Murakami para mel¨®manos
Durante dos a?os, el escritor Haruki Murakami y su amigo Seiji Ozawa, antiguo director de la Boston Symphony Orchestra, charlaron de m¨²sica mientras sonaban sus discos. De esas conversaciones surge 'M¨²sica, solo m¨²sica', el nuevo libro del autor japon¨¦s. 'Babelia' adelanta un fragmento
Primera conversaci¨®n
En esencia, sobre el Concierto para piano y orquesta n.? 3 en Do menor de Beethoven
Mantuvimos esta primera conversaci¨®n en mi casa de Kanagawa, al oeste de Tokio, el 16 de noviembre de 2010. Nos dedicamos a sacar vinilos y ced¨¦s de las estanter¨ªas, los escuch¨¢bamos y despu¨¦s los coment¨¢bamos. Para evitar que la conversaci¨®n saltara de un asunto a otro mi plan era abordar un tema concreto. En esta primera ocasi¨®n decidimos, por tanto, centrarnos en el Concierto para piano y orquesta n.? 3 en Do menor de Beethoven. Despu¨¦s decidimos comentar la interpretaci¨®n de Gould y Bernstein del Concierto para piano y orquesta n.? 1 en Re menor de Brahms, que ya he mencionado antes. Se daba la circunstancia de que Ozawa ten¨ªa programado un concierto de la obra de Beethoven con la pianista Mitsuko Uchida al mes siguiente en Nueva York. Finalmente, a causa de una dolencia cr¨®nica de espalda agravada por el largo viaje hasta Nueva York y una neumon¨ªa como consecuencia de la ola de fr¨ªo que azotaba la ciudad ese invierno, Ozawa se vio obligado a ceder la batuta a un sustituto y la misma tarde del concierto tuvimos la oportunidad de hablar durante tres horas seguidas de esa obra. Hicimos alg¨²n que otro descanso para evitar que se fatigara en exceso, a fin de que ¨¦l tomase sus medicamentos y pudiera comer algo, como le hab¨ªa prescrito el m¨¦dico.
Comienzo por el Concierto para piano y orquesta n.? 1 en Re menor de Brahms
Murakami: Recuerdo que hace tiempo me habl¨® de una inter? pretaci¨®n del Concierto para piano y orquesta n.? 1 de Brahms a cargo de Glenn Gould y con Leonard Bernstein al frente de la Filarm¨®nica de Nueva York. Antes de comenzar, Bernstein se dirigi¨® al p¨²blico y anunci¨® que se dispon¨ªan a interpretar el concierto de acuerdo con el criterio del se?or Gould, con el cual ¨¦l no estaba de acuerdo.
Ozawa: S¨ª, yo estaba all¨ª como asistente de direcci¨®n de Len?ny (Leonard). De pronto, antes de empezar, Lenny sali¨® al escenario y se dirigi¨® al p¨²blico. Por aquel entonces yo no entend¨ªa bien el ingl¨¦s, as¨ª que le pregunt¨¦ a la gente de mi alrededor qu¨¦ dec¨ªa y pude hacerme una idea ge?neral.
Murakami: Ese episodio est¨¢ incluido en el disco que tengo aqu¨ª.
Palabras de Bernstein
No se apuren. El se?or Gould est¨¢ aqu¨ª (el p¨²blico r¨ªe con cierto disimulo). Enseguida vendr¨¢. Como ya sabr¨¢n ustedes, no ten?go costumbre de hablar antes de los conciertos, a excepci¨®n de los pases de los jueves por la noche, pero ha ocurrido algo peculiar que merece, creo, una o dos palabras por mi parte. Est¨¢n a punto de escuchar una interpretaci¨®n, dig¨¢moslo as¨ª, poco ortodoxa del Concierto para piano y orquesta n.? 1 en Re menor de Brahms, muy distinta de cualquier otra que yo haya podido escuchar, o incluso so?ar, hasta ahora por sus nota?bles y amplios tempi, as¨ª como por sus desviaciones respecto a las din¨¢micas indicaciones del propio Brahms. No puedo de?cir que est¨¦ totalmente de acuerdo con el se?or Gould, y eso pone en evidencia una importante cuesti¨®n: ?qu¨¦ pinto yo aqu¨ª dirigi¨¦ndolo? (Murmullos de la audiencia.) Lo dirijo porque el se?or Gould es un artista tan serio e importante que no me queda m¨¢s remedio que tomar en consideraci¨®n cualquier cosa que se le ocurra de buena fe, y en este caso su concepci¨®n es lo suficientemente interesante como para convencerme de que ustedes deber¨ªan escucharlo.
