Muere el m¨²sico Franco Battiato a los 76 a?os
El compositor siciliano cambi¨® la m¨²sica en Italia con discos como ¡®La voce del padrone¡¯, rompiendo las costuras que un¨ªan hasta entonces la alta y la baja cultura
El compositor Franco Battiato ha fallecido en su casa de Milo, un peque?o pueblo de Sicilia, a los 76 a?os. M¨²sico, escritor, guionista de documentales y tambi¨¦n pintor bajo el seud¨®nimo de Suphan Barzani, el artista llevaba a?os desaparecido de la escena p¨²blica aquejado de una enfermedad que su entorno nunca quiso desvelar. Se hab¨ªa ganado el derecho a vivir en silencio los ¨²ltimos a?os de su vida, rodeado de sus libros y amigos, a despedirse tranquilamente en su casa, en un paisaje de lava volc¨¢nica en la falda del Etna, tras una carrera musical que cambi¨® los patrones de la m¨²sica italiana y que rompi¨® esas molestas costuras que se empe?an en separar la alta y la baja cultura. Despu¨¦s de una vida buscando un centro de gravedad permanente, ese ser¨¢ ahora el ¨²nico consuelo de su legi¨®n de seguidores, puede que al fin lo haya encontrado.
Battiato hizo de todo en la m¨²sica y siempre de manera distinta a los dem¨¢s. Triunf¨® en el pop, gan¨® un San Remo, cant¨® en Eurovisi¨®n en 1984 y cre¨® un sonido (30 discos de estudio) que ven¨ªa de la m¨²sica experimental y la improvisaci¨®n a base de sintetizadores y toda suerte de cacharrer¨ªa electr¨®nica que hasta entonces solo se hab¨ªa visto en la m¨²sica de vanguardia. Nacido el 23 de marzo de 1945 en Riposto, en la provincia de Catania, Battiato se traslad¨® a Mil¨¢n en la primera mitad de la d¨¦cada de 1960 para intentar una carrera como profesional en el mundo de los escenarios. Despu¨¦s de sus primeros trabajos con Giorgio Gaber y Ombretta Colli, debut¨® como solista de Pino Massara con los ¨¢lbumes Fetus y Pollution, hitos de esa pulsi¨®n revolucionaria que le acompa?¨® siempre en mayor o menor medida.
Su m¨²sica surg¨ªa de las profundidades del sonido experimental y el rock progresivo. Tocado por el magnetismo de Karlheinz Stockhausen ¡ªgan¨® el premio del compositor en 1977 con el disco L¡¯Egitto prima delle sabbie¡ª y las influencias del sonido dodecaf¨®nico, nacieron ¨¢lbumes como Fetus (1971), Pollution (1972) o Sulle corde di Aries (1973), tres piezas recientemente reeditadas que suelen pasar desapercibidas entre los hits de los ochenta y los noventa y que hoy son codiciadas en las estanter¨ªas de coleccionistas. M¨²sico instintivo, aprendi¨® armon¨ªa y a tocar el viol¨ªn por recomendaci¨®n del propio Stockhausen; un tiempo en el que se obsesion¨® con la tecnolog¨ªa y meti¨® siempre m¨¢s en su maleta el viejo VCS 3, un sintetizador anal¨®gico que solo usaba en aquella ¨¦poca David Gilmour en Pink Floyd.
Battiato, sin embargo, no se conform¨® con habitar el patio trasero de la vanguardia musical. Fue el primer artista italiano ¡ªantes que grandes animales del mercado como Vasco Rossi o Lucio Dalla¡ª que vendi¨® un mill¨®n de copias con La voce del padrone (1981). Desde entonces, se convirti¨® en un cuerpo extra?o de la m¨²sica capaz arreglar una sobremesa familia que terminaba en el sal¨®n de casa convertido en una pista de baile: ¡°? gira tutto intorno alla stanza mentre si danza¡±, ped¨ªa en Voglio vederti danzare (L¡¯arca di Noe, 1982). O de unir en un mismo concierto a padres e hijos que normalmente no ten¨ªan nada que decirse, a viejos arque¨®logos del underground musical y a ni?os bien que se desga?itaban coreando como un loro letras de canciones que nunca llegaron a comprender del todo. Algo que, bien mirado, quiz¨¢ tampoco tuviese ninguna importancia.
