Una oportunidad, un correctivo
Calerito dio una vuelta al ruedo ante una muy mansa, deslucida y descastada novillada de Roc¨ªo de la C¨¢mara
Ante novillos como los lidiados en La Maestranza siempre surge la misma cuesti¨®n: ?es una oportunidad o un correctivo para los novilleros triunfadores de la temporada? Porque as¨ª, como los triunfadores, se anunciaban en los carteles.
A la vista de lo sucedido, o mandan muy poco los apoderados de los chavales o en escasa consideraci¨®n tiene el empresario a los componentes de la terna. Era sabido que el hierro de Roc¨ªo de la C¨¢mara no era el m¨¢s apropiado para que estos j¨®venes con posibilidades salieran lanzados de la feria.
Han salido lanzados, s¨ª, pero hacia el pozo de la desesperaci¨®n porque se cumplieron los peores pron¨®sticos: los novillos fueron malos de solemnidad. Desiguales de hechuras, pero muy parejos todos en cuanto a mansedumbre, falta de casta y malas ideas. Los seis ofrecieron un p¨¦simo juego en los caballos, no humill¨® ninguno, y solo el cuarto permiti¨® que Calerito se permitiera cierta relajaci¨®n en la muleta pues destac¨® m¨¢s por su tonta nobleza que por su mala condici¨®n.
Ya el primero rasg¨® la taleguilla del subalterno Juan Ca?averal en un derrote a la salida de un par de banderillas, dos volteretas le propin¨® el segundo a Jorge Mart¨ªnez en un quite, y otra se llev¨® en su primero. Pas¨® por la enfermer¨ªa y le diagnosticaron una contusi¨®n en el muslo derecho y un varetazo corrido en el derecho; tampoco se libr¨® Calerito de un susto en el cuarto, y un varetazo corrido en la regi¨®n inguinal derecha se llev¨® el subalterno Juan Rojas al banderillear al sexto. En fin, un n¨²mero.
De la C¨¢mara/Calerito, Diosleguarde, Mart¨ªnez
Novillos de Roc¨ªo de la C¨¢mara, desiguales de hechuras, muy mansos, deslucidos y descastados.
Juan P. Garc¨ªa Calerito: pinchazo, estocada y un descabello (ovaci¨®n); casi entera atravesada _aviso_ y un descabello (fuerte petici¨®n y vuelta).
Manuel Diosleguarde: pinchazo y estocada (ovaci¨®n); pinchazo y estocada (ovaci¨®n).
Jorge Mart¨ªnez: dos pinchazos y tres descabellos (ovaci¨®n); estocada, cuatro descabellos y el novillo se echa (silencio).
Plaza de La Maestranza. 28 de septiembre. Noveno festejo de feria. Algo menos de media entrada sobre un aforo del 60 por ciento.
Ninguno de los novillos se dej¨® torear con el capote, y solo Diosleguarde ¨Cqu¨¦ buen apellido para quien se juega la vida- pudo dibujar un par de ver¨®nicas al novillo segundo. Y todos, con la excepci¨®n del noble cuarto, derrocharon mala clase, ausencia de celo, de casta y nobleza en el tercio final.
Despu¨¦s de que pasara un mal rato con el que abri¨® plaza, que acumulaba un abanico de defectos, Calerito esper¨® al cuarto de rodillas en los medios -cada vez m¨¢s, la otrora portagayola se acerca m¨¢s a la boca de riego- y pudo lucirse en apasionadas y aceleradas ver¨®nicas y chicuelinas que animaron a los tendidos. La embestida bobalicona del animal permiti¨® que el novillero pudiera trazar algunas tandas aceptables por ambos lados que hicieron sonar la m¨²sica. La suerte suprema no fue muy ortodoxa y ser¨ªa esa la raz¨®n que pes¨® para que el presidente no sacara el pa?uelo para concederle la oreja que solicit¨® el p¨²blico. Al correctivo de la empresa se uni¨® la exigencia poco generosa del palco.
Diolesguarde apunta buenas maneras, trata de utilizar los enga?os con naturalidad y traz¨® algunos muletazos de inter¨¦s; y Jorge Mart¨ªnez, el m¨¢s vapuleado de la tarde, demostr¨® que tiene valor y poder¨ªo para salir adelante. Plant¨® cara de verdad, sin amilanarse en ning¨²n momento, aguant¨® miradas intempestivas, y dej¨® la estela de un novillero con futuro.
La pregunta contin¨²a en el aire: ?una oportunidad o un correctivo? Y eso que eran los triunfadores de la temporada¡
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.