Pero la pregunta anterior sigue en pie. ?Qui¨¦n manda en un concierto, el solista o el director? (El p¨²blico r¨ªe cada vez m¨¢s abiertamente.) La respuesta, obviamente, es que unas veces manda uno, y otras el otro, dependiendo de quien se trate. Casi siempre, ambos se las arreglan para trabajar juntos, ya sea mediante la persuasi¨®n, el encanto o incluso las amenazas. (Risas.) Eso permite ofrecer una interpretaci¨®n coherente. En toda mi vida profesional s¨®lo en una ocasi¨®n me he visto obligado a someterme por completo a la concepci¨®n radicalmente nueva, e incompatible con la m¨ªa, de una obra, fue la ¨²ltima vez que interpret¨¦ junto con el se?or Gould. (El p¨²blico estalla ahora en carcajadas.) Hoy, sin embargo, las discrepancias entre nuestros puntos de vista son tan enormes que creo necesario permitirme este peque?o descargo de responsabilidad.
Por lo tanto, y volviendo a la pregunta de antes, ?por qu¨¦ lo dirijo? ?Por qu¨¦ no aprovecho para organizar un peque?o esc¨¢ndalo y busco un solista que lo sustituya, o dejo a mi asistente que se haga cargo de dirigirle? Pues porque estoy fascinado, encantado, de tener la oportunidad de ofrecerles una nueva visi¨®n de una obra tantas veces interpretada. M¨¢s a¨²n, porque el se?or Gould interpreta en muchos momentos con una frescura y una convicci¨®n sorprendentes. Tambi¨¦n porque todos nosotros podemos aprender algo de este extraordinario artista y sesudo int¨¦rprete. Y en ¨²ltimo lugar porque en la m¨²sica existe lo que Dimitri Mitr¨®poulos llamaba ?el elemento deportivo?, una curiosidad, un ansia de aventura, de experimentaci¨®n, y les aseguro que toda esta semana de ensayos ha sido una verdadera aventura trabajar con el se?or Gould para preparar este concierto. El resultado de ello es lo que les presentamos hoy aqu¨ª. (Aplausos sostenidos.)
Ozawa: S¨ª, s¨ª. Fue algo as¨ª, aunque ya entonces no me pareci¨® oportuno que lo dijera antes del concierto. De hecho, a¨²n lo pienso.
Murakami: Al menos Bernstein se lo tom¨® con sentido del humor y el p¨²blico se rio a pesar de cierta confusi¨®n inicial.
Ozawa: Sin duda. A Lenny se le daba muy bien hablar.
Murakami: No hay nada que objetar a su discurso. No revela nada malo entre ellos dos, tan s¨®lo advierte de antemano que el tempo de la obra es de Gould, no suyo.
Empieza la m¨²sica.
Murakami: Mmm... Es verdad, el tempo resulta extra?amente lento. Creo entender lo que quer¨ªa decir Lenny con su advertencia.
Ozawa: Esta parte es claramente un amplio comp¨¢s de dos por dos, y en cada una de las secciones hay que contar un, dos, tres / cuatro, cinco, seis. Pero Lenny dirige como si fueran las seis seguidas porque los compases de dos por dos son demasiado amplios para mantener un intervalo consistente entre los golpes. No le quedaba m¨¢s remedio que hacerlo as¨ª. Lo normal es uno... y dos..., y ¨¦l lo dirige como uno... dos... Seguramente hay muchas formas de ejecutarlo, pero es as¨ª como se ejecuta casi siempre. Aqu¨ª, por el contrario, con un tempo tan lento no pod¨ªa mantener un intervalo consistente entre los golpes, por lo que deber¨ªa ser un, dos, tres / cuatro, cinco, seis. Por eso no fluye bien y se para todo el tiempo.
