Souvenirs de Annual: la c¨¢mara de Alfonsito y la gum¨ªa de Abdelkrim
Reconstrucci¨®n del gran desastre de las tropas espa?olas, del que se cumple un centenario, a trav¨¦s de los objetos que dej¨® a su muerte el fot¨®grafo que hizo el retrato m¨¢s famoso del l¨ªder rebelde
El catedr¨¢tico Juan Miguel S¨¢nchez Vigil de la Facultad de Ciencias de la Documentaci¨®n de la Universidad Complutense atesora en Madrid dos joyas, una c¨¢mara de fotos y una gum¨ªa, una daga curva t¨ªpica del Magreb. Sirven para acercarse al drama que supuso el desastre de Annual, del que estos d¨ªas se cumplen 100 a?os. Con la primera, el reportero Alfonsito hizo el retrato m¨¢s famoso de Abdelkrim; la segunda, que pertenec¨ªa al jefe rebelde y que este entreg¨® al fot¨®grafo de recuerdo, simboliza l...
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El catedr¨¢tico Juan Miguel S¨¢nchez Vigil de la Facultad de Ciencias de la Documentaci¨®n de la Universidad Complutense atesora en Madrid dos joyas, una c¨¢mara de fotos y una gum¨ªa, una daga curva t¨ªpica del Magreb. Sirven para acercarse al drama que supuso el desastre de Annual, del que estos d¨ªas se cumplen 100 a?os. Con la primera, el reportero Alfonsito hizo el retrato m¨¢s famoso de Abdelkrim; la segunda, que pertenec¨ªa al jefe rebelde y que este entreg¨® al fot¨®grafo de recuerdo, simboliza la victoria de unos desharrapados sobre un ej¨¦rcito en teor¨ªa muy superior. Aquella guerra permite no solo entender el siglo XX en Espa?a, sino que explica tambi¨¦n qui¨¦nes son hoy los rife?os y por qu¨¦ son los m¨¢s levantiscos de entre los marroqu¨ªes.
El 22 de julio de 1921 aparece marcado a sangre, fuego y cuchillo como el comienzo del desastre de Annual. Unos 10.000 militares espa?oles ¡ªalgunas fuentes elevan esta cifra¡ª dejaron su vida en poco m¨¢s de dos semanas frente a las cabilas, mucho m¨¢s pobres en medios y hombres, lideradas por Mohamed ben Abdelkrim el Jatabi (1882-1963). Un desastre protagonizado por unas tropas mal organizadas y sin preparaci¨®n y una Administraci¨®n comida por la corrupci¨®n y las desavenencias. El hombre que los encabezaba, el general Manuel Fern¨¢ndez Silvestre, sigue siendo el m¨¢s citado para explicar el negr¨ªsimo suceso.
¡°La figura heroica de Abdelkrim une a casi todos los rife?os¡±, defiende a trav¨¦s de videoconferencia Rachid Raha (Nador, Marruecos, 1964), presidente de la Asamblea Mundial Amazigh, que agrupa el movimiento internacional bereber y sus reivindicaciones. Todav¨ªa hoy esta asociaci¨®n pide responsabilidades a Francia y Espa?a, que con sus bombardeos sobre el Rif se convirti¨® en el primer ej¨¦rcito del mundo que gase¨® desde el aire a su enemigo, seg¨²n la historiadora Mar¨ªa Rosa de Madariaga. ¡°Es imposible saber cu¨¢ntos murieron en el bando rife?o¡±, reconoce M¡¯hamed Chafih, que aporta el punto de vista marroqu¨ª como coautor de El vuelo de los buitres, la obra p¨®stuma de Jorge M. Reverte, publicada el pasado mes de abril.
¡°El Rif ha vivido siempre independiente, sin reconocer dominaci¨®n alguna. Y as¨ª sigue y as¨ª seguir¨¢¡±Abdelkrim en su entrevista con Luis de Oteyza en agosto de 1922
El proyecto de rep¨²blica rife?a (1922-1926) no logr¨® imponerse al protectorado espa?ol. Antes de rendirse, Abdelkrim hab¨ªa hecho p¨²blico su sue?o, que Madrid ve¨ªa como una quimera. ¡°Si reconociese Espa?a nuestra independencia, llegar¨ªamos hasta una alianza con ella, y no tendr¨ªa amigos m¨¢s fieles y m¨¢s abnegados que nosotros¡±. As¨ª se expres¨® el l¨ªder rife?o en la entrevista que concedi¨® en su basti¨®n de Axdir al reportero Luis de Oteyza, director del peri¨®dico La Libertad, el 2 de agosto de 1922. ¡°El Rif ha vivido siempre independiente, sin reconocer dominaci¨®n alguna. Y as¨ª sigue y as¨ª seguir¨¢¡±. Con este discurso mostraba sus postulados Abdelkrim al periodista, que hab¨ªa acudido a tierras de la tribu beniurriaguel a comprobar el estado de varios cientos de prisioneros de guerra espa?oles que permanec¨ªan all¨ª desde el verano anterior.
