Paco Le¨®n: ¡°Tengo mucho peligro porque estoy muy ¡®jaleao¡±

El d¨ªa que hablamos, en una terraza de El Retiro, hac¨ªa un sol que rajaba y su pelo, te?ido de platino por la pel¨ªcula que ha estado rodando en Budapest con Nicholas Cage, refulg¨ªa cual cumbre nevada, como si hiciera falta se?alar al m¨¢s popular de la sala. Al final, una se?ora no se aguant¨® las ganas y se acerc¨® a hacerle saber que le hab¨ªa reconocido y que a ver cu¨¢ndo volv¨ªa a verlo en el cine, que ya estaba tardando. No consta si la se?ora ten¨ªa redes sociales, pero, a falta de estrenos por la pandemia, a los pocos d¨ªas, Le¨®n la liaba en Instagram publicando un v¨ªdeo de una performance ajena en la que un grupo de hombres y mujeres semidesnudos jugaban a se?alarse unos a otros el, ejem, ano, con un puntero l¨¢ser. El Trending Topic estaba servido.

?Le gustan los charcos?

Nunca pens¨¦ que ese v¨ªdeo tan divertido pudiera generar tanto odio y estupefacci¨®n. Me pareci¨® una magn¨ªfica oportunidad para debatir sobre los l¨ªmites del arte. Me temo que no hubo mucho nivel en la argumentaci¨®n.

Son m¨ªticos sus desnudos en Instagram. ?Exhibicionismo?

?Qu¨¦ dices? Yo ah¨ª no ense?o nada. Solo muestro mi cuerpo. Mi intimidad solo la conozco yo. S¨¦ perfectamente cu¨¢l es la frontera. Me defino m¨¢s por lo que tapo que por lo que desnudo. Ah¨ª est¨¢ el juego: ser muy generoso por un lado y muy r¨¢cano por el otro.

?Cu¨¢nto se quiere a s¨ª mismo?

Depende del d¨ªa. Pero quiero quererme, quiero perdonarme. Solo si te quieres a ti mismo puedes querer a los dem¨¢s. Soy pudoroso: he tenido much¨ªsimos complejos, miedos, inhibiciones, pero tambi¨¦n voluntad desde siempre para desinhibirme. Una amiga me dijo una vez: ¡®hay mucho miedo pa tan poco peligro¡¯, y creo que eso es lo que nos paraliza para no hacer lo que nos apetece. Yo lo hago. Hay m¨¢s que ganar que perder.

?Cu¨¢nto aplomo se precisa para vivir como a uno le da la gana?

Uf, eso cuesta toda una vida. Todos estamos intentando eso. Es la clave del ¨¦xito, para m¨ª, y no es tan f¨¢cil. No tiene nada que ver con el dinero ni el poder, es conquistar la libertad mental. Hacer lo que a uno le da la gana es lo que m¨¢s cuesta del mundo. En eso soy ambicioso. Quiero m¨¢s, Quiero m¨¢s libertad, m¨¢s ¨¦xito, m¨¢s hacer lo que me de la gana, quiero m¨¢s de todo, mucho m¨¢s.

De ego vamos bien, supongo.

El ego es muy puto y yo tengo mucho peligro, porque estoy muy jaleao. Cuando todo el mundo te dice lo guay que eres y lo guapo que est¨¢s y el tipo que tienes, tienes que estar muy atento. Pero, a veces, cuando hay mucha diferencia entre tu propia percepci¨®n y la que tienen los dem¨¢s de ti, te crea como un s¨ªndrome del impostor, y crees que la gente te va a pillar.

?Impostor a estas alturas?

S¨ª, cada vez menos, porque yo ya s¨¦ qui¨¦n soy y puedo jugar. Puedo hacerme el guapo, puedo hacerme el superh¨¦roe y que t¨² te lo creas, pero yo ya s¨¦ qui¨¦n soy.

En su pel¨ªcula, un padre y una madre se pelean para no cargar con los hijos tras el divorcio. Es un tema tab¨². ?Lo comprende, como padre?

A ver, es una comedia. Pero hay algo cat¨¢rtico en ella. Funciona esa premisa de unos padres malos, que piensan en ellos m¨¢s que en sus hijos. Nada es blanco ni negro. No me parece mal desdramatizar, quitarle un poco de az¨²car a la paternidad y echarle un poco de sal.