Murakami: ?Y el piano?
Ozawa: Estoy seguro de que pasa lo mismo.
Empieza el piano (4:29).
Murakami: Es verdad, el piano va muy lento.
Ozawa: S¨ª, pero tiene un sonido excepcional, sobre todo si no lo has o¨ªdo nunca. Das por hecho que as¨ª es como funciona la pieza, como si fuera una hermosa melod¨ªa del campo.
Murakami: No debe de ser f¨¢cil interpretarlo alarg¨¢ndolo de esa manera.
Ozawa: No. Escuche cuando llega a esta parte. Uno no puede dejar de maravillarse.
Murakami: Por aqu¨ª (el volumen aumenta y entran los timbales)
(5:18) la orquesta suena como si fuera por su lado.
Ozawa: Cierto. Esta no es la grabaci¨®n del Manhattan Center, ?verdad? ?Es la del Carnegie Hall?
Murakami: S¨ª, es la grabaci¨®n en directo del concierto en el Carnegie Hall.
Ozawa: Claro. Por eso el sonido es tan apagado. Al d¨ªa siguiente se hizo otra grabaci¨®n ya programada en el Manhattan Center.
Murakami: ?De la misma obra?
Ozawa: La misma, pero nunca lleg¨® a comercializarse.
Murakami: No, estoy bastante seguro de que no se puede encontrar.
Ozawa: Tambi¨¦n estuve en esa grabaci¨®n. Era ayudante del director. Cuando Lenny dec¨ªa que pod¨ªa haber dejado la direcci¨®n en manos de su asistente, se refer¨ªa a m¨ª. (Risas.)
Murakami: De no haber llegado a un acuerdo entre ellos, usted habr¨ªa ocupado el puesto de Bernstein... En cualquier caso es un concierto en el que se nota mucha tensi¨®n.
Ozawa: Sin duda. No est¨¢ muy pulido.
Murakami: Al tocar tan lento da la sensaci¨®n de que, en cualquier momento, todos se van a poner a tocar como les parezca.
Ozawa: Exacto. Est¨¢ a punto de que ocurra.
Murakami: Por cierto, cuando Gould toc¨® con la Orquesta de Cleveland, George Szell y ¨¦l no llegaron a ning¨²n entendimiento y al final Szell renunci¨® en favor de su ayudante. Lo le¨ª en alguna parte.
Empieza a sonar la secci¨®n de piano del primer movimiento (5:56).
Ozawa: Suena extra?amente lento, pero si Gould toca as¨ª, la cosa funciona, ?no le parece? La impresi¨®n no es mala.
Murakami: Deb¨ªa de tener un sentido del ritmo muy desarrollado. No s¨¦ c¨®mo explicarlo, pero me da la sensaci¨®n de que es capaz de alargar el sonido y ajustarlo todo el tiempo al marco de la orquesta.
Ozawa: Entendi¨® a la perfecci¨®n el flujo de la m¨²sica, pero Lenny tambi¨¦n. Ambos se dedicaban en cuerpo y alma.
Murakami: Pero ?no es una pieza que suele interpretarse como un estallido de pasi¨®n?
Ozawa: S¨ª, tiene raz¨®n. Aqu¨ª no se aprecia demasiada pasi¨®n.
El piano toca el hermoso segundo tema del primer movimiento (7:35).
Ozawa: Esta parte, por ejemplo, con este ritmo funciona bien. Me refiero al segundo tema. ?No le parece?
Murakami: S¨ª, est¨¢ bien.
Ozawa: La parte anterior con un sonido m¨¢s fuerte produce una sensaci¨®n un tanto ¨¢spera, poco sofisticada, pero esta parte seduce.