Battiato escrib¨ªa, a veces, a la manera autom¨¢tica de los surrealistas. Stefano Senardi, presidente de PolyGram, que arrebat¨® al m¨²sico a EMI despu¨¦s de 30 a?os y grabar con ¨¦l tres discos (L¡¯Imboscata, Gommalacca y Fleurs), resum¨ªa as¨ª en un reportaje en EL PA?S en 2020, las esencias de la visi¨®n art¨ªstica de su amigo: ¡°No le gusta explicar las cosas. Prefiere que se entiendan a trav¨¦s de los discos. El acercamiento a su arte se puede hacer a muchos niveles: instintivo, epid¨¦rmico, intelectual, religioso, de estudio del sonido, de la manera de cantar como en el ¨¢lbum de versiones Fleurs (1999). Eso sin hablar de sus textos. En L¡¯Era del cinghiale bianco cita la invasi¨®n de Afganist¨¢n, las migraciones, las mutaciones sociales. Es muy raro encontrar a un artista que pueda ser saboreado, entendido y consumido a tantos niveles¡±.
Battiato contaba poco de s¨ª mismo. Respond¨ªa con evasivas o iron¨ªa a las preguntas sobre su vida ¨ªntima, aunque siempre estuvo muy ligado a compa?eros de viaje como el fil¨®sofo y compositor de muchas de sus letras, Manlio Sgalambro. Dej¨® escrito en sus canciones, eso s¨ª, que prefiere las uvas pasas a Vivaldi, la ensalada a Beethoven y a Sinatra. Tambi¨¦n que no le gustaba la New Wave italiana, que buscaba desesperadamente ese centro de gravedad permanente del m¨ªstico armenio George Gurdjieff y que sus deseos y los nuestros, por m¨¢s que pasen los a?os, jam¨¢s envejecer¨¢n.
La m¨²sica pop italiana no siempre viaja bien a otros pa¨ªses. Battiato, en cambio, cultiv¨® un importante ¨¦xito fuera de sus fronteras, donde vivi¨® como un autor de culto idolatrado por artistas como David Byrne, John Cale o Brian Eno¡. Especialmente en Espa?a. Donde ese extra?o empe?o de la discogr¨¢ficas por hacer versiones en espa?ol casi le convirti¨® en uno m¨¢s del panorama nacional (Jota, cantante y compositor de Los Planetas, y Manu Ferr¨®n, del Grupo de Expertos Solynieve, fueron los encargados de aterrizar ?brete S¨¦samo (2013) al espa?ol). El martes reconocieron ese talento universal desde el presidente de la Rep¨²blica, Sergio Mattarella, que lo defini¨® como un artista ¡°culto y refinado¡±, hasta toda la clase pol¨ªtica y cultural de Italia.
El 17 de septiembre de 2017 el teatro romano de Catania asisti¨® al concierto final de Battiato. Dos a?os antes, durante una actuaci¨®n en Bari, sufri¨® una rotura de f¨¦mur de la que nunca se recuper¨® del todo. Empezaron a circular rumores sobre su estado de salud, sobre una enfermedad degenerativa. A aquella actuaci¨®n deb¨ªan acompa?arla otras cuatro. Nadie sabe si fue casualidad que esa despedida a la francesa tuviese lugar en la ciudad que le dio la alternativa. Pero no se supo nada m¨¢s de ¨¦l hasta que el a?o pasado lanz¨® al mercado Torneremo ancora, grabado con la Royal Philharmonic y construido a base de viejas canciones y un solo nuevo tema que parec¨ªa anunciar algo. ¡°La vida no termina. Es como el sue?o. El nacimiento como el despertar. Hasta que no seamos libres, regresaremos otra vez¡±.
El disco, una suerte de ¨²ltimo h¨¢lito art¨ªstico, fue su despedida real. Ahora su m¨²sica, como cantaba en Mondi Lontanissimi (1985), no existe ya en el tiempo ni en el espacio. ¡°Nada me calma como internarme en el desierto, sentirme habitante de una casa universal, el mejor refugio para el alma¡±, aseguraba en una entrevista en EL PA?S en 2013, en uno de sus m¨²ltiples pasos por Espa?a. ¡°Lo ¨²nico que me falta es un buen pasaje. Una buena muerte¡±, a?ad¨ªa para cerrar la conversaci¨®n. Pero Battiato cre¨ªa fervientemente en la reencarnaci¨®n. ¡°Es de idiotas pensar que venimos del mono¡±, asegur¨® en una ocasi¨®n¡°. De modo que si ven a una paloma, a un jabal¨ª blanco o a cualquiera de sus extraordinarios personajes, seguro que encontrar¨¢n ah¨ª una parte de ¨¦l.
Babelia
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