Homofobia y tortura: Aaron Lee saca a escena su infierno personal
El m¨²sico, castigado por su padre por ser homosexual, act¨²a con su viol¨ªn en la obra ¡®Yo soy el que soy¡¯, que relata su biograf¨ªa y echa el cierre a la sala Pav¨®n Kamikaze
Aaron Lee no muestra ni pizca de venganza o rencor. A sus padres, dice, les perdon¨® hace mucho tiempo. Este m¨²sico madrile?o de origen surcoreano ya puso palabras a su tragedia vital que comenz¨® el d¨ªa en el que, con 17 a?os, les habl¨® a sus padres de su condici¨®n homosexual. ¡°Creo que me gustan los chicos¡±, confes¨® Aaron, el primog¨¦nito de una familia centrada obsesivamente en la m¨²sica y la religi¨®n ¡ªsu padre era un pastor evang¨¦lico bautista¡ª. A esta confesi¨®n siguieron a?os de rechazo, secuestro, tortura y persecuci¨®n. En el libro Yo soy el que soy (Letrame, 2020) Lee volc¨® no solo toda su tragedia y frustraci¨®n, sino tambi¨¦n su capacidad y orgullo para superar esta situaci¨®n sin odios ni morbos a?adidos.
Ahora, con 32 a?os (Madrid, 1988), acompa?ar¨¢ con su viol¨ªn la puesta en escena de su historia en primera persona, pero en la voz de la actriz Ver¨®nica Ronda. Su duro e incre¨ªble viaje va desde 2005, fecha de su confesi¨®n, hasta 2010, a?o en el que fue admitido en la Orquesta Nacional de Espa?a. El montaje Yo soy el que soy se estrena esta semana (estaba previsto para ma?ana, pero depender¨¢ de las restricciones causadas por el temporal Filomena y la ola de fr¨ªo en la capital), en el que ser¨¢ el ¨²ltimo espect¨¢culo en el Teatro Pav¨®n Kamikaze antes de su anunciado cierre, el 30 de enero. Dirigido por Zen¨®n Recalde, Yo soy el que soy contar¨¢ con el propio Aaron Lee tocando el viol¨ªn, Gaby Goldman el piano y Ver¨®nica Ronda, la int¨¦rprete de esta ins¨®lita y tr¨¢gica historia.
El sal¨®n de la vivienda de Goldman, en el centro de Madrid, ha servido estos d¨ªas de lugar de ensayos del espect¨¢culo, que naci¨® en peque?o formato para apoyar el lanzamiento del libro de Lee y que vio Miguel del Arco. El dramaturgo y socio del Teatro Pav¨®n Kamikaze, les anim¨® a ampliarlo y a convertirlo en una obra teatral. Yo soy el que soy no es la adaptaci¨®n literal del libro, sino que ha buscado una dramaturgia potente y especial. El resultado final consigue entrar en la intimidad dolorosa, pero esperanzadora de una historia que va mucho m¨¢s all¨¢ de la persecuci¨®n de alguien por su orientaci¨®n sexual.
¡°Por m¨¢s que los sucesos que se describen sean terribles, estamos ante una tragedia sin sordidez. Se cuenta de manera natural, sin pelos en la lengua, sin soberbia ni altivez. Estamos ante una historia universal que habla de la intolerancia, del sectarismo, de las persecuciones por ideolog¨ªa, raza u orientaci¨®n sexual. Es una vida digna de pel¨ªcula, de superaci¨®n en positivo¡±, asegura, admirado, el director del montaje, Zen¨®n Recalde, nacido en Buenos Aires en 1974 e instalado en Madrid desde 2002.
Partituras y misas
¡°Mi nombre es Aaron¡ que en hebreo significa fortaleza y luz en la monta?a¡ un ni?o criado entre el viol¨ªn y Dios¡ mis d¨ªas pasaban entre partituras y misas¡±. As¨ª comienza el relato, mientras suena el Concierto para viol¨ªn y orquesta de Chaikovski. En un escenario oscuro, con solo un piano de cola y dos taburetes, la voz de Ronda va narrando esos cinco a?os en la vida de este joven, presente en el escenario con su viol¨ªn y la m¨²sica que le ayud¨® a superar los tr¨¢gicos momentos de su existencia, que fueron desde amenazas de muerte hasta su secuestro, orquestado por sus padres, en una isla de Corea, pasando por palizas y actuaciones en la calle para poder comer. Las partituras elegidas e interpretadas junto a Goldman, ¡ªdirector musical del espect¨¢culo¡ª, son una mezcla de m¨²sica cl¨¢sica, popular, tangos y hasta piezas de bandas sonoras de pel¨ªculas, y todo cumple la premisa de formar parte de la vida de Lee.
¡°S¨¦ que me voy a exponer mucho m¨¢s que con el libro, que solo pude empezar a escribir cuando supe que no me iba a romper por ello. No me he roto, ha sido todo muy duro, pero aqu¨ª estoy. Ha sido muy terap¨¦utico. La m¨²sica no me ha salvado, pero s¨ª me ha ayudado. M¨¢s all¨¢ de que me echaran de casa con 19 a?os por el hecho de ser gay, mi alegato es un grito a favor de la libertad en todos los sentidos¡± explica. ¡°Esta obra no es teatro de tem¨¢tica LGTB. Eso ser¨ªa quedarse corto. Es una historia de resistencia, que termina de una forma feliz cuando soy yo el que toma las riendas de mi propia vida. Ya s¨¦ que es un manotazo duro de realidad, pero cuando eres consciente de una realidad como la que me ha tocado vivir te obliga a una responsabilidad¡±, asegura. Lee es un hombre tranquilo, para quien el hecho de que sea una mujer quien ponga voz a sus palabras aporta de manera clara universalidad a la historia.
No es hasta el final de la obra ¡ªen la que, entre otras muchas piezas musicales, se interpreta la Chacona, de Johann Sebastian Bach, ¡°un lamento, un grito desgarrador¡±¡ª cuando Lee toma el micr¨®fono y con su voz proclama: ¡°No soy ning¨²n h¨¦roe. Pagu¨¦ un peaje muy alto por ser quien soy, para ser libre. Cada dificultad, cada herida y cicatriz las he convertido en algo bello. El sufrimiento en s¨ª no hace madurar al hombre. Es el hombre el que da sentido al sufrimiento. Y gracias a ello, yo soy el que soy¡±. Las luces del escenario se van apagando hasta quedarse oscuro.
Babelia
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