Murakami: Acaba de decir que Lenny tambi¨¦n entend¨ªa perfectamente el flujo de la m¨²sica, que se dedicaba en cuerpo y alma a ella, y a pesar de todo no est¨¢ usted de acuerdo con el hecho de que un director se dirija al p¨²blico antes del concierto como hizo ¨¦l, ?verdad?
Ozawa: No, no. Nunca me ha parecido una buena idea, pero se trataba de ¨¦l y m¨¢s o menos convenci¨® a todo el mundo.
Murakami: Quiere decir que es mejor escuchar la m¨²sica tal cual, sin prejuicios, ?verdad? Sin embargo, yo entiendo que Bernstein quer¨ªa aclarar de qui¨¦n era la idea de interpretar as¨ª.
Ozawa: Supongo.
Murakami: ?Qui¨¦n manda normalmente en un concierto, el solista o el director?
Ozawa: En un concierto el solista suele soportar la mayor parte de la carga durante los ensayos. El director suele empezar a ensayar dos semanas antes, pero el solista puede dedicarle un m¨ªnimo de seis meses, por eso est¨¢ tan metido en la obra.
Murakami: Entiendo, pero en el caso de que el director est¨¦ por encima del solista, ?lo puede decidir todo sin contar con el solista?
Ozawa: Es posible. Pensemos en el caso de la violinista Anne-Sophie Mutter, por ejemplo. La descubri¨® el maestro Karajan y enseguida grabaron juntos Mozart y m¨¢s tarde los conciertos de Beethoven. Si uno escucha esas grabaciones, se da cuenta de que se trata del mundo de Karajan. A ella le sugirieron despu¨¦s que trabajase con otro director y me eligieron a m¨ª. Fue Karajan quien le dijo:
?Lo siguiente que hagas hazlo con Seiji?. Grabamos algo de Lalo, la no s¨¦ qu¨¦ espa?ola, algo as¨ª. Ella era apenas una ni?a de catorce o quince a?os.
Murakami: La Sinfon¨ªa espa?ola, de ?douard Lalo. Estoy seguro de que tengo ese disco en alguna parte.
Rebusco entre mis discos y al fin lo encuentro.
Ozawa: ?Ah, s¨ª, es este! Qu¨¦ recuerdos... La Orquesta Filarm¨®nica de Radio Francia (Orquesta Nacional de Francia). No me lo puedo creer. ?Vaya cosas que tiene usted! Ni siquiera yo tengo una copia. Ten¨ªa unas cuantas en casa, pero termin¨¦ por regalarlas o las prest¨¦ y nunca me las devolvieron.
Karajan y Gould. Concierto para piano y orquesta n.? 3 en Do menorde Beethoven
Murakami: Hoy me gustar¨ªa escuchar con usted el Concierto para piano y orquesta n.? 3 en Do menor de Beethoven dirigido por Karajan, con Gould al piano. No es una grabaci¨®n de estudio, sino de un concierto grabado en directo en Berl¨ªn en 1957, con la Filarm¨®nica de Berl¨ªn.
La larga y densa introducci¨®n de la orquesta concluye y entra el piano de Gould. Enseguida empiezan a interactuar (3:19).
Murakami: Aqu¨ª, en esta parte. La orquesta y el piano no van juntos, ?verdad?
Ozawa: Tiene raz¨®n, no est¨¢n sincronizados. Oh, pero aqu¨ª tampoco entran a la vez.
Murakami: Me pregunto si solucionaron todas las dificultades durante los ensayos.
Ozawa: Estoy seguro de que s¨ª. Pero en pasajes como este es la orquesta la que se supone que debe ajustarse a lo que toca el solista...
Murakami: En aquella ¨¦poca Karajan y Gould deb¨ªan de ser m¨²sicos de estatus muy distintos, ?no?
Ozawa: Seguro que s¨ª. Fue en 1957, poco despu¨¦s de que Gould debutara en Europa.
