¡°Yo vend¨ª en Par¨ªs el ejemplar de Galileo que busca la Biblioteca Nacional¡±
Marino Massimo de Caro, el sospechoso de haber hecho la falsificaci¨®n del ¡®Sidereus Nuncius¡¯ que sirvi¨® para cambiarlo por el aut¨¦ntico, dice que se la compr¨® a una familia argentina cuya identidad desconoce
Marino Massimo de Caro, 49 a?os, acude a la cita con una bolsa llena de libros entre los que se encuentra un facs¨ªmil del Sidereus Nuncius, el tratado de astronom¨ªa de Galileo Galilei impreso en Venecia en 1610: la obra que fue robada en la Biblioteca Nacional de Espa?a y cuyo original confiesa haber vendido por 500.000 euros en la librer¨ªa de Par¨ªs donde se cree que acab¨® el ejemplar desaparecido, seg¨²n declara en una entrevista con EL PA?S. Viste cazadora azul marino, camisa clara, pantalones negros y zapatillas deportivas. La mascarilla oculta su rostro, y sus ojos azules transmiten la imagen de un hombre cautivador que parece no haber roto un plato. Un espejismo. En 2012 fue detenido por saquear centenares de libros antiguos de la biblioteca Girolamini de N¨¢poles, de la que era director, y por vender falsificaciones de obras de Dante y Galileo que presentaba como aut¨¦nticas. Le condenaron a ocho a?os de prisi¨®n y embargaron todos sus bienes, entre ellos una villa de un mill¨®n de euros y su colecci¨®n de libros. Un a?o antes le hab¨ªan nombrado asesor del Ministerio de Cultura italiano.
En Verona, la ciudad italiana donde vive este antiguo falsificador, esta tarde llueve sin cesar y el ruido del agua en los desag¨¹es acompa?a toda la conversaci¨®n. De Caro no oculta su satisfacci¨®n cuando resume su pasado. Hijo de dos profesores de Historia y Filosof¨ªa, con 21 a?os comenz¨® a trabajar en Roma de asesor de un senador italiano. Funcionario por oposici¨®n, librero y viajante por Am¨¦rica en busca de obras antiguas que vend¨ªa en Londres y Nueva York, a los 30 se gan¨® la amistad del cardenal argentino Jorge Mej¨ªa, director de la Biblioteca Apost¨®lica Vaticana, y de ah¨ª salt¨® al Ministerio de Bienes Culturales de Italia, donde dio el gran golpe que lo condujo a la c¨¢rcel.
Acaba de cumplir su pena, pero el apellido De Caro vuelve a estar en el ojo del hurac¨¢n. Un informe de la Biblioteca Nacional de Espa?a (BNE), fechado en 2018 y revelado hace un mes por este diario, le se?ala como presunto autor del ejemplar falsificado del Sidereus Nuncius que se cambi¨® por el original robado en esta biblioteca, posiblemente en 2004, para ocultar la sustracci¨®n. Una obra que sigue sin localizarse y cuya desaparici¨®n fue denunciada a la polic¨ªa por la direcci¨®n de la instituci¨®n m¨¢s de cuatro a?os despu¨¦s del descubrimiento del robo. Las conclusiones de este informe, firmado por Javier Docampo, un funcionario ya fallecido, apuntan hacia este exfalsificador que ahora trabaja en una f¨¢brica de mascarillas y gana 1.500 euros mensuales. El sospechoso del robo es el uruguayo C¨¦sar Ovilio G¨®mez, una de sus antiguas amistades.
Pregunta. El profesor brit¨¢nico Nick Wilding inform¨® a la BNE de que el Sidereus Nuncius de esa instituci¨®n era una falsificaci¨®n similar a las copias hechas por usted. Le acusa directamente, y su tesis se recoge en el informe oficial de la biblioteca.
Respuesta. Es una falsedad. El genio Wilding dice que es igual que mis copias, pero para hacer este facs¨ªmil usaron la versi¨®n que est¨¢ en la biblioteca universitaria de Roma, impresa cuando yo ya estaba en la c¨¢rcel.
