¡®Capone¡¯, la fallida caricatura de un monstruo

Capone es un biopic confuso y pretencioso que discurre entre los fantasmas del pasado y las tediosas rutinas del presente de un hombre enfermo, recluido a los 48 a?os en una lujosa finca de Florida como consecuencia de los devastadores efectos de una demencia severa provocada por la s¨ªfilis. Centrada en el ocaso de la vida del c¨¦lebre g¨¢nster de la Ley Seca, concretamente en su ¨²ltimo a?o de vida, la pel¨ªcula pretende introducir al espectador en la mente hecha a?icos de un monstruo interpretado por un histri¨®nico y casi irreconocible Tom Hardy. La esposa que da vida Linda Cardellini, el m¨¦dico en la piel de Kyle MacLachlan o el amigo muerto que evoca Matt Dillon acompa?an sin m¨¢s al personaje principal en esta panor¨¢mica por las pesadillas de su pat¨¦tico final.

Megal¨®mano y poderoso, al jefe del hampa de Chicago el destino le reserva una agon¨ªa en pa?ales, con una zanahoria en lugar de su inseparable puro, los mocos colgando y los gru?idos de un orangut¨¢n herido. Adem¨¢s del patetismo de esta caricatura, Capone no aporta mucho a un personaje cuya sanguinaria y famosa vida ha inspirado infinidad de pel¨ªculas, alguna comedia incluida, y sobre todo cl¨¢sicos del cine negro como el m¨ªtico Scarface, el terror del hampa (1932) de Howard Hawks, con Paul Muni en la piel del asesino. Tambi¨¦n, en los a?os sesenta, La matanza del d¨ªa de San Valent¨ªn de Roger Corman o, ya en los ochenta, Los intocables de Eliot Ness, de Brian de Palma, donde Robert De Niro aport¨® el ¨²ltimo grito a la memoria popular del sanguinario mito: un bate de b¨¦isbol. Ahora, Capone parece querer a?adir cierta visi¨®n sobre los lazos familiares de un criminal tan hist¨®rico como trillado y que a estas alturas necesita un acercamiento m¨¢s agudo que el que ofrece Josh Trank (Chronicle, Los 4 Fant¨¢sticos) en esta fallida pel¨ªcula.