Kazuo Ishiguro: ¡°La manipulaci¨®n gen¨¦tica puede traer una meritocracia salvaje¡±
El escritor japon¨¦s alerta sobre los peligros del an¨¢lisis de macrodatos y la mejora artificial de los humanos en ¡®Klara y el sol¡¯, su primera novela tras el Nobel
?No hay nada ¨²nico en el ser humano que no se pueda extraer, copiar o transferir? O sea, ?una m¨¢quina puede sustituirnos perfectamente? Kazuo Ishiguro (Nagasaki, Jap¨®n, 66 a?os) recibi¨® en 2017 el Nobel de Literatura por, seg¨²n la Academia Sueca, saber convertir las grandes preocupaciones de la humanidad en cuestiones tan esenciales como simples. La nueva muestra es Klara y el Sol (Anagrama), su octava novela, la primera tras el galard¨®n, donde esa lenta labor de disecci¨®n de la construcci¨®n de la identidad humana (que realiza siempre Ishiguro con precisi¨®n digna de Henry James) toma la forma de un robot, Klara, una amiga artificial especializada en el cuidado de ni?os, que desde que estaba en el escaparate de la tienda se aplica a entender y absorber los sentimientos y el comportamiento humanos.
El germen de la novela est¨¢ en una vieja narraci¨®n infantil destinada a su hija Naomi, escritora ella tambi¨¦n. ¡°Los libros infantiles ilustrados dan una visi¨®n amable del mundo, pero siempre hay en alguna parte del dibujo, en unos ojos o en un punto del bosque, pistas de oscuridad, de tristeza del mundo que en verdad espera a los ni?os¡±, comenta el escritor durante un encuentro virtual con periodistas desde su amplio estudio, cargado de sof¨¢s, libros, ced¨¦s y hasta un piano. ¡°Klara es un particular osito de peluche¡±, a?ade.
¡°El modelo de negocio de las grandes corporaciones no favorece el bienestar de los seres humanos¡±Kazuo Ishiguro
Y as¨ª es en la novela, donde hay escasas, pero inquietantes, pistas sobre una sociedad en la que asoman las modificaciones gen¨¦ticas, el cambio clim¨¢tico, una sociedad autoritaria¡ El control de esos aspectos preocupa a Ishiguro. ¡°Estamos en un momento en que los tel¨¦fonos m¨®viles saben m¨¢s de nosotros que quien duerme a nuestro lado; no s¨¦ si el an¨¢lisis de macrodatos puede tener un impacto hasta alcanzar el alma humana¡ Me pregunto qu¨¦ significa que un ser humano ame a otro y si eso nos permite ser irremplazables o no, si somos totalmente reemplazables. Aqu¨ª, miro a los seres humanos a partir de los ojos de una m¨¢quina¡±.
Entre las decenas de cuestiones que bajo descripciones dom¨¦sticas de la relaci¨®n de Klara con su due?a, Josie (siempre contadas con un estilo tan aparentemente plano como de alta carga emocional), se entrev¨¦ c¨®mo a mayor cognici¨®n y memoria, los amigos artificiales y hasta los seres humanos (que son mejorados gen¨¦ticamente) son menos emp¨¢ticos. ¡°No es inevitable que una sociedad tecnol¨®gicamente m¨¢s avanzada camine hacia ah¨ª; es una tendencia, porque el modelo de negocio de las grandes corporaciones no favorece el bienestar de los seres humanos, hay un desajuste entre sus intereses y los nuestros; debemos despertar como sociedad y organizarnos para evitar ese tipo de grandes objetivos¡±.
El cambio puede ser impactante, alerta Ishiguro, que admite que desde Nunca me abandones, escrita en 2005 y donde la r¨¦plica y el original tambi¨¦n aparec¨ªan bajo el argumento de tres clones adolescentes nacidos solo para que les fueran extra¨ªdos ¨®rganos, sus obras tienen ¡°un mundo dist¨®pico de fondo, pero en el primer plano hay optimismo¡±. A¨²n as¨ª, admite: ¡°Ante cuestiones como la manipulaci¨®n gen¨¦tica no hemos despertado todav¨ªa porque va todo muy r¨¢pido, no hemos reflexionado lo suficiente: ser¨¢ muy positivo para combatir el hambre o las enfermedades, pero si vamos a mejorar a los ni?os, por ejemplo, entraremos en un sistema de meritocracia salvaje; estamos en un umbral parecido al de la Revoluci¨®n Industrial, y habr¨ªa que evitar algunos errores tremebundos que se cometieron entonces¡±. Uno puede ser el del trabajo: ¡°La inteligencia artificial eliminar¨¢ much¨ªsimo empleo que hoy es tambi¨¦n de la ¨¦lite acad¨¦mica e intelectual; m¨¢s que desempleo puede haber postempleo y eso me parece m¨¢s urgente e inquietante que debatir si los robots se har¨¢n los amos del mundo¡±.
