Las llamas no pueden con los libros en M¨¢laga
El incendio de la emblem¨¢tica librer¨ªa Proteo que redujo m¨¢s de 50.000 ejemplares a cenizas ha arrancado una ola de solidaridad: ¡°Saldremos adelante¡±, dice su director, Jes¨²s Otaola.
Junto a una pantalla de ordenador derretida, Jes¨²s Otaola mira alrededor con ojos vidriosos. Hay cristales en el suelo, holl¨ªn en las paredes y restos de papeles quemados. Lleva 72 horas sin dormir por una pesadilla que arranc¨® el pasado jueves pasadas las once de la noche. Su hermano Rafael le llam¨® para avisarle: ¡°Proteo est¨¢ ardiendo¡±. Minutos despu¨¦s se acercaba hasta su librer¨ªa, en el casco hist¨®rico de M¨¢laga, para ver c¨®mo grandes llamas sal¨ªan de las ventanas del primer piso y un intenso humo desde el tercero. Sus empleados lloraban. En el interior hab¨ªa m¨¢s de 50.000 libros, reducidos ya a cenizas o inservibles. ¡°Nos quedamos con lo positivo: la estructura del edificio est¨¢ bien y podremos volver a abrir¡±, dice Otaola, que empez¨® a trabajar entre estas paredes a finales de los ochenta y ejerce de director desde hace una d¨¦cada.
Proteo es de las pocas librer¨ªas hist¨®ricas que sobreviven en M¨¢laga. Una gran banderola, medio derretida, recuerda que en 2019 cumpli¨® su 50 aniversario. Fue fundada en 1969, durante el franquismo, por un grupo de entusiastas. Al principio era una librer¨ªa infantil, pero tambi¨¦n vend¨ªan libros prohibidos. Los compraban fuera de Espa?a, con pedidos a nombre de una empresa inexistente, Prometeo. Era la forma de esquivar la censura y a la polic¨ªa en caso de que intervinieran los paquetes. El fuego no ha sido su primer golpe. Con la llegada de la democracia sufrieron ataques, incluyendo el lanzamiento de una botella inflamable al interior del local o pedradas en los cristales. Han superado varias crisis econ¨®micas y una pandemia. ¡°Hay experiencia en esto de caer y levantarnos¡±, dice Pilar Guerrero, una de las fundadoras y presidenta de su consejo de administraci¨®n. ¡°Tenemos las ganas, pero sobre todo la obligaci¨®n, de seguir adelante¡±, subrayan quienes tambi¨¦n son responsables de Ediciones del Genal, con un cat¨¢logo de t¨ªtulos y autores locales.
El informe preliminar apunta a una subida en la tensi¨®n el¨¦ctrica como causa del fuego. Los edificios de toda la manzana la sufrieron ¡ªcon electrodom¨¦sticos o ascensores averiados¡ª pero las chispas solo prendieron en la primera planta de Proteo. De ah¨ª se expandi¨® por el resto del edificio, aunque el falso techo evit¨® que las llamas afectaran a la cubierta de madera, como toda la estructura del inmueble. En su interior se recuperaron los restos de una de las viejas murallas de M¨¢laga, del siglo XIII, ahora manchadas por el humo. Entre las novedades destacadas hab¨ªa libros de Javier Castillo, El¨ªsabet Benavent y John Boyne. Todos h¨²medos y manchados de holl¨ªn. A su alrededor, otros miles de libros muestran aparente buen estado, pero est¨¢n destrozados por agua y humo. Solo un pu?ado, envuelto en pl¨¢stico, ha sobrevivido.
El negocio se intenta rehacer ahora con un almac¨¦n prestado, como los equipos inform¨¢ticos desde los que gestionan las compras. Proteo es estos d¨ªas un ir y venir de autoridades, escritores, artistas y clientes habituales dispuestos a adquirir libros como se?al de apoyo. Sobre una mesa plegable, los empleados los apuntan a mano en una libreta de cuadros. Otra tromba de adquisiciones ha ca¨ªdo por su p¨¢gina web: la primera compra lleg¨® a las 7.10 del viernes, apenas tres horas despu¨¦s de extinguido el incendio. ¡°Han abierto la librer¨ªa virtualmente y todos podemos ayudar si les pedimos a ellos algunos de los libros que leemos y adquirimos habitualmente. Los mandan a todas partes¡±, avisaba Rosa Montero en sus redes sociales, como tambi¨¦n hac¨ªan otras librer¨ªas y editores de todos los rincones de Espa?a, adem¨¢s de la Confederaci¨®n Espa?ola de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL).
La solidaridad impuls¨® a la escritora Mar¨ªa Due?as a ofrecerse para firmar ejemplares de su ¨²ltima novela en la puerta de la librer¨ªa el jueves. Actores como Joaqu¨ªn N¨²?ez, Adelfa Calvo o Juanma Lara realizar¨¢n una doble gala solidaria este domingo en la sala malague?a Joaqu¨ªn El¨¦jar. ¡°Jam¨¢s hab¨ªa visto una librer¨ªa arder: tanta sabidur¨ªa, tanta sensibilidad, tantas otras cosas que quedan, de pronto, en la nada¡± afirma el escritor Antonio Soler, Premio Nacional de la Cr¨ªtica en 2019. ¡°Es un desastre por lo que supone para una gente que lleva tanto tiempo gente trabajando por la cultura, mucho m¨¢s all¨¢ de vender libros¡±, a?ade. ¡°En un a?o tan catastr¨®fico para las librer¨ªas y el sector cultural, no deja de ser simb¨®lico que los desastres se sigan cebando en ellas¡±, apunta Juan Jacinto Mu?oz Rengel, autor cuya familia ha estado ligada hist¨®ricamente a la librer¨ªa y que ¨¦l mismo ha frecuentado durante toda su juventud. ¡°Y, no obstante, siempre queda lugar para la esperanza¡±, subraya Mu?oz Rengel.
Esa luz es la que ven, todav¨ªa lejos, Jes¨²s Otaola, Pilar Guerrero y la familia de la librer¨ªa, que espera recuperar pronto a los lectores paseando entre sus estanter¨ªas. ¡°Abriremos lo antes posible, pero no podemos saber a¨²n cu¨¢ndo¡±, dice Otaola, que se disculpa por no responder a los miles de mensajes recibidos por WhatsApp y las constantes llamadas al m¨®vil. Le gustar¨ªa seguir sin dormir tres d¨ªas m¨¢s para coger la fregona, una escoba ¡°y todo lo que haga falta¡± para devolver la vida a Proteo. Todav¨ªa falta la autorizaci¨®n de los t¨¦cnicos y mucho trabajo para, entre otras muchas labores, sacar los restos de los miles de libros afectados por el incendio. ¡°No podemos defraudar tanto cari?o recibido y saldremos adelante. Solo pido que no se olviden de nosotros cuando dejemos de ser noticia¡±, apunta Otaola mientras camina por las cenizas sobre las que quiere cimentar el futuro de su librer¨ªa. La librer¨ªa de M¨¢laga.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.