La letra ¡®?¡¯, la identidad del espa?ol en el mundo
Su origen se remonta a la Edad Media, es la ¨²nica letra del alfabeto espa?ol originada en Espa?a y no form¨® parte del diccionario de la Real Academia Espa?ola hasta 1803
Gracias a letra ? podemos so?ar, pesta?ear, a?adir, ense?ar y muchas cosas m¨¢s. De peque?os aprendimos la onomatopeya ?am, ?am y tambi¨¦n a ponerle la virgulilla que, a modo de sombrero o ceja sobre la letra n, formaba la ?. Sin ella no habr¨ªa ma?ana ni a?o ni u?as ni oto?o ni pi?atas. Ni se podr¨ªa decir espa?ol, claro, ni tampoco podr¨ªamos tomarnos una ca?a, ni existir¨ªa la misma construcci¨®n, pero con dos oes: esa interjecci¨®n vulgar para mostrar enfado o mal humor tambi¨¦n tan espa?ola¡ Y es que la letra ? es una se?a de identidad que no siempre estuv...
Gracias a letra ? podemos so?ar, pesta?ear, a?adir, ense?ar y muchas cosas m¨¢s. De peque?os aprendimos la onomatopeya ?am, ?am y tambi¨¦n a ponerle la virgulilla que, a modo de sombrero o ceja sobre la letra n, formaba la ?. Sin ella no habr¨ªa ma?ana ni a?o ni u?as ni oto?o ni pi?atas. Ni se podr¨ªa decir espa?ol, claro, ni tampoco podr¨ªamos tomarnos una ca?a, ni existir¨ªa la misma construcci¨®n, pero con dos oes: esa interjecci¨®n vulgar para mostrar enfado o mal humor tambi¨¦n tan espa?ola¡ Y es que la letra ? es una se?a de identidad que no siempre estuvo ah¨ª y que no solo existe en el idioma castellano, pero que se reivindica en ¨¦l constantemente.
La ? es la decimoquinta letra del alfabeto espa?ol y la duod¨¦cima consonante. M¨¢s de 15.700 palabras en castellano la contienen y m¨¢s de 350 comienzan por esa consonante con sonido nasal palatal. El 23 de abril, en el que celebramos el D¨ªa del Libro, pero tambi¨¦n desde 2010 el D¨ªa de la Lengua Espa?ola por una declaraci¨®n de Naciones Unidas, la letra ? participa de este homenaje por su singularidad respecto al resto de lenguas en el mundo y por ser un icono gr¨¢fico de la lengua castellana.
Hay que remontarse 200 a?os, hasta principios del siglo XIX, para ver el primer reconocimiento oficial de la Real Academia Espa?ola (RAE) a la letra ? al incluirla en el diccionario en 1803. Sin embargo, su origen es mucho m¨¢s antiguo y tambi¨¦n m¨¢s casual, teni¨¦ndonos que remontar hasta la Edad Media.
Ni la letra ni el sonido e?e exist¨ªan en lat¨ªn, pero a medida que este evolucion¨® y empezaron a surgir las lenguas rom¨¢nicas como el castellano, el franc¨¦s o el italiano, apareci¨® este sonido nasal palatal, que significa que el aire sale por nariz al pronunciarla y el dorso de la lengua se apoya contra el paladar, y que identificamos como e?e.
En la Edad Media, los monjes eran los eruditos de la sociedad. Los monasterios eran los grandes centros de la sabidur¨ªa, donde ejerc¨ªan de copistas y escribanos y ten¨ªan grandes bibliotecas. La teor¨ªa del origen de la letra ? la sit¨²a la tradici¨®n en este momento hist¨®rico por la falta de pergaminos por su elevado coste y para ahorrar tiempo. Al parecer los monjes se vieron obligados a abreviar algunas letras duplicadas para encajar el mayor n¨²mero de palabras en cada l¨ªnea. De hecho, una de las primeras letras ? de la historia la encontramos en un texto fechado en 1176.
La explicaci¨®n de esta teor¨ªa es que sobre la letra duplicada que no se suprim¨ªa se escrib¨ªa un trazo horizontal, conocido en la actualidad como virgulilla (~) porque parec¨ªa una serpiente. Es decir, que lo que conocemos como la letra ? es en realidad el resultado de la abreviatura de dos enes consecutivas: as¨ª, por ejemplo, de donna surgi¨® do?a.
El sonido de la nueva letra tambi¨¦n tiene su propia teor¨ªa. Seg¨²n esta, la e?e surgi¨® para dar voz a algunos fonemas heredados del lat¨ªn que aparecieron en el siglo IX como formas distintas de transcribir el sonido. Entre estas combinaciones se encontraban la doble n en palabras como annus (a?o), mn en palabras como damnu (da?o), gn en palabras como pugnus (pu?o), ng en palabras como ringere (re?ir) y la s¨ªlaba ni m¨¢s una vocal en palabras como senior (se?or).
Estas composiciones de letras supon¨ªan para los monjes una inversi¨®n de tiempo, as¨ª que en su af¨¢n de economizar surgieron distintas adaptaciones seg¨²n las lenguas. El castellano y el gallego optaron por esta f¨®rmula de la ? escrita y pronunciada, mientras que el portugu¨¦s cre¨® la combinaci¨®n nh (Espanha), el franc¨¦s y el italiano optaron por la combinaci¨®n gn (Espagna) y el catal¨¢n introdujo la f¨®rmula ny (Espanya).