Cree el escritor que hay ¡°ideas cl¨¢sicas capitalistas que ya no funcionan¡±. Y ello tendr¨¢ di¨¢fanas consecuencias pol¨ªticas que empiezan a vislumbrarse. ¡°Tras la Guerra Fr¨ªa cre¨ªamos que el sistema liberal democr¨¢tico era el ¨²nico que quedaba ya en la partida, pero el an¨¢lisis de macrodatos y la inteligencia artificial est¨¢n dotando a sociedades autoritarias de peligrosas herramientas para competir con el sistema liberal, con controles muy efectivos de la sociedad, pero que permiten modelos de ¨¦xito, como vemos en Rusia o China; el viejo debate izquierda-derecha ya no funciona; se trata de que las nuevas ideas contengan humanidad y humanismo¡±.
Ese pensamiento lo representa en la novela a partir de Klara, una voz que recuerda a la del mayordomo Stevens en el libro Los restos del d¨ªa (1989); hasta sus funciones sociales pueden ser parejas: son una mirada social desde abajo. ¡°Creo que siempre he sido de izquierdas, he cre¨ªdo en cierta revoluci¨®n social, pero no pienso que mis libros aborden el punto de vista de las clases trabajadoras; ocurre que, en las relaciones con el poder, todos somos como sirvientes, las decisiones m¨¢s poderosas se toman siempre desde muy arriba¡±, piensa Ishiguro. Y remacha: ¡°Mis personajes son una met¨¢fora de nosotros mismos, son v¨ªctimas de un marco cruel, pero como lo somos nosotros¡±.
Tiene un punto angustiante para el lector de Klara y el Sol ver la inseguridad, la fragilidad emocional de los personajes, especialmente los j¨®venes, que no saben interrelacionarse; una falta de sociabilidad que refleja uno de los temas preferidos de la obra de Ishiguro: la soledad. ¡°S¨ª, me obsesiona y es un tema recurrente; Klara est¨¢ fabricada para luchar contra ella; creo que hay algo como especie que nos hace solitarios; por eso creo que hay algo de memorable en los seres humanos cuando expresamos protecci¨®n y cari?o a los dem¨¢s; en mis libros intento reflejar esa necesidad de buscar esperanza, un oasis donde intercambiar bondad y decencia¡±. Y junto a ello, la brevedad de una vida, como refleja quiz¨¢ que el libro est¨¦ dedicado a su madre, fallecida hace un par de a?os. ¡°Me impresiona eso de que una generaci¨®n ha de dejar paso a otra; la vida es corta: cometes un error grave y quiz¨¢s no tienes tiempo para rectificarlo. Quiz¨¢ por eso me gustan los w¨¦sterns crepusculares de John Ford, con personajes que fueron h¨¦roes, pero para los que ya no hay un lugar¡±.
En esa l¨ªnea, al escritor le inquieta de la actual pandemia por coronavirus ¡°el impacto emocional que dejar¨¢, c¨®mo aflorar¨¢n el estr¨¦s, la rabia, el dolor¡ Ante ello, el tema laboral me parece relativo¡±. No quiere ni puede ir m¨¢s all¨¢: ¡°Del futuro apenas veo entre neblinas; hago como Klara: intento ver luces entre los rayos de sol¡±.
El futuro de la literatura
Ishiguro admite que no escribe cada d¨ªa. ¡°En absoluto, dedico mucho tiempo a leer, pensar y dialogar, persiguiendo una idea antes de escribir; no quiero hacer un libro cualquiera; y hasta que no tengo la idea, no lo hago¡±. Luego, eso s¨ª, va r¨¢pido; tarda ¡°unos dos a?os¡± en terminar una novela, y prueba diversos puntos de vista narrativos. ¡°Hago un proceso de audici¨®n de personajes para escuchar una voz que me permite el que me d¨¦ mayor control sobre lo que quiero narrar¡±. Ese proceso de preparar mucho tiempo el tema y luego desenvainar r¨¢pido, que se traduce en total en unos cinco a?os, lo ha comparado alguna vez con la t¨¦cnica del duelo del samur¨¢i. En cualquier caso, le parece un momento interesante para la literatura: ¡°El estilo literario serio, can¨®nico, se tendr¨¢ que romper o fusionar, la literatura deber¨¢ mezclarse con el cine, el c¨®mic o lo audiovisual, son tiempos para una apertura total a otros formatos¡±.
Babelia
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