Sertorio, el h¨¦roe que nunca fue espa?ol
El investigador Francisco Romeo recupera en ¡®La guerra de Sertorio¡¯ la figura del general romano que se utiliz¨® pol¨ªticamente para elevar la moral del pa¨ªs tras el Desastre del 98
!['Quinto Sertorio y la cola de caballo' (1638), ¨®leo de Gerard van Kuijl, en el Museo Gorcums de Gorinchem (Holanda)](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4NNFEQ7BYBCWZBSYHSR4MAMLVI.jpg?auth=80c1a42377d91e5a0b3c67f18dcd39dd4d93fab2cdad0a3b048127094af12343&width=414)
Sostiene el arque¨®logo Francisco Romeo Marug¨¢n que hubo un tiempo ¨Da finales del siglo XIX y principios del XX¨D en el que los libros escolares de la Educaci¨®n Nacional mostraban al general romano Quinto Sertorio (122 a. C.- 72 a. C.) como ¡°otro Viriato, un arquetipo de los valores espa?oles luchando por su libertad frente a un gobierno autocr¨¢tico [el de Roma]¡±. Sertorio era descrito en aquel momento como un modelo de personaje libre, ¡°bueno, h¨¢bil, hecho a s¨ª mismo, inteligente y compasivo, que al final pierde la raz¨®n por culpa de los otros y es traicionado vilmente a instancias de una potencia opresora incapaz de doblegarlo por medios dignos¡±. Un supuesto trasunto de Espa?a en el Desastre del 98, la explosi¨®n del Maine y la p¨¦rdida de las colonias.
Historiadores como Modesto Lafuente o Juan de Mariana confirmaron en su momento que se trataba de ¡°un bravo espa?ol¡±, ¡°un rebelde que quiere liberar a Espa?a del yugo romano¡±. Esta imagen del personaje, en una ¡°Espa?a azotada por una profunda crisis social y econ¨®mica y una situaci¨®n ag¨®nica en las colonias de Ultramar, lo convert¨ªa en un modelo nacional virtuoso e inquebrantable al que agarrase como a un salvavidas en un proceloso oc¨¦ano [pol¨ªtico]¡±, escribe Romeo en La Guerra de Sertorio. Hispania y el ocaso de la Rep¨²blica de Roma (Almuzara, 2024). Pero lo que reflejaban aquellos manuales escolares se situaba muy lejos de la realidad. Quinto Sertorio solo era un pol¨ªtico y genial militar que emple¨® Hispania y el sur de la Galia como base de operaciones para tomar la capital del imperio en una guerra fratricida entre dos facciones romanas. Su controvertida figura ¨Da punto estuvo de cambiar la historia de Roma e Hispania¨D fue analizada por los m¨¢s importantes historiadores europeos de los ¨²ltimos 150 a?os y ahora vuelve en forma de un atractivo libro.
Esta guerra civil romana sobre el suelo peninsular provoc¨® un nivel de devastaci¨®n no conocido hasta entonces en Hispania. ¡°Ni las guerras p¨²nicas, ni las celtib¨¦ricas, ni la de Viriato... ninguna hab¨ªa visto semejante alcance de destrucci¨®n ni tanto territorio afectado. La guerra pas¨® por casi cada pueblo, asolando territorios enteros y diezmando a la poblaci¨®n. La arqueolog¨ªa nos muestra muchos centros urbanos que se destruyen en ese momento y que nunca vuelven a ocuparse. Jam¨¢s. Quiz¨¢s porque no qued¨® nadie para volver a sus casas. Me gustar¨ªa ver una pir¨¢mide demogr¨¢fica de aquellas fechas¡±, explica Romeo Marug¨¢n.
Las conocidas como guerras sertorianas (un conflicto interno que enfrent¨® a las facciones popular de Sertorio y a la optimate de Metelo y Cneo Pompeyo), entre los a?os 82 a. C. y 72 a. C., dej¨® un rastro de desolaci¨®n y horror en Hispania dif¨ªcil de concebir. Los arque¨®logos actuales, al investigar las ciudades y oppida arrasados durante la contienda, han hallado cuerpos con evidencias de las torturas m¨¢s inconcebibles y brutales, incluyendo entre las v¨ªctimas a mujeres y ni?os. Una guerra completamente descompensada entre los dos ej¨¦rcitos ¨Dlos optimate duplicaban o triplicaban a los efectivos de Sertorio¨D, lo que oblig¨® a este a reclutar o buscar el apoyo de los pueblos ib¨¦ricos para compensar el desequilibrio de fuerzas. De tal manera que las tribus hispanas deb¨ªan elegir a qu¨¦ bando apoyar. Si se inclinaban por el perdedor, su desaparici¨®n estaba asegurada literalmente. La mayor¨ªa opt¨® por Sertorio ¨Dporque adem¨¢s de hablar lenguas ind¨ªgenas sab¨ªa c¨®mo tratar a las ¨¦lites locales¨D y lo pag¨® con la vida.