Murakami: Corr¨ªjame si me equivoco, pero a lo largo de esos tres minutos y medio de introducci¨®n, donde s¨®lo se oye a la orquesta, suena muy a Beethoven, muy alem¨¢n, ?verdad? Pero entonces aparece el joven Gould y da la impresi¨®n de querer liberar un poco esa tensi¨®n y hacer su propia m¨²sica. Quiz¨¢ por eso no llegan a encajar, y cada vez parecen alejarse m¨¢s, aunque el resultado final no produce una mala sensaci¨®n.
Ozawa: La m¨²sica de Gould es muy libre. Puede que se deba al hecho de que fuera canadiense, un no europeo residente en Estados Unidos. Eso puede constituir una gran diferencia, el hecho de no proceder del mundo germanoparlante. Por el contrario, en el caso del maestro Karajan la m¨²sica de Beethoven estaba profundamente arraigada en ¨¦l y de ah¨ª no se iba a mover. Por eso suena muy alem¨¢n desde el principio, como una s¨®lida sinfon¨ªa. Por si fuera poco, ¨¦l no ten¨ªa la m¨¢s m¨ªnima intenci¨®n de adaptarse a la m¨²sica de Gould.
Murakami: Da la sensaci¨®n de que Karajan hubiera decidido tocar la m¨²sica como se supone que se debe hacer y dejar que Gould hiciera el resto como le viniera en gana. En los solos de piano y en las cadencias Gould consigue recrear bien su propio mundo, pero antes y despu¨¦s de esas partes me da la impresi¨®n de que no coinciden nunca, de que hay un desequilibrio.
Ozawa: Lo cual no parece molestar demasiado al maestro Karajan, ?no cree?
Murakami: No, en absoluto. Es como si estuviera sumergido por completo en su propio mundo, y Gould, por su parte, se hubiera resignado desde el primer comp¨¢s a ir a la suya por la imposibilidad de trabajar al un¨ªsono. Me da la impresi¨®n de que Karajan construye su m¨²sica en vertical, desde el suelo, mientras que Gould se preocupa m¨¢s por seguir una l¨ªnea horizontal.
Ozawa: De todos modos el resultado es interesante. No hay muchos directores capaces de interpretar un concierto con tanta confianza, como si se tratase de una sinfon¨ªa, llegando al extremo de no tener en cuenta al solista.
Gould y Bernstein. Concierto para piano y orquesta n.? 3 en Do menor de Beethoven
Murakami: Le voy a poner un vinilo de ese mismo concierto, pero de una grabaci¨®n de 1959, dos a?os despu¨¦s de la de Karajan. Se trata de una grabaci¨®n de estudio a cargo de la Orquesta Sinf¨®nica de Columbia, formada fundamentalmente por integrantes de la Sinf¨®nica de Nueva York.
Introducci¨®n orquestal. Tiene firmeza, como si alguien lanzase arcilla contra un muro de piedra.
Ozawa: Es una interpretaci¨®n completamente distinta a la del maestro Karajan. No llega a transformarse en sinfon¨ªa, pero el sonido de la orquesta suena muy anticuado.
Murakami: Nunca pens¨¦ que sonase anticuado, pero comparado con el sonido de Karajan es cierto, y eso a pesar de que se grab¨® dos a?os m¨¢s tarde.
Ozawa: S¨ª, suena muy anticuado.
Murakami: ?Ser¨¢ por la grabaci¨®n?
Ozawa: Puede ser, pero no s¨®lo eso. Los micr¨®fonos est¨¢n demasiado cerca de los instrumentos. Antes se sol¨ªa grabar as¨ª en Estados Unidos. El maestro Karajan, por el contrario, grababa a la orquesta en su conjunto.
Murakami: Quiz¨¢s a la gente en Estados Unidos le gustaba m¨¢s ese sonido potente, apagado.
Entra Gould al piano (3:31).
Ozawa: ?De verdad se grab¨® dos a?os m¨¢s tarde?
