El misterio del bast¨®n de hace 15.000 a?os
Los arque¨®logos hallan en Gipuzkoa una vara del Magdaleniense decorada con animales cuya funci¨®n se desconoce
Es uno de los grandes enigmas sin resolver de la arqueolog¨ªa francesa, y ahora tambi¨¦n de la espa?ola. Nadie sabe para qu¨¦ utilizaban hace unos 15.000 a?os los cazadores-recolectores que habitaban el ¨¢rea cant¨¢brica y el golfo de Vizcaya unos bastones fabricados con asta de ciervo y decorados con diversos motivos, fundamentalmente faun¨ªsticos. Los arque¨®logos han localizado en el ¨²ltimo siglo nada menos que unos 400, de los que solo una docena est¨¢n atravesados por cuatro o m¨¢s perforaciones y que han sido hallados en la regi¨®n francesa de Aquitania. Pero ahora, por primera vez, han descubierto uno de estas caracter¨ªsticas en la Pen¨ªnsula, en la cueva de Aizkoltxo (Mendaro, Gipuzkoa).
Lo desvela el estudio Un bast¨®n multiperforado de la ocupaci¨®n del Magdaleniense Final de la cueva Aizkoltxo, firmado por Blanca Ochoa, Daniel Ruiz Gonz¨¢lez, Erik Ar¨¦valo Mu?oz, Javier Alberdi Urdalleta, Juan Mari Arruabarrena Astiazaran y Jos¨¦ Antonio Mujika Alustiza, de la Universidad del Pa¨ªs Vasco y de la asociaci¨®n cient¨ªfica Munibe Arkeologia Taldea. Tal es el desconcierto sobre la utilidad de estas varas con varios orificios que los expertos han propuesto durante estos a?os hasta 40 usos diferentes: de poderoso s¨ªmbolo de poder tribal a humilde herramienta para enderezar azagayas (lanzas o dardos peque?os).
La cueva donde se ha hallado el bast¨®n, partido en dos trozos, se en?cuentra en la ladera suroeste de la colina de Aizkoltxo. Este yacimiento del Paleol¨ªtico Superior fue descubierto en 1909, pero no fue hasta 1927 cuando se realizaron las primeras catas arqueol¨®gicas y se recogieron algunas piezas poco significativas.
En la d¨¦cada de los ochenta, miembros de Munibe Arkeologia Taldea hallaron piezas de s¨ª?lex que fueron depositadas en la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Pero en 2003, los arque¨®logos descubrieron que los furtivos hab¨ªan accedido al interior de la gruta y provocado graves destrozos, lo que les llev¨® a intervenir entre 2006 y 2019. Fue entonces cuando se localiz¨® esta ¡°varilla de asta multiperforada decorada tanto con representaciones no figurativas como fi?gurativas¡±, explica la experta de la Universidad de Durham (Reino Unido) Blanca Ochoa.
Con el hallazgo se aprovech¨® para ¡°contextualizar los restos que perduraban y conocer la estratigraf¨ªa del yacimiento¡±. Adem¨¢s del enigm¨¢tico bast¨®n, se ha exhumado un enterramiento del Calcol¨ªtico (tercer milenio a.C.) entremezclado con instrumentos l¨ªticos y ¨®seos del Magdaleniense Superior-Final¡± (16.500-13.300 a?os), ¨¦poca a la que pertenece la vara. Tanto las culturas calcol¨ªticas como las de la Edad del Bronce ten¨ªan la costumbre de usar las mismas cuevas para enterrar a sus muertos, lo que produc¨ªa destrozos en los registros arqueol¨®gicos anteriores y dificulta, a la postre, la labor de los expertos. No obstante, en este caso han sido capaces de diferenciar uno y otro nivel temporal, separados por m¨¢s de 10.000 a?os.
¡°Este excepcional objeto, junto a otros de similares caracter¨ªsticas, corrobora las estrechas relaciones entre los grupos que ocuparon los yacimientos de la cornisa cant¨¢brica, el golfo de Bizkaia, el Pirineo Occidental y Central e, incluso, el departamento de Dordo?a (Francia)¡±, se?ala el informe. ¡°En Europa se han localizado m¨¢s de 400 bastones perforados de los que la mitad presentan alg¨²n tipo de decoraci¨®n, pero los que cuentan con cuatro o m¨¢s perforaciones son mucho menos abundantes, poco m¨¢s de una decena. Hasta el descubrimiento del ejemplar de Aizkoltxo, la totalidad de las varas multiperforadas conocidas se ubicaban en la zona de Aquitania¡±, a?ade el estudio.
No obstante, los arque¨®logos admiten que desconocen para qu¨¦ los utilizaban sus propietarios. Barajan su uso como enderezadores de azagayas, tensores, picos de tiendas, soportes de armas, herramientas para la fabricaci¨®n de cester¨ªa o s¨ªmbolos de prestigio. ¡°Tampoco podemos descartar que se tratase de objetos polifuncionales. Un aut¨¦ntico enigma¡±, incide Ochoa.
Lo que s¨ª se conoce es c¨®mo fue elaborado el bast¨®n hallado en Gipuzkoa. Primero se alis¨® la pieza mediante la fricci¨®n con minerales de hierro. A continuaci¨®n, se aserr¨® el asta y se procedi¨® a grabar las figuras, tanto con incisiones profundas como con otras m¨¢s superficiales para dotarla de detalles y cubrir la totalidad del espacio disponible.
Adem¨¢s, la interpretaci¨®n de los animales representados es compleja. Los expertos han distinguido dos figuras similares, una completa que parece tumbada y otra limitada a la cabeza, que podr¨ªa corresponder con potros, burros salvajes o, quiz¨¢s, conejos, un animal pr¨¢cticamente ausente en las representaciones del Paleol¨ªtico Superior. Adem¨¢s, el grabador tall¨® un ciervo mirando de frente y escondido entre la vegetaci¨®n, muy t¨ªpico de las fases finales del Magdaleniense, y dos astas del mismo animal. ¡°Aunque los temas representados en la varilla de Aizkoltxo aparecen en otras piezas de la misma cronolog¨ªa, este ejemplar es especial por la combinaci¨®n de temas. En el Cant¨¢brico son escasas las piezas en las que se han trazado combinaciones tema?ticas de dos o tres especies¡±.
En definitiva, dice el informe, ¡°el bast¨®n multiperforado de la cueva de Aizkoltxo es excepcional desde los puntos de vista del soporte, la decoraci¨®n y la informaci¨®n que aporta acerca de las sociedades cazadoras-recolectoras que los fabricaron¡± a ambos lados de los Pirineos. Ahora, para qu¨¦ serv¨ªan, sigue siendo un enigma.
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