P. Sin embargo, cuando usted fue detenido confes¨® haber hecho cinco copias del tratado de astronom¨ªa de Galileo. ?La que ha aparecido en la BNE es suya o no?
R. Necesitar¨ªa tenerla en mis manos. Si es mi ejemplar, necesito mirarlo. No s¨¦ como lleg¨® hasta all¨ª.
P. Perm¨ªtame que le muestre fotograf¨ªas del ejemplar falsificado que aparece en el cat¨¢logo de la BNE.
R. Una falsificaci¨®n tan mal hecha no puede ser m¨ªa. Mi libro es casi perfecto. Esto es casi infantil. No entiendo c¨®mo no se dieron cuenta antes.
P. ?Conoce a C¨¦sar Ovilio G¨®mez? Es la persona de nacionalidad uruguaya que hab¨ªa consultado en 2004 el libro desaparecido en la BNE y que tres a?os despu¨¦s rob¨® los mapas de Ptolomeo en la misma biblioteca.
R. Conoc¨ª a C¨¦sar hacia 2003 en la biblioteca del Vaticano, estaba con el cardenal Mej¨ªa. Me dijo que conoc¨ªa a mi amigo Daniel Pastore, due?o de una librer¨ªa en Argentina. Se present¨® como historiador, pero no sab¨ªa casi nada. Recuerdo que estaba consultando las cartas de Col¨®n. Luego nos vimos en Argentina varias veces.
P. En la librer¨ªa de su amigo Pastore, Imago Mundi, se vendieron precisamente los mapas robados por G¨®mez. Comprender¨¢ que tantas casualidades son dif¨ªciles de explicar. Su versi¨®n es dif¨ªcil de creer, casi todo confluye en usted.
R. S¨ª, claro¡
P. Usted ha confesado que cont¨® con la ayuda del librero Pastore para falsificar el ejemplar que vendi¨® a la librer¨ªa Martayan Lan, en Nueva York, cuya autenticidad gener¨® un ardoroso debate entre los especialistas de Galileo. Y fue precisamente el profesor Wilding, que ahora le se?ala, quien demostr¨® que aquel singular ejemplar coloreado del Sidereus Nuncius era falso. Una obra que se lleg¨® a valorar en 10 millones.
R. Pastore sab¨ªa que yo estaba haciendo el Sidereus Nuncius, pero no quiso saber nada. Lo hice para demostrar a todos los especialistas que yo era mejor que ellos. A Richard Lan le dije que era una reproducci¨®n y me pag¨® 150.000 d¨®lares (125.000 euros). [El librero siempre asegur¨® que De Caro se lo vendi¨® como aut¨¦ntico y que fue enga?ado].
Alguien de dentro de la biblioteca ayud¨® a robar el Galileo y gan¨® plata
P. ?Qu¨¦ participaci¨®n tuvo C¨¦sar Ovilio G¨®mez en la falsificaci¨®n de este ejemplar?
R. C¨¦sar sab¨ªa qui¨¦n era mi impresor. ?l fue quien me facilit¨® a ese impresor argentino. Se hicieron muchas pruebas hasta que el resultado final fue perfecto. El papel y la impresi¨®n se hicieron all¨ª, en Argentina. Podr¨ªa ser una de esas copias la que est¨¢ en la BNE, pero tendr¨ªa que verla bien.
P. El informe de la BNE concluye la siguiente secuencia: se hace una falsificaci¨®n a partir de un facs¨ªmil editado en Pisa en 1964; G¨®mez lo cambia por el original de la BNE en 2004; con el original se hace otra falsificaci¨®n m¨¢s perfecta de la que sale el cuerpo del libro, no la portada, de los dos ejemplares vendidos en la librer¨ªa Martayan-Lan y en Sotheby¡¯s en 2005; el original de la BNE se vende en la librer¨ªa Sourget de Par¨ªs ese mismo a?o. ?Qu¨¦ le parece?