Su personaje en la pel¨ªcula lidia con la adolescencia de su hija. ?C¨®mo fue la suya?

Yo fui muy bueno. Un ¡®suav¨®n¡¯, que me dec¨ªa mi madre. Con mi carita de bueno hac¨ªa lo que me daba la gana, y sigo as¨ª. Me enternece mucho la adolescencia. Es un momento convulso: todo se mueve. Despu¨¦s se recuerda con nostalgia, pero es terrible. Es la Edad Media de la persona. Los guays, por guays, los friquis, por friquis, todos sufren much¨ªsimo.

A sus 46, usted est¨¢ en la mediana edad. ?Qu¨¦ hay de la crisis?

No me he comprado un coche, ni una moto, y para el tinte platino tengo coartada: fui yo el que lo propuse a Hollywood. Pero claro que existe, t¨² lo sabes, lo sabemos todos. Es dif¨ªcil envejecer: asumir todo eso de que la vida era esto y de todo hace 20 a?os. Soy cero nost¨¢lgico y me parece que el momento que vivo es el mejor, y me ayuda tener referentes como I?aki Gabilondo, que tiene casi 80 tacos y mira como est¨¢, t¨ªa. Espero envejecer bien, avisadme si hago el rid¨ªculo. Una actriz colombiana, Margarita de Francisco, dec¨ªa que, a cierta edad, hay que tirar de personalidad. Yo voy a ir por ah¨ª: eso ni se gasta ni se arruga.

Algunos hombres criticaron un anuncio de cuchillas en el que sal¨ªa usted por mostrar formas diversos estilos de masculinidad. ?Qu¨¦ les dir¨ªa?

Se nos educa a los hombres para demostrar continuamente que lo somos, y creo que lo que estamos aprendiendo es a decir ¡®rel¨¢jate, t¨ªo¡¯. Les dir¨ªa: eres hombre por mucho que llores, por mucha pluma que tengas, por mucho que te acuestes con otros t¨ªos. Tranquilo, no hace falta demostrar nada. Eso es dif¨ªcil aplicarlo y hay quien se pone nervioso, pero es un paso bonito y liberador.

?A qu¨¦ cree que se deben esos nervios?

Pues por lo que dec¨ªa mi amiga: mucho miedo para tan poco peligro. La masculinidad no est¨¢ en peligro. Pero nos han educado as¨ª. No solo los hombres. Las mujeres nos han educado as¨ª. A m¨ª tambi¨¦n. Intento replantearme cosas, ver, comparar, ser honesto. Y, aun as¨ª, sigo aprendiendo. Hay que tener un poco de paciencia con los se?oros para que ellos vayan haciendo su camino.

?Hay que ser muy hombre para ser Paco Le¨®n, como dice en el anuncio?

Es que ese eslogan: ¡®Hay que ser muy hombre para ser t¨²¡¯ lo suger¨ª yo. Ten¨ªan otro texto, largu¨ªsimo, y pens¨¦ que diciendo ¡°t¨²¡± bastaba. Poder ser t¨² mismo es lo m¨¢s inclusivo que hay.

O sea, que nos hemos perdido un publicitario. ?O es su plan B?

Ese es mi plan A. Es que mi verdadero talento es ese. De hecho, mis cosas, mi imagen, trabajo mucho todo eso del relato y la conciencia. En mi construcci¨®n de marca est¨¢ todo.

?Es usted su propia marca?

Todos lo somos en nuestro c¨ªrculo, entendiendo marca como la imagen que deseas dar al resto.

Si no teme al juicio ajeno, ?a qu¨¦ le tiene miedo, se?or Le¨®n?

A que no me quieran los que quiero. Al final, solo somos eso.

?Ha sufrido por amor?

No. Soy un t¨ªo con suerte. Nac¨ª de pie, literalmente: sal¨ª de mi madre con los pies por delante.

Qu¨¦ dolor. ?De ah¨ª viene lo de ¡®Carmina o revienta¡¯?

Pues casi, porque aparte, pesaba casi cinco kilos, y para una primeriza de 19 a?os que ten¨ªa mi madre al parirme, tuvo que ser terrible. As¨ª dec¨ªa ella: ¡®matadme, que ni quiero ni?o ni quiero nada. Luego se olvid¨®, claro. Pero me dej¨® esa herencia: nacer de pie, ser un t¨ªo con suerte, porque la suerte es como Dios: si crees en ella, existe.