¢tica, la pandemia presente y las que vendr¨¢n, la efervescencia de la extrema derecha y la naturaleza patol¨®gica de un buen n¨²mero de l¨ªderes mundiales parecen haberle dado la raz¨®n al imaginario dist¨®pico, convirtiendo el ma?ana en territorio poco propicio para la creaci¨®n de ficciones que no redunden en esas din¨¢micas apocal¨ªpticas. Quiz¨¢s esa sea la raz¨®n que alienta la consolidaci¨®n de un proceso que se ha ido gestando lentamente: la creciente centralidad de lo que, hasta hace pocos a?os, era un subg¨¦nero marginal de la ficci¨®n cient¨ªfica, la ucron¨ªa, que tambi¨¦n ha empezado a infiltrarse en otros territorios de la cultura popular mayoritaria no necesariamente asociados a la ciencia-ficci¨®n. Imaginar, por ejemplo, que Sharon Tate y compa?¨ªa sobrevivieron a la masacre del clan Manson, como hizo Quentin Tarantino en ?rase una vez en Hollywood, o que, en plena posguerra, la meca del cine pod¨ªa ceder sus puestos de poder a mujeres, afroamericanos y homosexuales orgullosamente desarmarizados, tal y como ha propuesto Ryan Murphy en su miniserie Hollywood, parece poner en evidencia que, ante la imposibilidad de fantasear con el futuro m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites de la distop¨ªa, lo que nos queda es echar la vista atr¨¢s, hacia los pasados que no fueron, pero que quiz¨¢s nos podr¨ªan haber hecho mejores.

No obstante, esta mirada ut¨®pica retrospectiva, que hermana a tantas propuestas recientes orientadas a revisar la historia desde una sensibilidad contempor¨¢nea, con la ecolog¨ªa, el feminismo y la reivindicaci¨®n racial como frecuentes pilares, no es consustancial a la naturaleza de la ucron¨ªa, que tambi¨¦n ha servido para proponer presentes luctuosos a partir de la bifurcaci¨®n de un hecho hist¨®rico clave. As¨ª, las ficciones que parten de una hipot¨¦tica derrota aliada en la II Guerra Mundial son abundantes, configurando casi un subg¨¦nero en s¨ª mismas, con propuestas tan heterog¨¦neas como la realidad paranoica de la crucial El hombre en el castillo, de Philip K. Dick, o, en clave menos exc¨¦ntrica, la cr¨®nica de una toma de conciencia en el infierno de Patria, de Robert Harris.

El t¨¦rmino lo acu?¨® el fil¨®sofo Charles Bernard Renouvier en su novela de ideas Ucron¨ªa, publicada en 1876, en la que una ligera correcci¨®n en la historia relacionada con la sucesi¨®n de Marco Aurelio permit¨ªa imaginar un nuevo relato sobre Occidente sin la presencia hegem¨®nica del cristianismo. Con el tiempo, la ciencia-ficci¨®n se apropiar¨ªa de esa estrategia de proyectar hacia atr¨¢s su impulso imaginativo, aunque, en el ¨¢mbito anglosaj¨®n, la expresi¨®n ¡°historia alternativa¡± le ganar¨ªa la partida al neologismo de Renouvier. Dos intereses conceptuales de la ciencia-ficci¨®n ¡ªlos viajes en el tiempo y los universos paralelos¡ª se convertir¨ªan en los aliados naturales de la ucron¨ªa, que engendr¨® sus conceptos propios, como el del llamado Punto Jonbar, as¨ª bautizado en honor de John Barr, protagonista de la novela The Legion of Time,de Jack Williamson, y que identifica el punto de divergencia que separa el relato hist¨®rico real del desarrollo hipot¨¦tico que plantean estos relatos fant¨¢sticos que, para potenciar su efecto, deben estar escritos como si de una imaginaria novela hist¨®rica se tratase. Algo parecido a lo que sucede en obras como La conjura contra Am¨¦rica, la novela de Philip Roth que acaba de adaptar HBO, o, de otra manera, en la serie espa?ola El Ministerio del Tiempo.

En su monumental The Encyclopedia of Science Fiction, John Clute y Peter Nicholls abordaban la influencia que fil¨®sofos como Giambattista Vico e historiadores como Arnold J. Toynbee, Oswald Spengler y Edward Gibbon tuvieron en escritores como Larry Niven, Charles L. Harness, James Blish e Isaac Asimov. La idea de una historia capaz de reducirse a patrones c¨ªclicos fue aprovechada en relatos de anticipaci¨®n que disparaban ecos de acontecimientos pret¨¦ritos sobre galaxias lejanas y sociedades alien¨ªgenas. Las ¨²ltimas tendencias del g¨¦nero apuntan al pasado nonato como el mejor planeta a (re)conquistar.