Murakami: S¨ª, tres antes que aquel concierto de Brahms, del alboroto de Brahms, y dos a?os despu¨¦s de la grabaci¨®n con Karajan. Vaya contraste con Karajan, ?verdad?
Ozawa: Desde luego. Esto es mucho m¨¢s el estilo de Glenn, m¨¢s relajado, pero a decir verdad... Mmm... Me pregunto si es adecuado que yo diga esto... No deber¨ªa comparar a Karajan con Bernstein. Pienso en el concepto de ?direcci¨®n?, en el sentido de ?direcci¨®n musical?. En el caso del maestro Karajan era algo innato, esa capacidad de crear frases largas. Nos lo ense?¨® a todos sus disc¨ªpulos. Lenny era m¨¢s lo que se suele llamar un genio, con un instinto muy desarrollado para crear frases largas, pero no pod¨ªa hacerlo de manera consciente, intencionada. Karajan transformaba sus deseos en m¨²sica a base de fuerza de voluntad, como le ocurre cuando interpreta a Brahms y a Beethoven. Con Brahms se nota esa fuerte voluntad, algo casi absoluto, aun a costa de sacrificar ciertos detalles del ensemble. A nosotros nos ped¨ªa lo mismo.
Murakami: A pesar de sacrificar ciertos detalles del ensemble...
Ozawa: Quiero decir, si algunos detalles concretos no llegaban a funcionar bien, no deb¨ªamos preocuparnos. Lo m¨¢s importante era mantener una larga l¨ªnea gruesa. En otras palabras, la direcci¨®n. En la m¨²sica la direcci¨®n implica elementos de conexi¨®n. Existe un tipo de direcci¨®n detallada y tambi¨¦n otra m¨¢s amplia.
La orquesta toca un crescendo de tres notas que suena por debajo del piano.
Ozawa: Estas tres notas son tambi¨¦n una de las caracter¨ªsticas de la forma de dirigir del maestro Karajan: la, la, la. Hay directores capaces de lograr ese sonido y otros no. Con eso consigue consistencia.
Murakami: En el caso de Bernstein, la direcci¨®n no responde tanto a un c¨¢lculo como a algo instintivo, casi f¨ªsico.
Ozawa: Supongo. Algo as¨ª.
Murakami: Cuando le va bien todo funciona, pero en caso contrario puede llegar a derrumbarse.
Ozawa: Exacto. El maestro Karajan, sin embargo, preparaba muy bien la direcci¨®n de antemano y le exig¨ªa lo mismo a la orquesta.
Murakami: Eso quiere decir que la m¨²sica ya estaba formada en ¨¦l antes del concierto.
Ozawa: M¨¢s o menos.
Murakami: Pero con Bernstein las cosas no eran as¨ª.
Ozawa: No, ¨¦l se mov¨ªa por instinto, en el momento.
La reproducci¨®n del disco contin¨²a. Gould toca su parte de solo con mucha libertad (4:33-5:23).
Ozawa: En esta parte toca muy libre, ?no le parece?
Murakami: ?Quiere decir que, comparado con Karajan, Bernstein deja libertad al solista y en funci¨®n de c¨®mo fluya su m¨²sica ¨¦l se adapta para crear la suya?
Ozawa: Hay algo de eso, s¨ª. En esta pieza al menos, pero en el caso de Brahms no resulta tan f¨¢cil y por eso surgieron problemas. En especial con esa obra, con el Concierto para piano y orquesta n.? 1.
Gould alarga el fraseo en su parte solista y baja el ritmo (5:01-5:07).
Ozawa: ?Se ha dado cuenta de c¨®mo ha bajado el ritmo? Es algo caracter¨ªstico en Glenn.
Murakami: Cambia el ritmo muy libremente, es cierto. Bueno, era su estilo y no deb¨ªa de resultar nada f¨¢cil seguirle.
Ozawa: Por supuesto que no, era muy dif¨ªcil.
Murakami: Supongo que durante los ensayos deb¨ªan de ajustarse a su respiraci¨®n o algo as¨ª, ?no?