Fue el arque¨®logo alem¨¢n Adolf Schulten ¨Dun antihitleriano declarado¨D el que public¨® en 1926 la primera gran biograf¨ªa de Sertorio, un personaje que ya hab¨ªa atra¨ªdo a los historiadores de principios de era y al que el dramaturgo franc¨¦s Pierre Corneille convirti¨® en protagonista de una obra de teatro en 1622 para denunciar los problemas pol¨ªticos de Francia en aquella ¨¦poca. Para Schulten, el romano es el ¡°creador del imperio hisp¨¢nico, de fundar en Espa?a una segunda Roma desde la cual poder arrancar, poco a poco, de la oligarqu¨ªa [los optimate] al resto del mundo romano para incorporarlo a su Imperio hisp¨¢nico¡±. Es decir, el arque¨®logo alem¨¢n dibuja a Sertorio como el l¨ªder de una guerra de la independencia hispana, lo que se convierte ¡°en una de las claves de los errores que marcaron la comprensi¨®n de esta guerra, el hecho de ser considerada el ep¨ªlogo de una guerra de la independencia ind¨ªgena y no como realmente fue, una guerra civil romana¡±, escribe Romeo Marug¨¢n.
El autor sostiene que ¡°esta concepci¨®n e iconograf¨ªa de lo celta-ibero-celt¨ªbero nos sigue llegando de forma m¨¢s o menos sutil, pero, como una lluvia que no cesa, nos ha calado a todos¡±, incluidas otras zonas de Europa que cayeron bajo la bota romana. Menciona, por ejemplo, los tebeos de Ast¨¦rix, ¡°esa aldea gala que resiste siempre al invasor¡± y lo hace ¡°en pelota picada¡± demostrando ¡°valor, fidelidad, nobleza, fiereza, franqueza, honestidad todo destilado en su esencia m¨¢s pura y presentado en una botella de cristal brillante¡±. Pero esto tampoco era verdad. ¡°Los guerreros [hispanos o galos] entraban en combate bien pertrechados y con adornos y elementos funcionales decorados de manera prodigiosa. De hecho, una de las razones de que el combatiente celt¨ªbero supusiese tantos problemas al ej¨¦rcito romano fue su superior equipamiento, en calidad y cantidad¡±, se lee en La guerra de Sertorio.
Romeo invita al lector a viajar en lo que en un tiempo pasado se llam¨® ¡°el mito sertoriano¡±, estudiado por Barthold Georg Niebuhr (1776-1831), creador del m¨¦todo hist¨®rico cr¨ªtico, o por el nobel de Literatura Theodor Mommsen (1817-1903). Una lectura entretenida y educativa en la que el escritor se obliga a no introducir pies de p¨¢gina para que el lector no se distraiga del relato lineal. Un trayecto en el tiempo apasionante, de un personaje que en el siglo XIX se estudiaba en las escuelas como ejemplo m¨¢ximo de la hispanidad, pero que a la postre era solo un pol¨ªtico romano que quer¨ªa cambiar el rumbo de la rep¨²blica y que muri¨®, como en las tragedias, apu?alado por su hombre de confianza. Como cuando Espa?a dej¨® atracar al Maine en La Habana y no sab¨ªa lo que se le ven¨ªa encima.
![Portada de 'La guerra de Sertorio', de Francisco Romeo Marug¨¢n](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JZFG3YTTCNEB3DCC2KXBK5XIYA.jpg?auth=1c1d03cfcc9107a1cab621b0f8df6eed22ec14b5e4b3837e4bdac8597c6b0ae6&width=414)
La guerra de Sertorio. Hispania y el ocaso de la Rep¨²blica de Roma
Almuzara, 2024
256 p¨¢ginas. 18,95 euros
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