Misi¨®n peligrosa y secreta
Oteyza, consciente de lo complicado de la misi¨®n por peligrosa y porque quer¨ªa mantenerla en secreto, hab¨ªa decidido ir en persona al Rif pese a ser el director del medio. Pidi¨® a su amigo y entones ya reputado fot¨®grafo Alfonso S¨¢nchez Garc¨ªa que le acompa?ara, pero este, por motivos de agenda, deleg¨® en su hijo Alfonso S¨¢nchez Portela (1902-1990), entonces de 19 a?os y conocido como Alfonsito. Con un bombardeo a su barca incluido, tardaron un mes en llegar hasta los dominios de Abdelkrim. Finalmente se les uni¨® un segundo fot¨®grafo, Pepe D¨ªaz Casariego, que tambi¨¦n ocupa un lugar importante en la historia de la fotograf¨ªa espa?ola.
La exclusiva, realizada durante varios d¨ªas en el terreno, acab¨® recogida en toda su extensi¨®n, m¨¢s all¨¢ de las p¨¢ginas de numerosos peri¨®dicos nacionales y extranjeros, en el libro de 1922 de Oteyza, Abdelkrim y los prisioneros, que reedit¨® en 2018 Ediciones del Viento. En la entrevista se percibe tambi¨¦n el acercamiento del director del diario a la realidad de su interlocutor. Supone un intento de zarandear el imperante punto de vista en Espa?a del moro embrutecido y despiadado que sistem¨¢ticamente cortaba cabezas de soldados y violaba a mujeres. Las dur¨ªsimas im¨¢genes de Annual, ampliamente difundidas, segu¨ªan imponiendo su ley entre la poblaci¨®n espa?ola. Pero el reportero repregunta en ocasiones al caudillo buscando aclarar lo ocurrido y para saber de primera mano cu¨¢les son sus planes y pensamientos. Abdelkrim y sus hombres le detallan incluso c¨®mo fue el suicidio de Silvestre en el campo de batalla. Esa muerte hoy sigue sin aclararse.
Despiadado o compasivo. Todo cabe en las descripciones hechas de Abdelkrim. ¡°Dicen que deg¨¹ella con su propia gum¨ªa¡± a los espa?oles, ordena ¡°fusilamientos y lapidaciones¡± o ¡°incendia en persona las casas de los espa?olistas¡±. Otros se?alan que da ¡°¨®rdenes de conservar la vida de los presos¡±. As¨ª lo cuenta Manuel Leguineche en su libro Annual. El desastre de Espa?a en el Rif. 1921.
Para apuntalar la credibilidad de su logro period¨ªstico, Oteyza se hizo fotografiar con el l¨ªder rife?o y los militares apresados. Pidi¨®, adem¨¢s, notas autografiadas a las dos partes. Todo era poco para dar fe de lo que suced¨ªa en un territorio del que muchos hablaban sin referencias directas. La guerra informativa estaba tambi¨¦n a la orden del d¨ªa. De hecho, en un momento dado pide que sean retratados en primer lugar los aviadores, ¡°quemados vivos seg¨²n exactas noticias oficiosas que se comunicaron a los peri¨®dicos, para que se vea lo bien informados que nuestros elementos directores est¨¢n de cuanto en el Rif ocurre¡±.
De aquel viaje a Axdir el joven Alfonsito volvi¨® con un buen pu?ado de instant¨¢neas capturadas con su c¨¢mara Goerz de placas 9 x 12. Entre ellas figura el considerado como el m¨¢s conocido y reproducido retrato de Abdelkrim, que pese a las reticencias primeras accedi¨® a ponerse delante del objetivo. Esa imagen fue publicada por primera vez en El Imparcial el 6 de agosto de 1922, aunque fue la portada de La Voz del d¨ªa anterior, siendo este el primer medio que inform¨® con material gr¨¢fico de la exclusiva de Oteyza, seg¨²n el profesor S¨¢nchez Vigil. Esa rapidez informativa, dados los medios disponibles en la ¨¦poca, refleja la importancia del material logrado cuando no toda la prensa apostaba de manera decidida por la fotograf¨ªa. Un curioso ejemplo es La Libertad, que dirig¨ªa el propio Oteyza, comenta el catedr¨¢tico.
El reportero regres¨® a Madrid tambi¨¦n con la gum¨ªa, la tradicional daga curva que el jefe rebelde le dio como recuerdo. Es un detalle que no aparece en el libro de Oteyza pero que rememora Juan Miguel S¨¢nchez Vigil, a quien su amigo Alfonsito entreg¨® antes de morir en 1990 la c¨¢mara con la que hizo aquellas fotos y el arma del caudillo rife?o. El fot¨®grafo y S¨¢nchez Vigil se hab¨ªan conocido cuando el profesor trabajaba de editor gr¨¢fico en la editorial Espasa y adquir¨ªa material del archivo de Alfonso, que operaba como una agencia.