Ozawa: Bueno, s¨ª, pero cuando uno se las ve con artistas de esa talla, puede ocurrir tambi¨¦n en directo. Al final ambas partes logran calcular y ajustar sus movimientos, aunque en realidad no se trata tanto de una cuesti¨®n de c¨¢lculo como de confianza mutua. En mi caso, creo que los m¨²sicos conf¨ªan en m¨ª porque me tienen por alguien muy serio. (Risas.) A menudo los solistas hacen lo que les viene en gana (risas), pero si la cosa sale bien el resultado es magn¨ªfico. Una m¨²sica libre, fant¨¢stica.
El piano aborda un diminuendo al final del cual entra la orquesta (7:07-7:11).
Ozawa: ?Se ha dado cuenta? En el diminuendo, justo antes de que entre la orquesta, Gould ha introducido una especie de ?pon!
Murakami: ?Qu¨¦ quiere decir?
Ozawa: Le env¨ªa una se?al al director para decirle: ??Entra ahora!?. Es un acento que no est¨¢ en la partitura. No existe.
El piano se acerca a la famosa y larga cadencia del final del primer movimiento (13:06).
Ozawa: Glenn se sentaba en esa silla suya tan baja y tocaba en esa postura tan peculiar (se hunde en la silla para imitarlo). No s¨¦ bien c¨®mo hablarle de todo esto.
Murakami: ?Ya era famoso por aquel entonces?
Ozawa: Mmm... S¨ª. Cuando lo vi por primera vez yo estaba muy emocionado, por supuesto, pero ¨¦l ni siquiera te daba la mano. Siempre llevaba guantes.
Murakami: Todo un exc¨¦ntrico.
Ozawa: O¨ª todo tipo de historias sobre ¨¦l cuando fui director de la Sinf¨®nica de Toronto (de 1965 a 1969). Incluso lleg¨® a invitarme a su casa...
(Nota del autor: Ozawa me cont¨® varios episodios que, lamentablemente, no puedo reproducir.)
?ltima secci¨®n de la cadencia. El ritmo de las notas cambia vertiginosamente.
Murakami: Su forma de interpretar en esta parte es absolutamente libre, ?no cree?
Ozawa: Era un genio, sin duda. Resulta muy convincente, aunque en realidad toca algo muy distinto a lo que est¨¢ escrito en la partitura y, a pesar de todo, no suena raro.
Murakami: ?No est¨¢ en la partitura? ?Se refiere a la cadencia en la parte solista?
Ozawa: No, no s¨®lo en esa parte. Eso es lo que me resulta admirable.
Termina el primer movimiento (17:11). Levanto la aguja del disco.
Murakami: Sabe, la primera vez que escuch¨¦ una grabaci¨®n de Gould y Bernstein juntos fue cuando estaba en el instituto, y desde entonces esta versi¨®n del Concierto en Do menor es una de mis favoritas. Me gusta el primer movimiento, por supuesto, pero en el segundo hay una parte en la que Gould apoya a la orquesta con arpegios.
Ozawa: ?Se refiere a la parte donde entra el viento madera?
Murakami: S¨ª. Otro pianista acompa?ar¨ªa a la orquesta, pero Gould da la impresi¨®n de hacerle un contrapunto. Por alguna raz¨®n siempre me ha gustado mucho esa parte. Es completamente distinta a las interpretaciones de otros pianistas.
Ozawa: Imagino que tendr¨ªa una abrumadora confianza en s¨ª mismo para atreverse a hacer ese tipo de cosas. Vamos a escucharlo. Justo ahora estoy estudiando esta obra porque dentro de poco voy a interpretarla con Mitsuko Uchida en Nueva York, con la Saito Kinen Orchestra.
'M¨²sica, solo m¨²sica'
Autores: Haruki Murakami y Seiji Ozawa
Traducci¨®n: Fernando Cordob¨¦s y?Yoko Ogihara
Formato: R¨²stica con solapas. 336 p¨¢ginas
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