La Academia de San Fernando entreg¨® a P¨¦rez de Castro el ¡®caravaggio¡¯ porque desconoc¨ªa su origen
Las 36 p¨¢ginas del documento de permuta de 1823 detallan que el eccehomo pas¨® a manos del pol¨ªtico, en vez de otras obras, para evitar futuras reclamaciones de propiedad. Las pruebas en los archivos y el juicio de los especialistas se contradicen sobre la posible pertenencia del cuadro a la colecci¨®n de Godoy
El documento de permuta de 1823 por el que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando entrega un cuadro de Caravaggio al pol¨ªtico liberal Evaristo P¨¦rez de Castro consta de 36 p¨¢ginas, que permiten rastrear la evoluci¨®n del proceso y que proporcionan algunas sorpresas. EL PA?S ha tenido acceso a este completo expediente, que se conserva en el archivo de la academia y que demuestra que no era la obra favorita de P¨¦rez de Castro para permutar con su alonso cano. Y, lo m¨¢s importante, acredita que la academia escogi¨® el caravaggio ¨Dcitado en cuarto lugar de preferencias por el pol¨ªtico¨D porque ignoraba cu¨¢l era su procedencia y, por tanto, les evitar¨ªa reclamaciones en el futuro de los anteriores propietarios. Las investigaciones de las ¨²ltimas semanas han permitido concluir que este eccehomo era casi con total seguridad el que iba a subastarse mal atribuido en Ansorena en abril en Madrid, por un precio de salida rid¨ªculo (1.500 euros) comparado con su valor de mercado, que puede oscilar entre los 20 millones en el ¨¢mbito espa?ol hasta los 130 en el internacional. Esta obra permanece en la familia P¨¦rez de Castro desde 1823.
Cuando el pol¨ªtico, acad¨¦mico desde 1800 y una persona influyente en aquellos momentos, solicita el intercambio, la academia encarga una investigaci¨®n sobre los cuatro cuadros por los que se ha interesado y que pretende permutar por un san Juan Bautista de Alonso Cano. El eccehomo del maestro italiano ocupa el cuarto lugar. ¡°O por un Cristo que recoge sus vestiduras del mismo Alonso Cano¡±, reza el documento. ¡°O por la Magdalena penitente de Murillo o por el cuadro que representa a Lot con sus hijas, de Benvenuto Lusi, que no se halla en el cat¨¢logo y est¨¢ en la sala de cuadros reservados o por el Ecce-Home con dos saiones de Carabaggio [as¨ª en el original]¡±. El Lot y sus hijas, que en realidad es de Francesco Furini, se puede ver en el Prado, mientras que las otras dos obras permanecen en la Academia de San Fernando.
?Por qu¨¦ le entregan entonces el caravaggio, siendo el ¨²ltimo en sus preferencias? Porque, despu¨¦s de la investigaci¨®n interna, creen que nadie puede reclamarlo. ¡°El Ecce-Homo no s¨¦ de d¨®nde vino¡±, puede leerse en el informe, ¡°pues en el inventario de pinturas recogidas en casa de don Manuel Godoy no consta un cuadro del tama?o como el que tiene el caravaggio, por lo que me parece que se le podr¨ªa cambiar¡±. ¡°Nos ha parecido que el ¨²nico que puede cederle la academia por esta permuta es un Ecce Homo que se cree ser del Carabaggio¡±, se?ala el documento en otro folio. ¡°Por los documentos del archivo resulta ser propiedad de la academia y no est¨¢ en ella como repositorio ya pertenezca a la Casa Real, ya a alguna corporaci¨®n o particular como fuese con las pinturas que vinieron de Francia, de cuyo modo nos parece que queda bien indemnizada la academia¡±.
Una de las muchas paradojas de esta historia es que, pese a esta declaraci¨®n del documento de permuta, los investigadores de la Real Academia de San Fernando creen que es muy posible que s¨ª viniese de la colecci¨®n de Godoy, aunque todav¨ªa no pueden demostrarlo documentalmente. La familia P¨¦rez de Castro, por su parte, asegur¨® a trav¨¦s de un portavoz desconocer todos estos documentos e inventarios y sostiene que no conoc¨ªa el origen ni la autor¨ªa del cuadro cuando decidi¨® sacarlo a subasta. Evaristo P¨¦rez de Castro fue un coleccionista importante en su ¨¦poca, como prueba el inventario de la colecci¨®n que dej¨® a sus herederos y recogido en el Archivo de Protocolos de Madrid. Ten¨ªa 89 pinturas valoradas en 204.960 reales de la ¨¦poca. El caravaggio estaba valorado en 16.000 reales.
Itziar Arana, coordinadora del Centro de Estudios I+D+I de la Academia de San Fernando, explica que ¡°la academia funcionaba como instituci¨®n depositaria de un patrimonio enorme que hab¨ªa salido de sus sedes de origen por diversas circunstancias o que ven¨ªa de conflictos¡±. La investigadora hab¨ªa publicado este documento en un art¨ªculo en 2013 y gracias a este trabajo la instituci¨®n supo, cuando sali¨® el nombre de los P¨¦rez de Castro como posibles propietarios del caravaggio, que era la obra que se hab¨ªa expuesto en sus salas por lo menos entre 1817 y 1823. ¡°Se depositan en la academia cuadros de muchos or¨ªgenes, entre ellos los que han sido seleccionados por las tropas francesas para crear un museo y hay muchas reclamaciones, por ejemplo, de conventos de Madrid. De hecho, se devuelven muchos cuadros. No todo tiene una procedencia clar¨ªsima. Es un periodo convulso¡±, prosigue Arana.