R. Yo vend¨ª ese ejemplar a Sourget. Ten¨ªa en la portada un sello restaurado. Lo vend¨ª por unos 500.000 euros y hab¨ªa pagado por ¨¦l 350.000.
P. ?Reconoce haberlo vendido usted? Ese ejemplar es precisamente el que se cree que fue robado en la BNE. ?D¨®nde lo obtuvo?
R. Me lo vendi¨® una importante familia argentina, a trav¨¦s del librero Pastore. Fue el ejemplar que us¨¦ para hacer mis copias.
P. Sabr¨¢ usted c¨®mo se llamaba esa familia. ?Puede demostrar su origen?
Pastore sab¨ªa que yo estaba haciendo el ¡®Sidereus Nuncius¡¯, pero no quiso saber nada. Lo hice para demostrar a todos los especialistas que yo era mejor que ellos
R. No, no s¨¦ c¨®mo se llaman. Tampoco s¨¦ d¨®nde est¨¢ el libro ahora.
P. Insiste en no tener nada que ver con la falsificaci¨®n.
R. Mire, la Biblioteca Nacional tendr¨ªa que responder tambi¨¦n a muchas preguntas. Si fue G¨®mez quien lo rob¨®, tuvo que contar con la ayuda de alguien de dentro de la biblioteca. Si lo consult¨® una sola vez, ?c¨®mo sab¨ªa el tama?o exacto del cuerpo que ten¨ªa que cambiar? Para cortarlo, coserlo y pegarlo con cola se necesitan entre 30 y 45 minutos. [De Caro hace una demostraci¨®n con un libro antiguo]. Adem¨¢s, que nadie se d¨¦ cuenta y que al devolverlo tampoco se note es muy raro. Alguien de dentro gan¨® plata, seguro. ?Cu¨¢nto gana un empleado de la Biblioteca?
P. Si, pero ahora hablamos de la falsificaci¨®n.
R. En Italia la falta de control tiene una responsabilidad y el Estado puede reclamar da?os.
P. La polic¨ªa investiga este caso. ?Le preocupa que todas las miradas se dirijan a usted?
R. Usted me ha localizado, ?no? La polic¨ªa puede venir cuando quiera. Estoy dispuesto a colaborar.
P. ?Ha vuelto a visitar una biblioteca p¨²blica?
R. En el ¨¢mbito cultural me toman por un monstruo. Solo he pisado alguna privada de amigos.
[ACLARACI?N: Tras la publicaci¨®n de la entrevista, Marino Massimo De Caro manifest¨® que ¨¦l cree que el ejemplar que vendi¨® en la librer¨ªa Sourget en Francia no es el robado en la Biblioteca Nacional. Por el contrario, un informe de la instituci¨®n sostiene que el galileo que se vendi¨® en esa librer¨ªa francesa es el mismo que se rob¨® en la biblioteca espa?ola].
Erratas: "Pepiodis" en vez de "Periodis"
La copia del 'Sidereus Nuncius' con la que se sustituy¨® el ejemplar original de la BNE guarda similitudes con el facs¨ªmil que se edit¨® en Pisa en 1964, seg¨²n se?ala el informe elaborado en 2018 por la Biblioteca Nacional. La principal es la peque?a raya que atraviesa la letra P de ¡°P¨²blico¡± en la novena l¨ªnea de la portada. En cambio, al menos en la portada, no es la misma que se hizo para el ejemplar vendido por Marino Massimo De Caro a la librer¨ªa Martayan Lan de Nueva York y que se replic¨® en otro ejemplar subastado en la galer¨ªa Sotheby's en 2005. En estos dos ejemplares aparece una errata en la l¨ªnea 15 de la portada. La palabra ¡°periodis¡± aparece como ¡°pepiodis¡±, algo que no sucede en el libro con el que se sustituy¨® el original robado, posiblemente en 2004.
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