Desde el espacio exterior, con humor
El ilustrador argentino Pato Conde analiza la actualidad y las relaciones personales a trav¨¦s de seres imaginarios que cuestionan el arte o la pol¨ªtica, que hacen pensar y piensan
Creer que existen marcianos que copian el comportamiento humano es ficci¨®n. Hacer que esa ficci¨®n se convierta en realidad es lo que consigue el dibujante Pato Conde (Buenos Aires, 1982) en su libro Historias del espacio exterior, una recopilaci¨®n de vi?etas en las que lleva trabajando m¨¢s de cinco a?os. ¡°Lo mejor de la ficci¨®n es simular todo tan bien que el espectador se lo crea¡±, se?ala el ilustrador.
Artista polifac¨¦tico, afincado en Mallorca desde hace dos d¨¦cadas, ha creado un mundo gr¨¢fico en el que analiza la actualidad, el pensamiento y las relaciones personales a trav¨¦s de? seres fant¨¢sticos que viven en el espacio exterior, un territorio imaginario e indefinido en el que el autor siente la libertad de dibujar y expresarse. ¡°Provocar una reflexi¨®n en el espectador y que cualquiera pueda verse reflejado en cada situaci¨®n es mi principal objetivo. Conseguir una carcajada, es un premio¡±, afirma el autor. Conde es profesor de fotograf¨ªa en la Escuela de Artes Audiovisuales (CEF) de Palma de Mallorca y estudia Bellas Artes. En un constante reto de creatividad se mueve entre fotos, dibujos y textos, edita fanzines y si se tercia moldea esculturas, o toca la bater¨ªa en un grupo de m¨²sica.
Durante a?os se dedic¨® a la fotograf¨ªa documental y retrat¨® a fondo el mundo del skate, una afici¨®n que tiene desde ni?o. Cansado de captar la realidad con su c¨¢mara, se adentr¨® en el mundo de las ideas para centrase en el dibujo y la escritura, dos disciplinas que practica desde su infancia. As¨ª nacieron sus vi?etas, que publica a diario desde 2015 en Instagram y en Facebook, donde tiene m¨¢s de 6.000 seguidores. A finales de julio, Conde autoedit¨® un libro con 128 ilustraciones del que se publicaron 300 ejemplares.
Para crear las tiras c¨®micas hizo un ejercicio de improvisaci¨®n que considera fundamental. Dibuj¨® sin parar y prob¨® m¨²ltiples opciones hasta que consigui¨® dar forma a sus marcianos, como le gusta llamarlos y les concedi¨® el don de reflexionar sobre los humanos, imitar sus comportamientos con ingenio, iron¨ªa y naturalidad, huyendo de la ofensa, que Pato no concibe como modo para provocar reacciones en el espectador. Los carism¨¢ticos habitantes que viven en la imaginaci¨®n del artista no copian la realidad, sino que son un reflejo de ella. No tienen nombre ni sexo, nunca son los mismos personajes y cualquiera puede identificarse con ellos y con las situaciones que representan. Parecen monigotes de tinta sencillos pero su gran ojo a modo de antifaz, como ¨²nico rasgo para gesticular, hace que el ilustrador a veces tenga que hacer verdaderos malabares para expresar sus emociones.
Conde creci¨® fascinado por los cuentos de Cortazar y las historias del fallecido Quino, . En sus pensamientos de adolescente no cab¨ªa la posibilidad de ser humorista gr¨¢fico, simplemente envidiaba su ingenio, inteligencia y cultura. El universo de Quino, las vi?etas de Edward Steed para The New Yorker, de Dar¨ªo Adanti para la revista Mongolia o las creaciones de Max y Michael DeForge son algunos de sus referentes. ¡°Yo no dibujo bien y no busco la perfecci¨®n en mis trazos, lo que me preocupa es el texto que apoya a la imagen. Me obsesiona la capacidad de s¨ªntesis para contar mucho con pocas palabras. Aun as¨ª, no escribo mucho. Pienso mucho¡±, afirma el vi?etista.
Este creador de escenas c¨®micas, al que le gusta mucho mirar, no cree en la inspiraci¨®n. Aunque hay ideas que se le ocurren en cualquier momento y deja lo que est¨¦ haciendo para dibujarlas, en muchas ocasiones se sienta delante de un folio en blanco sin saber qu¨¦ contar, dibuja sin rumbo pensando en c¨®mo pueden dialogar sus marcianos en ese instante. ¡°Es un momento efervescente. Lo que pasa no ocurre en el papel si no en mi cabeza.¡±, cuenta el dibujante, quien puede pasar d¨ªas moldeando un concepto como si fuese plastilina hasta que consigue dar a luz a una nueva vi?eta. No hace bocetos, no rectifica los dibujos que pinta con rotulador negro sobre papel blanco y solo utiliza Photoshop para invertir los colores y conseguir as¨ª la est¨¦tica de trazo blanco sobre fondo negro que le caracteriza.
En la edici¨®n de Historias del espacio exterior es dif¨ªcil percibir una peculiar caracter¨ªstica de los personajes si no los conoces desde sus inicios. Fueron concebidos como seres finitos. Cada uno tiene un tiempo concreto de vida, saben cu¨¢ndo van a morir, lo que puede potenciar el sentido o sinsentido de alguna de sus experiencias. ¡°No han perdido esta cualidad, pero he dejado de incidir en ello porque creo que ya est¨¢ contado y las historias no pierden sentido¡±, asegura Conde.
P¨¢gina a p¨¢gina, tras un pr¨®logo del escritor mallorqu¨ªn Nadal Suau, que hace presagiar un contenido lleno de imaginaci¨®n, estos peque?os seres inteligentes observan a los humanos cuestionando y reproduciendo sus comportamientos en un discurso cargado de emociones. Se atreven con el arte y la pol¨ªtica, hablan de ideales, filosofan, juegan a superh¨¦roes y se dejan llevar por los sentimientos m¨¢s terrenales. Se quieren o se odian, experimentan con el sexo y se obsesionan con las redes sociales y con la soledad. Hacen pensar y piensan mucho, como su autor, que de asteroide en asteroide da vida a un fant¨¢stico mundo de humor gr¨¢fico en el que estos mu?ecos espaciales se atreven con todo.
Desde hace unas semanas el Diario de Mallorca publica una vi?eta cada domingo en formato panor¨¢mico pero con el mismo concepto. La editorial West Indies publicar¨¢ Historias del espacio exterior. ?ntegro, libro de tapa dura y 80 vi?etas m¨¢s que el editado por el humorista, que estar¨¢ disponible partir del 12 de octubre. En un futuro, Conde contar¨¢ todos los secretos de su ficci¨®n en un mapa conceptual ilustrado al que est¨¢ dando forma. Mientras esto llega, como dir¨ªa un marciano de ese espacio exterior: ¡°A los que mandan un saludo, un saludo¡±.
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