Con los a?os este catedr¨¢tico especialista en documentaci¨®n fotogr¨¢fica se convirti¨® en confidente del fot¨®grafo. Sol¨ªan verse cada s¨¢bado en el estudio museo de la familia en el n¨²mero 20 de la Gran V¨ªa madrile?a. Pero en esos a?os de amistad, Alfonsito nunca le coment¨® que en la misi¨®n de Axdir hubo un segundo reportero gr¨¢fico. El profesor ata cabos cuando se hace con la edici¨®n original del libro de Oteyza. ¡°Hay que ser justos y reconocerlo¡±, sentencia S¨¢nchez Vigil en referencia a la participaci¨®n en el viaje de D¨ªaz Casariego, cuyo trabajo tambi¨¦n apareci¨® en la prensa aquellos d¨ªas. De hecho, seg¨²n este catedr¨¢tico, la primera vez que aparece Abdelkrim en la portada de una revista es con una imagen de D¨ªaz Casariego. Se trata de Mundo Gr¨¢fico el 9 de agosto.
El desastre de Annual forma parte del periodo de guerras africanas que mantuvo Espa?a, que se entrelazaron desde 1859 hasta el desembarco de Alhucemas entre 1925 y 1927. Fueron a?os, especialmente seg¨²n avanzaba el siglo XX, en los que el reporterismo gr¨¢fico espa?ol aprovech¨® para bregarse. Esa experiencia sobre el terreno ¡°fue fundamental para entender la magnitud del problema y conocer realmente lo que sucedi¨®¡±, explica S¨¢nchez Vigil en el libro La fotograf¨ªa en las guerras de ?frica (Editorial Fragua, 2021). Esos conflictos fueron la antesala medi¨¢tica de la Guerra Civil, para muchos cimiento del fotoperiodismo b¨¦lico moderno gracias a la generalizaci¨®n de c¨¢maras de 35 mil¨ªmetros como la Leica, m¨¢s peque?as, r¨¢pidas y vers¨¢tiles.
La herida sin cerrar de Annual marc¨® la historia de Espa?a no solo por la enorme carnicer¨ªa, sino tambi¨¦n porque llev¨® al golpe de Estado y a la dictadura de Miguel Primo de Rivera, el fin del reinado de Alfonso XIII, la II Rep¨²blica y el golpe de Estado de Francisco Franco, que desemboc¨® con la Guerra Civil y cuatro d¨¦cadas de dictadura.
El preso m¨¢s famoso
Al otro lado del Estrecho de Gibraltar, la semilla rebelde que sembr¨® Abdelkrim sigue dando sus frutos un siglo despu¨¦s en esas monta?as que se asoman al Mediterr¨¢neo. All¨ª, las algaradas siguen siendo recurrentes y m¨¢s firmes que en otras zonas del pa¨ªs. Algunos, incluso, lucen el retrato que le hizo Alfonsito al l¨ªder rebelde en su camiseta. Que el Rif es un hueso duro de roer lo supo Hassan II, fallecido en 1999 sin visitarlo jam¨¢s oficialmente como monarca. Y lo sabe su hijo Mohamed VI, llegado entonces al trono con la intenci¨®n de tender puentes con esa regi¨®n ind¨®mita.
Lo pudo comprobar de nuevo con el terremoto de la madrugada del 24 de febrero de 2004, cuando las entra?as de la tierra crujieron en el Rif. La peor cat¨¢strofe sufrida por Marruecos en d¨¦cadas arroj¨® m¨¢s de 600 muertos. El monarca, que no llevaba todav¨ªa un lustro en el trono, tard¨® cuatro d¨ªas en visitar la zona. Para entonces, a las r¨¦plicas bajo el terreno se hab¨ªan sumado los temblores del descontento popular. Miles de ciudadanos llevaban a cabo saqueos y asaltos a caravanas de ayuda humanitaria en unas protestas que, adem¨¢s, clamaban contra un abandono institucional que ven¨ªa de muy atr¨¢s. Bajo las consecuencias del conocido como terremoto de Alhucemas subyac¨ªa el descontento hist¨®rico de esa regi¨®n norte?a que derrot¨® al ej¨¦rcito espa?ol.
El levantamiento popular, conocido como hirak (movimiento en ¨¢rabe), sigue exigiendo ¡°derechos socioecon¨®micos y culturales¡± aunque ¡°nunca reivindica la separaci¨®n del Rif de Marruecos¡± como reclamaba el l¨ªder de los beniurriaguel, aclara Rachid Raha, que es tambi¨¦n editor del mensual Le Monde Amazigh. La realidad es que hoy el preso m¨¢s famoso del pa¨ªs magreb¨ª es Nasser Zafzafi, cabecilla de la Hirak de Alhucemas, condenado a 20 a?os de c¨¢rcel. Una suerte de Abdelkrim del siglo XXI que tambi¨¦n aparece en camisetas reivindicativas.