Juana de Aizpuru: ¡°Mantengo el mismo entusiasmo que cuando abr¨ª en Sevilla en 1970¡±
La impulsora y creadora de Arco y de la Biacs cumple 50 a?os al frente de su galer¨ªa
Hace medio siglo que est¨¢ al frente de su galer¨ªa. La cre¨® en la Sevilla gris de 1970, desde donde le abri¨® la puerta al arte internacional; invent¨® la feria de Arco en Madrid y la dirigi¨® en sus primeras ediciones (1982-1986), fund¨® una segunda galer¨ªa en Madrid en 1983, puso en marcha la Biacs en Sevilla en 2003, participa en siete u ocho ferias internacionales cada a?o... tiene 87 a?os y cada d¨ªa llega a su despacho de la calle Barquillo y controla hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle del trabajo.
?Cu¨¢l es el motor que mueve a Juana de Aizpuru? ¡°La galer¨ªa es mi proyecto vital. Esto para m¨ª nunca ha sido un trabajo para ganarme la vida o enriquecerme. En cada paso que doy, en la programaci¨®n, la preparaci¨®n de las exposiciones, los planes para asistir a las ferias, el dise?o de los stands¡ me realizo y nunca se me acaba el entusiasmo. Soy una persona sana y fuerte, con los a?os tendr¨¦ menos fuerzas, pero mantengo el mismo entusiasmo que cuando abr¨ª la primera exposici¨®n el 20 de noviembre de 1970 en mi galer¨ªa de la calle Canalejas 10 de Sevilla¡±, aclara una infatigable Juana de Aizpuru.
La galerista y coleccionista, apenada porque no puede celebrar como le gustar¨ªa sus 50 a?os dedicados a promocionar el arte contempor¨¢neo por las restricciones impuestas para luchar contra el coronavirus, hace recuento en esta entrevista de su ajetreada vida y reflexiona sobre la situaci¨®n actual de los artistas en Espa?a. ¡°Ya hemos superado eso de diferenciar entre el arte espa?ol y el internacional. En Espa?a van saliendo j¨®venes que son internacionales desde sus comienzos. Tienen una buena preparaci¨®n, han estudiado fuera y son muy fruct¨ªferos. Pero aqu¨ª se les apoya poco, somos un pa¨ªs pobre y mal gestionado y los artistas necesitan un soporte econ¨®mico desde el principio¡±, asegura la galerista, quien en 1997 recibi¨® la Medalla de Oro al M¨¦rito en las Bellas Artes del Ministerio de Cultura y en 2007 fue nombrada Caballero de las Artes y las Letras por el Gobierno franc¨¦s.
Juana Dom¨ªnguez Manso lleg¨® a Sevilla en 1955, reci¨¦n casada con el ingeniero de montes Juan Aizpuru ten¨ªa 21 a?os y era una mujer comprometida, curiosa y ¡°pintarrajeada¡±. ¡°Sevilla entonces era una ciudad diferente, estaba muy atrasada. Un lugar por el que no hab¨ªan pasado ni la Ilustraci¨®n ni la Revoluci¨®n Industrial, que modernizaron otras ciudades espa?olas. No hab¨ªa burgues¨ªa, solo exist¨ªan la aristocracia y el pueblo. Nac¨ª en Valladolid, pero me considero madrile?a porque mi familia se traslad¨® a Madrid cuando yo ten¨ªa tres a?os, as¨ª que yo llegaba de un Madrid muy oficialista, pero donde las mujeres ten¨ªan un poco m¨¢s de libertad. Estaba estudiando Filosof¨ªa y Letras, pero lo dej¨¦ porque mi novio acab¨® la carrera y lo destinaron a Sevilla y, claro, para no separarnos despu¨¦s de seis a?os de noviazgo decidimos casarnos. Me cost¨® adaptarme, todo era tan distinto¡¡±, recuerda desde su galer¨ªa madrile?a en una larga conversaci¨®n telef¨®nica.
