Una elefanta para Rembrandt
Una exposici¨®n en la casa museo del pintor en ?msterdam homenajea a ¡®Hansken¡¯, un paquidermo que se hizo famoso en Europa en el siglo XVII y el artista retrat¨® en tres ocasiones
En 1630 naci¨® en Ceil¨¢n, la actual Sri Lanka, una elefanta llamada Hansken que se hizo famosa en Europa. Fue llevada a Pa¨ªses Bajos a los tres a?os para el pr¨ªncipe Frederick Henry, el estat¨²der ¡ªrepresentante pol¨ªtico¡ª de la entonces Rep¨²blica de las Provincias Unidas, que comerciaba en especias en Asia con la Compa?¨ªa de las Indias Orientales. El viaje por mar de Hansken se prolong¨® durante siete meses, y luego no solo deslumbr¨® al p¨²blico con su facilidad para saludar con un sombrero, levantar una espada o portar una bandera con su trompa. Tambi¨¦n llam¨® la atenci¨®n de Rembrandt, el maestro del Siglo de Oro, que la dibuj¨® en tres ocasiones. El paquidermo protagoniza ahora una muestra en la casa museo del pintor, en ?msterdam, que combina su historia como atracci¨®n circense con la pasi¨®n del artista por captar a sus modelos del natural. Y que pretende concienciar tambi¨¦n sobre la fauna amenazada.
La exposici¨®n se titula Hansken, la elefanta de Rembrandt. Entre 1637 y 1641, ¨¦l dibuj¨® con detalle su piel arrugada y el movimiento de sus patas y trompa. Estaba m¨¢s interesado en el animal que en el espect¨¢culo que proporcionaba, y no plasm¨® sus habilidades sino su estampa. El zoo m¨¢s antiguo del mundo todav¨ªa en marcha abri¨® en Viena en 1752, y el de ?msterdam data de 1838, de modo que los europeos del siglo XVII desconoc¨ªan la dieta de los elefantes y su convivencia en manada. En el libro que acompa?a la muestra, el escritor Michiel Roscam Abbing se?ala que en el siglo XV hab¨ªa un ejemplar en el continente. En los dos siglos siguientes no pasaron de dos o tres, as¨ª que su poder de atracci¨®n era evidente. Hansken tambi¨¦n se echaba cuando se lo ped¨ªan y cog¨ªa un cubo de agua con la trompa, y los espectadores pensaban que el animal ¡ªque com¨ªa pan y fruta¡ª ten¨ªa un cerebro humano.
La realidad era mucho m¨¢s penosa. ¡°La traves¨ªa hasta ?msterdam result¨® muy dura por la falta de alimento adecuado y de agua. En la bodega del barco hab¨ªa tambi¨¦n un leopardo, un ave casuario y un ciervo moteado. Una vez en la ciudad, la falta de conocimientos llev¨® a juntar a los cuatro animales y fue un desastre: el leopardo mat¨® al casuario y Hansken se sent¨® encima del ciervo¡±, dice, al tel¨¦fono, Leonore van Sloten, conservadora de la exhibici¨®n. El pr¨ªncipe Frederick Henry regal¨® la elefanta a su sobrino nieto, Johan Maurits, que la vendi¨® por 8.000 florines. El ¨²ltimo due?o fue Cornelis van Groenevelt, que pag¨® por ella 20.000 florines, el precio de una buena casa de la ¨¦poca. ¡°Cornelis sab¨ªa entrenar caballos, y vio las posibilidades comerciales de ense?arle unos trucos ¡ªHansken aprendi¨® hasta 36¡ª y salieron de gira por Europa¡±, sigue la conservadora. ¡°Estuvieron en Alemania y Francia, cruzaron los Alpes en dos ocasiones y ella cargaba con el due?o y el equipaje. Se llevaban bien, pero fue una vida de padecimientos¡±.
Rembrandt la vio por primera vez en 1637, en una plaza muy cerca de su casa, y la dibuj¨® all¨ª mismo. Un a?o despu¨¦s, ejecut¨® un grabado b¨ªblico donde la serpiente del Para¨ªso es un drag¨®n que tienta a Ad¨¢n y Eva. A?adi¨® un elefante, se supone que inspirado en Hansken, como s¨ªmbolo del bien y de la castidad, ¡°pues se cre¨ªa que estos animales carec¨ªan de impulso sexual¡±, agrega la experta. En 1641 la capt¨® de nuevo. Hab¨ªa maravillado al p¨²blico, pero la vida itinerante, mala alimentaci¨®n y privada de sus cong¨¦neres en un clima fr¨ªo minaron su salud. En octubre de 1655 lleg¨® a Florencia para actuar para el cardenal Leopoldo de Medici, y el 9 de diciembre cay¨® muerta en la plaza de la Se?or¨ªa. Pensaron que pudo haber sido envenenada, pero luego se vio que ten¨ªa ¨²lceras infectadas en las patas. Ten¨ªa 25 a?os, cuando los ejemplares asi¨¢ticos de su clase pueden vivir al menos 60, y su final fue plasmado por el artista italiano Stefano della Bella. Sus dibujos y los de Rembrandt forman parte de la muestra, lo mismo que el cr¨¢neo de Hansken, cedido por el Museo de Historia Natural de la ciudad italiana, que conserva su esqueleto.
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