El talento de tres j¨®venes directores inyecta frescura al final del festival de Venecia
¡®Leave No Traces¡¯, del polaco Jan P. Matuszynski, y ¡®America Latina¡¯, de los gemelos italianos D¡¯Innocenzo, complican las quinielas de cara al palmar¨¦s
En los ¨²ltimos d¨ªas de la Mostra, el n¨²mero de butacas vac¨ªas se dispara. La programaci¨®n, repleta de nombres poco conocidos y filmes largu¨ªsimos, parece planificada como una trampa, lista para engullir a la prensa. As¨ª fue, en efecto, en varias ediciones recientes, y el recuerdo ha alentado a unos cuantos a preferir un paseo por Venecia. Esta vez tambi¨¦n ha habido alg¨²n pase en falso. Pero, en general, el nivel se ha mantenido m¨¢s que aceptable. Muchos, en los pasillos, hablan de la mejor edici¨®n del festival en a?os. E incluso la pen¨²ltima jornada de competici¨®n, en lugar de decepciones, ha aportado gratas sorpresas. Las dudas, si acaso, llenan las quinielas para el Le¨®n de Oro. Hoy jueves presentaron su candidatura realizadores nada veteranos: tercer largo, en ambos casos. El polaco Jan P. Matuszynski ni hab¨ªa nacido en 1983, cuando ocurri¨® la tragedia que relata en Leave No Traces: el asesinato del joven Grzegorz Przemyk a manos de la polic¨ªa comunista. Y los gemelos Damiano y Fabio D¡¯Innocenzo, de 33 a?os, presentan en America Latina el intenso retrato de un hombre en crisis.
La producci¨®n del filme italiano ha pedido evitar todo tipo de revelaci¨®n sobre la trama. De ah¨ª que la rueda de prensa se convirtiera en un ejercicio de elusi¨®n y sutileza. Digno homenaje, por otro lado, a la pel¨ªcula. Aunque un enigma s¨ª se puede resolver: el t¨ªtulo poco o nada tiene que ver con el continente. ¡°Evoca un lugar imaginario: mezcla lo so?ado, lo que queremos ser, con un sitio que antes era un pantano [Latina, ciudad del Lacio], lo que nos atrapa¡±, explic¨® Elio Germano, el extraordinario protagonista. El a?o pasado, obtuvo el Oso de Plata al mejor actor de la Berlinale. Puede que la Copa Volpi de Venecia tambi¨¦n acabe luciendo en su estanter¨ªa.
¡°Tiene aspectos de thriller, pero es una pel¨ªcula voluntariamente ambigua, misteriosa. Contiene las ganas de no repetir lo que ya hab¨ªamos hecho¡±, asegur¨® Damiano D¡¯Innocenzo. Pero America Latina no solo es distinta, sino mejor. Bajo la imperfecci¨®n de su debut, la vor¨¢gine criminal de Hermanos de sangre, se intu¨ªa un valioso sello propio. Su segundo filme, Queridos vecinos, recibi¨® el premio al mejor guion en 2020 en el festival de Berl¨ªn. Y justo ah¨ª, para quitarse de encima la tensi¨®n, los gemelos se pusieron a escribir su nuevo largo. ¡°Buscamos una historia fuertemente inmersiva. No es un viaje al fin de la noche, sino al fin de un hombre¡±, afirm¨® Fabio. E inmediatamente confes¨®: ¡°Esta frase se la he robado a mi hermano. La dijo antes y me pareci¨® una pasada¡±.
La definici¨®n resulta certera. America Latina se centra en un joven dentista, padre aparentemente feliz, que a partir de un encuentro inquietante va perdiendo sus certezas. Los encuadres, los colores, los sonidos, las ambientaciones, los di¨¢logos y los silencios: todo se al¨ªa para construir una atm¨®sfera agobiante, a ratos on¨ªrica, cada vez m¨¢s desorientada, como su protagonista.
La frase que acompa?a el cartel del filme, ¡°Es amor¡±, no hace sino aumentar la confusi¨®n. ¡°Cada vez que nos acercamos al amor hablamos de reencontrarnos con fantasmas, obsesiones, suspense, incertidumbre, dulzura¡±, aclar¨® Fabio D¡¯Innocenzo. ¡°Quer¨ªamos crear un personaje con sensibilidad, ant¨ªtesis del t¨ªpico macho, del hombre llamado a ser ganador¡±, defendi¨® Germano. Aunque, a la vez, las mujeres del filme resultan clave. ¡°Lo femenino nos salva, es el tema principal que intentamos explorar¡±, declar¨® Fabio.
En lugar de hablar, la c¨¢mara de los D¡¯Innocenzo sugiere. Y m¨¢s desde los m¨²ltiples tijeretazos de metraje. Damiano lo resumi¨® as¨ª: ¡°Hay que tener cuidado con no acabar en la ret¨®rica facilona. Nos interesa mucho la s¨ªntesis. No consigo soportar la idea de que una pel¨ªcula de autor tenga que durar por fuerza siete horas¡±.
A saber qu¨¦ opina Matuszynski: su Leave No Traces alcanza los 160 minutos. Desde luego, pudieron ser bastante menos, y las primeras cr¨ªticas subrayaron este y otros defectos del largo. Sin embargo, la decisi¨®n tiene una parcial justificaci¨®n: el ritmo pausado y monocorde refleja el avance de la paquid¨¦rmica estructura de presi¨®n sovi¨¦tica en Polonia. Lento, pero imparable, hasta que consigue aplastarlo todo, incluida la verdad. Porque los hechos ¡ªsucedidos realmente¡ª est¨¢n claros desde el principio: los j¨®venes Grzegorz y Piotr son detenidos por la polic¨ªa comunista. Y los agentes masacran al primero, que fallece pocos d¨ªas despu¨¦s.
Su amigo lo vio todo, y as¨ª piensa declararlo ante el juez, pero el sistema se pone en marcha para construir una versi¨®n alternativa. O varias, hasta que una sirva para autoexculparse. ¡°No quer¨ªamos crear una postal, sino un mundo rico en detalles¡±, afirm¨® Matuszynski. De ah¨ª que filme un g¨¦lido thriller pol¨ªtico que envuelve al espectador poco a poco y nunca lo suelta. Tanto que ya ha sido elegido para representar a su pa¨ªs en la pelea por el Oscar a mejor filme internacional. Espionaje, falsificaci¨®n, injusticia, corrupci¨®n. No hay nadie de quien fiarse, tras un aliado puede esconderse un traidor. El t¨ªtulo alude a la labor perfecta de los agentes, que pegan sin dejar huellas. Pero el filme tambi¨¦n hace bien su trabajo. Y es justo lo opuesto.
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