Adorada Violette Leduc
Iniciamos una serie donde un autor o autora escribe sobre nombres y titulos decisivos en su trayectoria
Cuando pienso en escritoras absurdamente olvidadas, me vienen a la mente Djuna Barnes y Violette Leduc. Si Marguerite Duras vuela con la lengua, Violette Leduc no se queda atr¨¢s. La nueva y vieja convencionalidad, a la que se entregan con desverg¨¹enza tantos autores sobrevalorados, se encuentra a miles de a?os luz por detr¨¢s de escritoras como Violette Leduc, con la que Simone de Beauvoir fue de una generosidad inaudita, a la vez que la acus¨® m¨¢s de una vez de obscena y de expl¨ªcita. Pod¨ªa ser cierto en la ¨¦poca en la que estas dos grandes escritoras tuvieron que vivir y sufrir, pero ahora no.
Violette Leduc no solo escribe, Violette Leduc derrama diamantes en cada frase, Violette Leduc hace restallar la lengua, la incendia, la convierte en un animal peligroso, la fustiga, la expande, la deja fluir como un r¨ªo de estrellas derretidas en novelas como Th¨¦r¨¨se e Isabelle. Violette era bisexual, y en la novela que acabo de mentar narra un amor-pasi¨®n entre dos muchachas que est¨¢n descubriendo sus cuerpos y est¨¢n renaciendo desde la misma piel.
Es dulce y es cruel, es radiantemente obscena y libre, es l¨ªrica hasta el mismo estremecimiento, est¨¢ como al otro lado de la frontera. ?De qu¨¦ frontera? De la que divide y separa la gran escritura de la literatura simplemente correcta, y que tanto abunda.
Es la que va a sobrevivir en Francia, junto a Marguerite Duras y algunas otras, aunque muri¨® cuando corr¨ªa el mes de mayo de 1972. F¨ªsicamente, no era muy agraciada. En el Barrio Latino la llamaban ¡°la fea¡±. Ya sab¨¦is, el viejo racismo de la belleza.
Su vida fue muy dif¨ªcil y Simone de Beauvoir la tuvo que ayudar en secreto. Lleg¨® a pasar hambre, vivi¨® al borde del precipicio, pero yo la quiero como si fuese mi hermana, y me bebo sus palabras como un licor exquisito.
El franc¨¦s, en sus manos, es una dimensi¨®n de luz y de tiniebla, la una a la otra tan enlazadas como los dos mechones de una trenza. Todas sus novelas me interesan: La asfixia, La bastarda, La locura en la cabeza, Th¨¦r¨¨se e Isabelle...
Ahora mismo en espa?ol solo est¨¢n traducidas Th¨¦r¨¨se e Isabelle, publicada por M¨¢rmara en el 2015, y La bastarda, recientemente editada por Capit¨¢n Swing. Basta con estas dos novelas (de entre las mejores de su obra) para darse cuenta de qui¨¦n es Violette Leduc, que regresar¨¢ del abismo para asombrarnos. Ya lo dije en otra ocasi¨®n: Th¨¦r¨¨se e Isabelle es el Cantar de los cantares del safismo: una novela que desprende una luz irreal y que resistir¨¢ a la usura del tiempo como un diamante negro.
Cuando la lees empiezas a desde?ar la literatura cobarde, despojada de nervio y de fuego. Si a¨²n no hab¨¦is le¨ªdo Th¨¦r¨¨se e Isabelle, enmendad pronto ese error. Dejemos que en la feria de las vanidades dance la literatura endeble y yerta. Hay otra literatura que est¨¢ llamado a tu puerta y hay que sacar a esta mujer del reino del olvido.
No es la primera vez que hablo de ella ni ser¨¢ la ¨²ltima. La quiero como a una novia que llega del bosque de la noche con los cabellos h¨²medos y los ojos ardiendo. Beso su calavera, me arrojo a las luminosas tinieblas de su prosa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.