¡®Pearl¡¯, en la piel de una culturista
Escueta y quiz¨¢ precisa para lo que se quiere contar, se queda corta, porque el poder de ciertas im¨¢genes solo le da para instantes espor¨¢dicos, y porque el resto del relato apenas interesa y mucho menos conmueve
De la pesadilla interior que a veces provoca el deporte de competici¨®n se ha hablado mucho en estos ¨²ltimos meses, con sucesivos desmayos mentales en portentos f¨ªsicos, provocados por razones de toda ¨ªndole y condici¨®n, con base en la tantas veces desmesurada exigencia exterior y en la siempre peligrosa autoexigencia. Y aunque podr¨ªamos discutir si el culturismo (y su hipertrofia muscular) es un deporte, lo cierto es que la pel¨ªcula francesa Pearl, ejercicio de estilo de Elsa Amiel, se acerca a una de esas debacles.
La idea de Amiel, en su segundo trabajo como directora, es que la pantalla transmita hacia fuera el dolor enquistado de una mujer de cuerpo poderoso que se enfrenta a s¨ª misma (y a su entrenador, como arquetipo del tirano fr¨ªo y calculador) en el campeonato mundial de culturismo femenino. Con una reducid¨ªsima profundidad de campo en la imagen, para as¨ª mostrar el restringido espacio de pastillas, alimentaci¨®n, ausencia de agua, flexiones, pesas, entrenamiento y autodestrucci¨®n en el que se mueve la existencia de la protagonista, Amiel apuesta toda su pel¨ªcula a esa imagen, potente, sin duda, aunque insuficiente porque el guion roza lo esquel¨¦tico.
En ese ambiente de competici¨®n, auspiciado por las luces de ne¨®n, los hoteles horteras y el maquillaje de cuerpos y personalidades, entran dos elementos que pretenden contrastar pero que no pueden ser m¨¢s forzados y poco plausibles, al menos con el nulo desarrollo que le imprime Amiel: el exmarido de la protagonista y su hijo peque?o, al que hace a?os que no ve y del que debe hacerse cargo en esos d¨ªas de concurso.
Escueta y quiz¨¢ precisa para lo que se quiere contar, Pearl, sin embargo, se queda corta. Porque el poder de ciertas im¨¢genes solo le da para instantes espor¨¢dicos, y porque el resto del relato, de poqu¨ªsimos di¨¢logos y desnudo progreso, apenas interesa y mucho menos conmueve. Con la c¨¢mara siempre a unos cent¨ªmetros de la piel sudorosa de la mujer, Amiel compone una odisea de incandescencia y sonido, de falsa luz y de m¨²sica electr¨®nica que taladra por dentro. Pero escasamente durante un rato.
PEARL
Direcci¨®n: Elsa Amiel.
Int¨¦rpretes: Julia Fory, Peter Mullan, Agata Buzek, Arieh Worthalter.
G¨¦nero: drama. Francia, 2018.
Duraci¨®n: 82 minutos.
Babelia
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