Estampa se atreve con la pandemia
Madrid recoge el testigo de Par¨ªs y alberga la segunda gran feria europea de arte contempor¨¢neo que se celebra de manera presencial desde el inicio de la crisis sanitaria
Juana de Aizpuru volv¨ªa a pasearse este jueves por los pabellones de Ifema. La reaparici¨®n de esta obstinada coleccionista, que fund¨® Arco y suma medio siglo al frente de la galer¨ªa a la que dio nombre, demuestra el retorno a la capital de las ferias de arte contempor¨¢neo, aplazadas a causa del coronavirus o confiadas en el mej...
Juana de Aizpuru volv¨ªa a pasearse este jueves por los pabellones de Ifema. La reaparici¨®n de esta obstinada coleccionista, que fund¨® Arco y suma medio siglo al frente de la galer¨ªa a la que dio nombre, demuestra el retorno a la capital de las ferias de arte contempor¨¢neo, aplazadas a causa del coronavirus o confiadas en el mejor de los casos a la suerte de internet. La 28? edici¨®n de Estampa abre sus puertas hasta el domingo, recogiendo el testigo de Art Paris ¡ªllevada a cabo a mediados de septiembre en el Palacio de los Campos El¨ªseos¡ª, lo que la convierte en la segunda gran cita presencial del mercado del arte europeo desde el inicio de la crisis sanitaria. La primera en Espa?a.
Ifema estrena una serie de medidas contra el virus ¡ªacceso digital, ventilaci¨®n continua y reducci¨®n del aforo a tres cuartos¡ª que bien podr¨ªan considerarse el ensayo de cara a Arco, la hermana mayor de Estampa con vocaci¨®n internacional, desplazada de febrero a julio y a¨²n pendiente de confirmaci¨®n. El ministro de Cultura, marchantes n¨®veles o habituales, periodistas, arist¨®cratas, pol¨ªticos y coleccionistas se arremolinaban a primera hora de esta jornada inaugural en los tornos de acceso al recinto. Los m¨¢s veteranos, tal vez anhelando el pase de papel, se peleaban con la pantalla de su tel¨¦fono m¨®vil. La feria cuenta con 80 expositores espa?oles y el trabajo de un millar de artistas jalonando el pabell¨®n 6. Jos¨¦ Mar¨ªa de Francisco, director de Estampa, conf¨ªa de pleno en ¡°el consumidor cultural, caracterizado por el respeto a las normas sanitarias¡±.
Tras escanear el c¨®digo de barras de la acreditaci¨®n y tomarse la temperatura en la mu?eca, el visitante debe someterse a una segunda medici¨®n, esta vez con un term¨®metro infrarrojo. Un hombre de mediana edad se revolvi¨®, protestando porque le apuntaran en la frente con semejante arma. ¡°Madre de Dios, nunca hab¨ªa pasado tantos controles para ver unos cuadros¡±, proclam¨® en un tono berlanguiano. Ya en el interior, los coleccionistas se paseaban por la nave con sus listas en la mano. Se dir¨ªa que ellos son el ¨²nico vestigio de aquella Estampa original que estuvo centrada en la obra gr¨¢fica de grandes creadores contempor¨¢neos, versi¨®n m¨¢s asequible de la producci¨®n art¨ªstica. Despu¨¦s se dio cabida a nuevos soportes: junto a los ejemplares seriales compitieron otros originales ¨²nicos, todo dirigido a lo que De Francisco denomina ¡°coleccionismo asequible¡±.
Los galeristas conocen bien las apetencias de ese p¨²blico, pues muchas veces frecuenta sus sedes en busca de asesor¨ªa. Incluso entablan amistad. Jos¨¦ de la Mano, uno de los expositores, sostiene que ¡°las ventas se presentan complicadas, pero crear proyectos ilusionantes parece m¨¢s importante que nunca¡±. Es bien cierto que durante la ma?ana los puntos rojos brillaban por su ausencia, pero eso puede indicar el alcance limitado de las compras por adelantado. El marchante describe que es tiempo de un cierto activismo por el arte, ¡°aunque los beneficios no sean inmediatos¡±. En su espacio se miran frente a frente dos trabajos tambi¨¦n comprometidos: las esculturas geom¨¦tricas y los lienzos abstractos de impronta industrial que imaginaron ?ngel Duarte y Agust¨ªn Ibarrola en los sesenta. Con ellas proclamaron el car¨¢cter pol¨ªtico de toda creaci¨®n, postura que los condujo al exilio y la c¨¢rcel.
Una gran alegor¨ªa de la sibila de Delfos preside el pabell¨®n, como si la profetisa pudiese repartir suerte a los presentes. La instalaci¨®n, de grandes dimensiones, es obra de la valenciana Victoria Civera, artista invitada en esta edici¨®n de Estampa. A los pies de la escultura principal serpentea un rastro de peque?as figuras que los m¨¢s desprevenidos pisaron varias veces durante la ma?ana. El galerista Mois¨¦s P¨¦rez de Alb¨¦niz, que representa a la autora homenajeada, ten¨ªa cara de recobrar la sensaci¨®n olvidada de las ferias presenciales. La ¨²ltima vez que acudi¨® a una fue en el mismo recinto, durante Arco 2020, que se celebr¨® a solo tres semanas de que se decretara el primer estado de alarma: ¡°Nos hemos pasado este a?o anulando eventos. Seguimos movi¨¦ndonos entre la precariedad del momento y el deseo de hacer cosas¡±.
Sobre fondo gris, el rosa palo de un pijuan parece calmar al lobo que casi medio siglo despu¨¦s pintara Philipp Fr?hlich, joven alem¨¢n. Las formas de inspiraci¨®n racionalista del artista visual Rogelio L¨®pez Cuenca contrastan con el desparrame de una escultura de tela roja y madera ¡ªproducida por el israel¨ª Georg Herold¡ª que la galer¨ªa Juana de Aizpuru vende a 120.000 euros. El espacio de esta marchante octogenaria, la ¨²nica que ha encontrado un hueco para los libros de arte, simboliza el poder del mercado espa?ol en tiempos de incertidumbre. ¡°Hemos tra¨ªdo lo mejor que ten¨ªamos, grandes nombres y distintas disciplinas: fotograf¨ªa, pintura y escultura. He montado este puesto con la misma ilusi¨®n que si estuviera en la feria de Basilea¡±, concedi¨® De Aizpuru, reci¨¦n vacunada de coronavirus.
Las leyendas del sector conviven en la feria con otras iniciativas m¨¢s recientes, como Fahrenheit, fundada poco antes de la pandemia por dos treinta?eras interesadas en la burbujeante escena neoyorquina. Seleccionan a artistas visibles al otro lado del charco, pero que a¨²n resultan asequibles aqu¨ª. ¡°Est¨¢n en lo que llamamos un momento dulce¡±, apuntaba Valeria Aresti, una de las propietarias. El color es el denominador com¨²n de este expositor, donde cuelgan las pinturas de otras dos mujeres tambi¨¦n j¨®venes: Sarah Thibault y Annabeth Marks. La primera plasma figuras femeninas durante sus tareas de aseo personal, en un ejercicio de metaarte cargado de melancol¨ªa. La segunda parte de la figuraci¨®n y la fragmenta por medio del collage. ?Se convertir¨¢ Estampa en la antesala de Arco? ¡°Todav¨ªa hay que esperar¡±, contestan en Fahrenheit.