¡°Siempre he sido pelirroja, pero yo me lo pongo un poco m¨¢s rojo, y me arreglaba bien y la verdad es que en una ciudad en la que las ni?as no pod¨ªan ir a la Universidad ni trabajar, porque estaba mal visto, yo sorprend¨ª bastante. Como ven¨ªa de Madrid me pasaban mis excentricidades. Era una sociedad muy herm¨¦tica a la que yo no estaba acostumbrada, pero a finales de los sesenta tuve la suerte de conocer a un grupo de artistas que rompi¨® con todo el academicismo anterior. No hubo una evoluci¨®n, sino una completa ruptura¡±, cuenta Juana de Aizpuru, haciendo gala de una memoria prodigiosa.
Su primer contacto con el arte contempor¨¢neo fue a trav¨¦s de Francisco Molina en 1966. ¡°Era un joven pintor madrile?o ¨¢crata que no quiso hacer la mili y lo declararon pr¨®fugo. Paco Lira lo ten¨ªa escondido en su local del Cerro del ?guila, un sitio en el que se pod¨ªa respirar, y lo puso de camarero. A m¨ª me gust¨® mucho lo que hac¨ªa y nos hicimos muy amigos. Con nuestras relaciones conseguimos que pudiera hacer solo tres meses de mili, que los pas¨® retratando a los hijos del capit¨¢n, y luego lo licenciaron. A trav¨¦s de Paco Molina conoc¨ª a los artistas de la galer¨ªa La Pasarela, la ¨²nica que hab¨ªa en Sevilla, Quique Rold¨¢n la abri¨® en 1965 y dur¨® hasta 1970. Carmen Laff¨®n, Jos¨¦ Soto, Jos¨¦ Ram¨®n Sierra, Gerardo Delgado, Juan Su¨¢rez¡ fue un grupo de apoyo mutuo que cont¨® con la ayuda de la galerista madrile?a Juana Mord¨® y de Fernando Z¨®bel¡±.
Vitalista, emprendedora y con una determinaci¨®n f¨¦rrea que mantiene intacta, Juana de Aizpuru organizaba visitas de las esposas de los militares de la base americana de Mor¨®n de la Frontera y consegu¨ªa que le compraran obras a Paco Molina a Paco Cortijo. Los dos artistas con los que ella inici¨® su colecci¨®n -de la que el Museo Patio Herreriano de Valladolid mostr¨® un extracto en 2017- y que ha ido aumentando con las 537 exposiciones que ha realizado en las dos sedes de su galer¨ªa desde aquella Colectiva, con Z¨®bel, Saura, Gerardo Rueda, Julio L¨®pez, Equipo Cr¨®nica¡ todos artistas que trabajaban con Juana Mord¨®, que inaugur¨® el 20 de noviembre de 1970 en Sevilla.
¡°Fue Paco Molina quien un d¨ªa me dijo: ¡®por qu¨¦ no abres una galer¨ªa, ser¨ªa lo l¨®gico¡¯ e inmediatamente respond¨ª: ¡®pues claro, es lo m¨ªo¡¯. Busqu¨¦ un local, ped¨ª un pr¨¦stamo de 500.000 pesetas que me aval¨® mi padre y en tres meses abr¨ª. Fue todo rapid¨ªsimo¡±, rememora la galerista que mantuvo su espacio en Sevilla hasta 2006. ¡°Juana Mord¨® me ayud¨® much¨ªsimo, desde el principio crey¨® en m¨ª y le estoy muy agradecida. Nunca pens¨®: una se?ora bien que se aburre, supo que yo ser¨ªa una profesional¡±, recuerda De Aizpuru quien asegura que en los primeros a?os, durante la dictadura, nunca tuvo problemas con la censura. ¡°No pas¨® nada incluso cuando present¨¦ los fotomontajes del alem¨¢n John Heartfield, que eran una cr¨ªtica sat¨ªrica al nazismo y todo el mundo me dec¨ªa ¡®te van a cerrar y te llevar¨¢n a la c¨¢rcel¡¯. Yo no me meto en pol¨ªtica y nunca he sido transgresora, m¨¢s que aquella vez¡±.
