Las sensaciones de un torero (Antonio Ferrera) ante seis toros en Las Ventas
El diestro extreme?o se encierra este domingo en solitario con reses de Adolfo Mart¨ªn
Antonio Ferrera (Ibiza, 1978) es un torero singular. Un heterodoxo que ha conseguido abrir nuevos caminos en la tauromaquia moderna. Un torero en permanente an¨¢lisis, que ha alcanzado vitola de figura aferrado a una constante innovaci¨®n. Una persona curiosa tambi¨¦n, de intensa vida interior, que se aleja de la imagen habitual de quien se juega la vida enfundado en un traje de luces.
Este domingo se encierra con seis toros de Adolfo Mart¨ªn en la plaza de Las Ventas. Y no es la primera vez que afronta una gesta de este tipo. El 5 de octubre de 2019 sali¨® por la puerta grande del coso madrile?o tras enfrentarse a reses de distintas ganader¨ªas; despu¨¦s, ha repetido la exitosa experiencia en Badajoz, Mont de Marsan y Nimes. Ahora, vuelve a Madrid. Ah¨ª le espera una experiencia harto dif¨ªcil; y no solo por el prestigio del hierro ganadero, sino por la exigencia de la afici¨®n vente?a.
¡°No me preocupa si voy a perder o ganar. No me importa. Es lo de menos¡±
¡°Me anuncio en Madrid sin que exista una raz¨®n para ello; cuando a un torero le palpita en su coraz¨®n un reto tan serio y tan grande como este no tiene por qu¨¦ estar sustentado en un motivo concreto¡±, comenta el torero. ¡°Y no lo necesito. Quiz¨¢, tambi¨¦n me anuncio porque no lo necesito. El ser humano no tiene necesidad de hacer muchas cosas; simplemente es algo que me emociona internamente, y quiero tener el compromiso y la generosidad de compartirlo¡±.
La cita es en Sevilla, horas despu¨¦s de que finalizara una de sus recientes comparecencias en La Maestranza, donde ha cosechado triunfos resonantes en temporadas pasadas. Ferrera se extiende sobre su trayectoria y sus motivaciones. No es f¨¢cil entender su discurso, que encierra una filosof¨ªa taurina diferente y un planteamiento de vida poco usual.
Pregunta. ?Es usted consciente de lo que se juega en Madrid?
Respuesta. Su pregunta no deja de ser un t¨®pico, perd¨®neme. No me preocupa qu¨¦ voy a perder o ganar. No me importa. Es lo de menos. Quiz¨¢, por eso lo hago. Mi esp¨ªritu va por otro lado. Entiendo que es m¨¢s dif¨ªcil de entender, pero es as¨ª. Acudo con el coraz¨®n muy libre. Es un reto conmigo mismo. Quiero brindarle al toreo un acto de generosidad, y hacerlo cabalmente.
P. Parece que se siente c¨®modo ante seis toros¡
R. Ese es uno de los compromisos m¨¢s serios a los que se puede enfrentar un torero. Y no hago por demostrar nada. Es una deuda con tu propio legado, con lo que sientes como torero.
A pocos metros de La Maestranza, Ferrera rememora las tardes de felicidad vividas en esta plaza. ¡°Despu¨¦s de estar dos a?os parado (en junio de 2015 sufri¨® una fractura de radio del brazo derecho), los sentidos florecieron de manera muy especial y tuve la suerte de transmitirlos en Sevilla.
P. ?Ha alcanzado su meta como torero?
R. Hay muchos objetivos en el toreo que no se alcanzan y tampoco te los propones. M¨¢s bien, es un descubrimiento de los instintos naturales de tu desarrollo. Al final, te das cuenta de que con el amor con el que vives el toreo descubres sentimientos muy especiales que te ayudan a sentirte y superarte.
¡°No pretendo alterar lo establecido, pero tengo un compromiso con los sentimientos que afloran¡±
P. Usted se siente muy libre y trata de explorar nuevos caminos.
R. M¨¢s bien, he intentado no sentirme encorsetado. Una de las peores sensaciones de quien est¨¢ vestido de torero es sentirse maniatado por las reglas. Yo no pretendo alterar lo establecido, pero tengo un compromiso con los sentimientos que afloran.
P. Pero usted se ha convertido en un heterodoxo que ha pretendido descubrir una concepci¨®n nuevas de la tauromaquia.
R. No ha sido algo premeditado. Me lo he descubierto yo a m¨ª mismo. Hay tanto amor en lo que uno expone en esta vida, que descubres nuevas formas que compartes con el p¨²blico y sirve para analizar la concepci¨®n del arte del toreo desde varios prismas. Y eso es maravilloso.
P. Quiere decir que su evoluci¨®n ha sido natural¡
R. S¨ª, y gracias tambi¨¦n a lo que he vivido. Comenc¨¦ muy peque?o en Portugal; despu¨¦s, vino mi desarrollo en Francia y, posteriormente, en la etapa de madurez, aprend¨ª en M¨¦xico la profundidad del arte de torear, y me ha servido para desprenderme del encorsetamiento de las reglas. La intuici¨®n es muy buena y, a veces, es m¨¢s emotiva que las reglas.
Cuenta Ferrera que utiliza los sentidos m¨¢s que la cabeza. ¡°Soy muy curioso, y me interesan otras artes que me llaman la atenci¨®n, como la escritura, la lectura, la m¨²sica, la interpretaci¨®n, los artistas que act¨²an en la calle¡¡±.
P. ?Es usted una persona solitaria?
R. No. Busco mi espacio, pero no soy solitario. Cuando uno est¨¢ su soledad sana es cuando menos solo se siente. Procuro conectarme con la vida, con el ser humano, la naturaleza, los animales, las plantas. La soledad marginal no me interesa.
P. Por cierto, da la impresi¨®n de que ¨²ltimamente est¨¢ m¨¢s preocupado por la gestualidad y la escenograf¨ªa que por la profundidad de su toreo¡
R. Respeto su opini¨®n y entiendo que mis formas sean criticadas, pero creo que soy m¨¢s profundo que antes. El toreo es una emoci¨®n maravillosa, y as¨ª lo siento desde que era un ni?o. Dentro de m¨ª conviven diversas etapas del toreo, conceptos y maneras de transmitirlo. Yo me visto de torero para emocionarme, para vibrar dentro de m¨ª. No busco la aprobaci¨®n; simplemente, transmito mis sensaciones y acepto que pueda parecer superficial, pero no lo es.
P. A las seis de la tarde de este domingo suenan los clarines de Las Ventas. ?Ha dise?ado el curso de la corrida?
R. No llevo un papel; eso ser¨ªa un sinsentido. Ponerse delante de un toro es algo imprevisible. Esa es una de las grandes magias que viven dentro de m¨ª. Har¨¦ lo que sienta, y no s¨¦ lo que suceder¨¢.
P. ?Espera algo especial?
R. Que haya emociones¡
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.