¡®En un lugar salvaje¡¯: Robin Wright tambi¨¦n es una directora solvente

En poco espacio de tiempo, tiempo de pandemia, veo en los cines tres pel¨ªculas protagonizadas por estrellas femeninas. Dos de ellas est¨¢n dirigidas por mujeres. Y poseen argumentos con un punto de afinidad. En Aquellos que desean mi muerte, una desmaquillada Angelina Jolie da vida a una bombera con desgarrado sentido de culpa por no haber evitado un desastre y que por ello trata de aislarse en la naturaleza hasta que precisa de ella un ni?o acorralado, al que van a matar. La Frances McDormand de Nomadland, que ha quedado viuda y rota, recorre EE UU en una desvencijada furgoneta, con ¨ªnfimo dinero y condiciones muy duras de supervivencia, pero estableciendo solidaridad a lo largo del abrupto camino con una corte de perdedores y vagabundos que afrontan su intemperie con el movimiento continuo. La tercera es En un lugar salvaje y habla de otra persona convertida en cenizas por la p¨¦rdida familiar m¨¢s salvaje, incapaz de suicidarse en medio de una depresi¨®n infinita y devastadora, sin que la psiquiatr¨ªa ni los amigos puedan ofrecerle el menor alivio, sabiendo que no puede relacionarse con nadie, refugi¨¢ndose sin deseo de retorno en una caba?a en medio de la naturaleza m¨¢s inh¨®spita, con la intenci¨®n de dejarse morir al constatar en su soledad que es incapaz de procurarse el sustento para seguir tirando.

Robin Wright es una de las mujeres m¨¢s guapas que he visto nunca. Cuando la enfoca la enamorada c¨¢mara y en la vida real. Sospecho que todos los espectadores nos quedamos derretidos con ella en la preciosa La princesa prometida. Y era l¨®gico que el pobre Forrest Gump no dejara de andar ni de correr pensando en ella. Esta actriz excelente tambi¨¦n pod¨ªa convertirse en la sofisticada, manipuladora, cerebral, maquiav¨¦lica, tortuosa, sexy y temible Claire Underwood de la serie House of Cards. La pareja que formaba con el inquietante Kevin Spacey (el cine siempre echar¨¢ de menos a este crucificado) provocaba morbo y miedo.

Esta dama tan glamurosa y atractiva se despoja en esta pel¨ªcula de todo tipo de maquillaje, se afea, se viste con ropa de saldo, para retratar el inconsolable dolor, la angustia, el hambre y el fr¨ªo, de una persona en naufragio a la que no acaba de trag¨¢rsela el mar. La salvar¨¢ un hombre que tambi¨¦n est¨¢ ¨ªntimamente herido, un cazador que le ense?ar¨¢ lo b¨¢sico para poder mantenerse en la intemperie. Ambos se otorgar¨¢n amistad y respeto (solo un est¨²pido y tramposo se atrever¨ªa a inventarse un romance entre estos seres tan perdidos), se dar¨¢n un poco de calor, sabr¨¢n mucho el uno del otro hablando lo m¨ªnimo.

Robin Wright realiza un trabajo impecable, sobrio, matizado, cre¨ªble dando vida a esta persona que desert¨® de la civilizaci¨®n intentando calmar su sufrimiento. Tambi¨¦n resulta convincente y generoso el actor mexicano Demi¨¢n Bichir. Y Wright narra esta desesperada y finalmente redentora historia con sensibilidad, emoci¨®n contenida, ausencia de tremendismo. No es una pel¨ªcula excepcional, aunque s¨ª muy digna. Alimenta la curiosidad y el deseo de que esta actriz siga dirigiendo. Y verla a ella delante de la c¨¢mara, esplendorosa y destruida, siempre es un placer para la vista y el o¨ªdo.