Por la academia pasan no solo los cuadros rapi?ados por los franceses y que dejaron atr¨¢s en su retirada, sino que fue la principal destinataria del llamado secuestro de los bienes de Manuel Godoy (1767-1851) cuando en 1808, tras el mot¨ªn de Aranjuez, Fernando VII ordena la confiscaci¨®n de todas sus posesiones, entre ellas la que es tal vez la mejor colecci¨®n de arte que se ha reunido en Espa?a. Isadora Rose-de Viejo, la mayor experta en esta colecci¨®n, cuenta que ¡°en solo 16 a?os, de 1792 a 1808, Godoy reuni¨® cerca de 1.100 pinturas, vali¨¦ndose sin escr¨²pulos de su poder pol¨ªtico y su posici¨®n social para conseguir obras maestras que estaban en manos de la aristocracia y la Iglesia espa?olas¡±.
De esas 1.100 obras, actualmente solo se conoce el destino de 300, muchas de las cuales est¨¢n en los mejores museos del mundo. Entre ellas figuran La Ve?nus del espejo, de Vel¨¢zquez, y La escuela del amor, de Correggio (ambas en la National Gallery), Apolo y Marsias, de Ribera (Mus¨¦es Royaux des Beaux-Arts de Belgique, Bruselas), Santo Tom¨¢s de Villanueva ni?o repartiendo limosnas, de Murillo (Cincinnati Art Museum), San Pedro con Alejandro VI y Jacopo Pesaro, de Tiziano (Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Amberes). La maja vestida, La maja desnuda y La condesa de Chinch¨®n, de Goya, y el Cristo crucificado, de Vel¨¢zquez, est¨¢n en el Prado.
La paradoja es que, pese a que en 1823 el informe interno deja claro que el caravaggio no es de Godoy, en el cat¨¢logo de 1824, disponible en internet, se sostiene lo contrario. En este documento ya figura el alonso cano permutado a P¨¦rez de Castro, aunque atribuido ahora a Pedro Atanasio Bocanegra con la siguiente anotaci¨®n: ¡°El excelent¨ªsimo se?or don Evaristo P¨¦rez de Castro dio este cuadro a la Academia en cambio de otro de Carabaggio que representaba un Ecce-Homo, perteneciente a los que se trageron (sic) del secuestro de Godoy, cuya entrega se hizo en virtud de orden de la Academia el 13 de febrero de 1823¡±. Las piezas que pertenecieron a las colecciones reales o a la casa de Alba estaban marcadas con un sello. El caravaggio est¨¢ reentelado, seg¨²n han explicado a este diario expertos como Maria Cristina Terzaghi. Esto supone un problema porque puede ocultar un sello o una firma que lleven al antiguo propietario. Solo una buena restauraci¨®n desvelar¨¢ este secreto.
Los investigadores de la academia tratan de encontrar el hilo documental en ese laberinto. ¡°Nuestra principal hip¨®tesis es que ven¨ªa de la colecci¨®n de Godoy¡±, explica Alfredo P¨¦rez de Armi?¨¢n, vicedirector de la instituci¨®n. ¡°Pero tenemos que investigar m¨¢s. C¨®mo lleg¨® a la academia es un punto clave. Queda todav¨ªa una etapa por probar y todav¨ªa no tenemos los documentos¡±. Godoy no solo guardaba en su casa los cuadros que hab¨ªa comprado o que le iban regalando, adem¨¢s de la colecci¨®n de su mujer, la condesa de Chinch¨®n, sino que hab¨ªa ido acumulando otras obras de origen m¨¢s dudoso.
Isadora Rose-de Viejo, en cambio, explica que este eccehomo no est¨¢ en el inventario en 1816 de la colecci¨®n de Godoy. ¡°El documento de 1823 es el correcto y que el cuadro en cuesti¨®n no procede de la antigua colecci¨®n de Manuel Godoy¡±, se?ala esta historiadora, autora de la tesis doctoral Manuel Godoy. Patr¨®n de las artes y coleccionista y que todos los expertos consideran como la principal referencia en este terreno. Tampoco los descendientes de Godoy pueden aclarar el misterio. ¡°Mi familia litig¨® por los bienes de Godoy casi 50 a?os m¨¢s¡±, sostiene Luis Ruspoli Sanchiz, actual titular del ducado de Sueca y descendiente de Godoy, que considera ¡°no descartable¡± que proceda de la colecci¨®n. ¡°Es decir, la academia no las ten¨ªa todas consigo porque a lo largo del reinado de Isabel II los tribunales fueron dando la raz¨®n a Godoy sobre la ilegalidad del secuestro de sus bienes, por lo que los detentadores de los bienes no consolidaron la propiedad de los mismos hasta la Primera Rep¨²blica. A partir de ese momento y durante todo el siglo XX han ido aflorando bienes de Godoy en los lugares m¨¢s inveros¨ªmiles. Y lo que nos queda. Con cierta frecuencia me ofrecen bienes que han pertenecido a Godoy sin gran valor art¨ªstico quiz¨¢, pero algunos de ellos verdaderamente sorprendentes¡±.
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