La combinaci¨®n de los fonemas anteriores se continu¨® utilizando de manera indistinta hasta el siglo XIII, cuando el rey Alfonso X, El Sabio realiz¨® la reforma ortogr¨¢fica siguiendo su pol¨ªtica de unificaci¨®n ling¨¹¨ªstica. El monarca, fiel a su apodo, era un gran lector, escritor e intelectual de la ¨¦poca, e introdujo la e?e como la opci¨®n preferente para reproducir las combinaciones fon¨¦ticas anteriores y fijar as¨ª las primeras normas del castellano. Cuando su uso estaba extendido por la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, Antonio de Nebrija incluy¨® la ? en la primera gram¨¢tica espa?ola de 1492.
Pero las conquistas y los cambios de la letra ? a lo largo de m¨¢s de mil a?os de historia tambi¨¦n tuvieron un sobresalto reciente, y es que incluso estuvo a punto de desaparecer, al menos en la escritura¡
La pesadilla se remonta a los a?os 90 del siglo pasado, cuando por exigencia de la entonces Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE) se plante¨® eliminar la ? para favorecer la uniformidad de los teclados de escritura de los aparatos tecnol¨®gicos. Se pretend¨ªa de esta manera primar el libre mercado y condenar una medida calificada de proteccionista con Espa?a y su letra ?. De hecho, internet marginaba esta letra (junto a tildes y di¨¦resis), que no pudo aparecer en las direcciones de correo electr¨®nico ni de dominios web en Espa?a hasta el 2 de octubre de 2007.
Al espa?ol, segunda lengua m¨¢s hablada del mundo con casi 600 millones de personas en la actualidad, y concretamente a la ?, le salieron defensores desde dentro y desde fuera de Espa?a. Hasta el premio Nobel Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez clam¨® contra la injusticia y el atropello con vehemencia: ¡°Es escandaloso que la Comunidad Europea se haya atrevido a proponer a Espa?a la eliminaci¨®n de la ? solo por razones de comodidad comercial. Los autores de semejante abuso y de tama?a arrogancia deber¨ªan saber que la ? no es una antigualla arqueol¨®gica, sino todo lo contrario: un salto cultural de una lengua romance que dejo atr¨¢s a las otras al expresar con una sola letra un sonido que en otras lenguas sigue expres¨¢ndose con dos¡±.
La pol¨¦mica se acab¨® cuando el Gobierno espa?ol, para consolidar la protecci¨®n de la letra ?, aprob¨® un Real Decreto el 23 de abril de 1993 que manten¨ªa la obligaci¨®n de la ? en los teclados, acogi¨¦ndose al Tratado de Maastricht, que admit¨ªa excepciones de car¨¢cter cultural que ya existieran antes de la creaci¨®n de la UE.
En el siglo XXI la letra ? se ha convertido en un s¨ªmbolo muy utilizado para representar la identidad del idioma castellano. Por ejemplo, el editor Bill Teck, autor del Diccionario oficial de Spanglish, denomin¨® la cultura hispana y su influencia en Estados Unidos como la generaci¨®n ? y public¨® una revista con ese nombre. La e?e tambi¨¦n ha sido el reclamo de selecciones deportivas y de organizaciones como el Instituto Cervantes y la Asociaci¨®n Nacional de Periodistas Hispanos, que han adoptado la letra como su marca.
Poco a poco, la e?e va normaliz¨¢ndose tambi¨¦n en la lengua inglesa. Aparece en ingl¨¦s en algunos t¨¦rminos de origen espa?ol, como jalape?o, pi?a colada y El Ni?o, aunque en otras palabras, como la espa?ola ca?¨®n, se adaptaron como ny, por lo que el Gran Ca?¨®n del Colorado se escribe Grand Canyon. Hasta mediados del siglo XX la adaptaci¨®n de la ? como nn era lo m¨¢s com¨²n en ingl¨¦s, como en la frase battle of Corunna, pero en la actualidad casi siempre se respeta la graf¨ªa espa?ola, y hasta existe una asociaci¨®n llamada Society for the Advancement of Spanish Letters in the Anglo Americas (SASLAA), que se encarga de promover la adopci¨®n permanente de la ? en la lengua inglesa.
Sin embargo, ni la letra ni el fonema son exclusivos del castellano. En la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, tanto el gallego como el asturiano y el euskera, aunque de forma muy reducida, la utilizan. En Hispanoam¨¦rica hay muchas lenguas ind¨ªgenas como el mixteco, el zapoteco, el otom¨ª, el quechua, el aymara, el mapuche y el guaran¨ª que tambi¨¦n cuentan con la ? en sus alfabetos. Otras culturas que tambi¨¦n tuvieron contacto con el castellano cuentan con la ?, como el papamiento de Curazao, el tagalo y el chabacano de Filipinas, el bubi de Guinea Ecuatorial o el chamorro de Guam.
Tambi¨¦n el t¨¢rtaro de Crimea, el malayo y el nauruano la utilizan, y en el caso de muchos idiomas de Senegal; por ejemplo en el idioma w¨®lof, la ? se usa como en espa?ol para el sonido nasal palatal. Senegal es ¨²nico de los pa¨ªses de ?frica Occidental que utiliza esta letra. Asimismo, en el idioma tetun de Timor Oriental tambi¨¦n se adopt¨® la ? para representar el mismo sonido en pr¨¦stamos portugueses representados por nh.
Larga vida, por tanto a la letra ? en el D¨ªa de la Lengua Espa?ola. Es la ¨²nica letra que se origin¨® en Espa?a y que a pesar de su excepcionalidad, ya que es muy poco frecuente y suele aparece apenas 0,3 veces de cada 100 palabras, encierra con personalidad, tanto en su grafismo como en su pronunciaci¨®n, una parte importante de la identidad cultural hispana en el mundo.