¡°He organizado muchas exposiciones a sabiendas de que no iba a vender nada, en cuyo caso yo me quedaba con dos o tres obras por eso hay artistas que no he podido mostrar. Me hubiera encantado exponer a Bruce Nauman, pero era muy dif¨ªcil conseguir su exposici¨®n y ten¨ªa precios muy elevados para el mercado espa?ol, y a Doris Salcedo, que no consegu¨ª porque produce poqu¨ªsimas obras, lo justo para sus exposiciones en museos. Ahora tambi¨¦n me interesan Marlene Dumas, con precios fuera del alcance del mercado espa?ol, o Dan Graham¡±.
Con la llegada de la democracia, Juana de Aizpuru comienza a viajar a las ferias internacionales de arte y se queda prendada de Art Basel, un modelo que se propone repetir en Espa?a. ¡°Primero pens¨¦ en Sevilla y se lo plante¨¦ a la Junta de Andaluc¨ªa, pero a finales de los setenta la ciudad no ten¨ªa infraestructura y la idea no cuaj¨®. Tambi¨¦n lo intent¨¦ en Barcelona, una ciudad maravillosa mientras estaba contra Franco a la que daba gloria ir, ten¨ªa un ambientazo, pero que con la autonom¨ªa empez¨® a mirarse el ombligo y a apoyar solo lo catal¨¢n. Se acatetaron¡±, relata. ¡°Entonces le¨ª en la prensa que estaban construyendo Ifema en Madrid y como yo conoc¨ªa a su presidente, Adri¨¢n Piera, consegu¨ª que viniera a mi galer¨ªa a Sevilla y transmitirle mi entusiasmo por el proyecto. Ese mismo d¨ªa, en una comida en el restaurante El Burladero, me dijo que s¨ª y pensamos el nombre: Arco¡±, dice la coleccionista a quien muchos llaman Juana de Arco.
¡°Conseguimos hacer una gran feria, conseguimos que se suprimiera el impuesto suntuario a las obras de arte y que vinieran a Espa?a grandes comisarios¡ aunque mi salida como directora fue un poco precipitada porque surgieron las envidias y empezaron a decir que una galerista no pod¨ªa ser la directora de Arco. Pero yo a los proyectos voy a dar, no a chupar del bote. Al contrario, en 1983 hab¨ªa abierto tambi¨¦n en Madrid y ten¨ªa mi galer¨ªa muy abandonada; as¨ª que me fui aunque segu¨ªa teniendo muchos apoyos en la feria¡±, asegura.
Pero su salida de la direcci¨®n de Arco no merm¨® su capacidad de entusiasmo, ya que con el cambio de milenio se embarc¨® en otro gran proyecto: la Bienal Internacional de Arte Contempor¨¢neo de Sevilla (Biacs) de la que se celebraron tres ediciones y que la galerista abandon¨® a medio camino por desavenencias con la junta directiva. ¡°Me salen envidiosos por doquier. Soy muy medi¨¢tica, lo reconozco, y eso de que estuviera todos los d¨ªas en la prensa no le gustaba a algunos¡±, sentencia. ¡°Fue una oportunidad perdida para Sevilla, un proyecto que hubiera colocado a la ciudad a un nivel internacional y podr¨ªa haber competido con la Bienal de Venecia¡±, reflexiona Juana de Aizpuru y, sin tomarse un respiro, vuelve al trabajo despu¨¦s de dos horas de entrevista. Lo hace con la misma vitalidad que muestra en la instant¨¢nea con un pa?uelo que alguien le tom¨® en noviembre de 1970 y acompa?a este texto.
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