Jos¨¦ Luis Garci: ¡°Me hubiera gustado m¨¢s ganar un Mundial de f¨²tbol que ganar el Oscar¡±
Para el escritor y cineasta, todo pasa ¡°como en las pel¨ªculas¡±. Cada historia, cada detalle de la vida real tiene una correspondencia en esta o aquella cinta
Jos¨¦ Luis Garci (Madrid, 77 a?os) se presenta como exdirector de cine a unas fans que lo paran por la calle. Entra en Rafa, restaurante de la calle Narv¨¢ez de Madrid, su barrio. ¡°Cuando me hice conocido me llamaban el chico de Narv¨¢ez. Luego se hizo famoso Butrague?o, que viv¨ªa aqu¨ª, y me quit¨® el t¨ªtulo¡±, dice. Le acaban de poner dos implantes en la dentadura, as¨ª que pide blando: ensaladilla, zamburi?as y steak tartar. ¡°Lo peor es esa inyecci¨®n de la anestesia en las enc¨ªas, es como en las pel¨ªculas de las nazis¡±. En las tres horas de conversaci¨®n, para Garci todo pasa ¡°como en las pel¨ªculas¡±. Cada historia, cada detalle, cada camarero: todo tiene una correspondencia en esta o aquella pel¨ªcula, todo le pas¨® a este o aquel personaje. Para beber pide un dry martini, ¡°que es lo que beb¨ªa aqu¨ª siempre con David Gistau¡±, dice en referencia al periodista y escritor fallecido en 2020. Garci es padrino del hijo peque?o de Gistau, al que nada m¨¢s nacer hizo socio del Atl¨¦tico de Madrid para vacunarlo contra el forofismo madridista de su padre. Consideraba como un hermano mayor al poeta y columnista Manolo Alc¨¢ntara, fallecido en 2019. Y ese mismo a?o Garci perdi¨® a su nieto, de 15 a?os, por un c¨¢ncer de huesos. Al a?o siguiente muri¨® el padre del chico, su yerno. Ganador del Oscar en 1983 por Volver a empezar, bebe un sorbo de dry martini y urge unas croquetas ¡°para que esto no caiga con el est¨®mago vac¨ªo¡±.
Pregunta. ?Qu¨¦ se hace con la tristeza?
Respuesta. Nada, qu¨¦ co?o vas a hacer. Cuando llegas a esta edad y abres el peri¨®dico, y ves a unos meti¨¦ndose con otros que parece que se les va la vida... Se van a morir de un lado y de otro, qu¨¦ m¨¢s da.
P. ?Abre el peri¨®dico?
R. En Guadalmina [Marbella] creo que soy el ¨²nico que compra el peri¨®dico en papel. Todos los d¨ªas: Marca, As, El Mundo y Abc. Por la playa, cuando paseaba, nadie le¨ªa el peri¨®dico, ni un libro. Quiz¨¢ lo estuviesen haciendo con el m¨®vil, no lo s¨¦. Es otra ¨¦poca. Ni mejor ni peor, distinta.
P. Usted nunca ha tenido ordenador, ni internet, ni tel¨¦fono m¨®vil.
R. Ni coche. Cuando quer¨ªa coche era a los 18 a?os y no me daba para tenerlo, y cuando ya me daba para tenerlo, lo que quer¨ªa era ch¨®fer, y tampoco llegaba [r¨ªe].
P. Pero no es especialmente nost¨¢lgico.
R. Ese discurso de ¡°antes todo era mejor¡±... Antes ten¨ªas 20 a?os, eso es lo que pasa. Yo estoy a favor de lo que llegue. A m¨ª el v¨ªdeo ya en su momento me pareci¨® la leche. Que a las tres de la ma?ana no puedas dormir y te pongas El hombre que mat¨® a Liberty Valance, en fin. Es un invento impresionante. Y ahora en el metro, aburrido, te puedes poner en el tel¨¦fono Sed de mal. Qui¨¦n est¨¢ en contra de eso.
P. No s¨¦ si mayoritariamente se usa para ver Sed de mal.
R. Que lo usen como les d¨¦ la gana, que para eso es suyo. Mira, la gente comete un gran error cuando dice ¡°en mis tiempos¡±. ?Qu¨¦ tiempos? Tus tiempos son estos, ?o ya has muerto y no nos lo has contado? Di ¡°hace a?os¡±. No ¡°tus tiempos¡±. Lo que venga, bendito sea. Si yo hubiera nacido m¨¢s tarde igual estar¨ªa tatuado o tendr¨ªa un piercing en la cara.
Ese discurso de ¡®antes todo era mejor¡¯... Antes ten¨ªas 20 a?os, eso es lo que pasa. Yo estoy a favor de lo que llegue¡±
P. ?Tatuado?
R. Alguna secuencia de Casablanca, yo qu¨¦ s¨¦ [se parte de risa].
P. Ha dicho en una ocasi¨®n que conservador tiene sentido serlo cuando se conserva lo mejor.
R. Cuando estudiaba en el instituto entraba nuestro profesor Alberto S¨¢nchez, que nos hablaba de Cervantes y el Quijote. Llegaba y nos levant¨¢bamos todos. ¡°Si¨¦ntense¡±, dec¨ªa. ?l ense?aba y nosotros aprend¨ªamos. All¨ª no hab¨ªa esa cosa de ¡°somos todos iguales¡±, qu¨¦ co?o vamos a ser todos iguales si este se?or nos est¨¢ contando unas cosas del Quijote que ni so?¨¢bamos. ¡°Somos todos iguales y no hay que levantarse, el profesor es un colega¡±. No, mira: hay que respetar a este t¨ªo que sabe m¨¢s que t¨², y adem¨¢s te lo ense?a.
P. Su madre.
R. Ten¨ªa un soplo en el coraz¨®n, tuvo que dejar de trabajar y despu¨¦s de m¨ª no tuvo m¨¢s hijos, fui el ¨²nico. En casa no ¨¦ramos creyentes, no ¨ªbamos a misa. Pero mi madre era del Jes¨²s de Medinaceli. Y a pesar de estar enferma, los primeros viernes de marzo se quedaba toda la noche en vela. Por qu¨¦ era del Jes¨²s de Medinaceli no tengo ni idea. Un a?o, y este es el gran misterio de mi vida, mi madre se puso un h¨¢bito y estuvo con ¨¦l los 12 meses. Nunca supimos por qu¨¦. Despu¨¦s de muchos a?os, cuando ella ya hab¨ªa muerto, le pregunt¨¦ a mi padre: ¡°?Pero t¨² tuviste alg¨²n l¨ªo con otra y ella se enter¨® y ofreci¨® un sacrificio o algo, o yo estuve enfermo y ella le prometi¨® algo a Jes¨²s de Medinaceli?¡±. Pero mi padre estaba tan perdido como yo.
P. ?Un a?o con el h¨¢bito y nunca supieron por qu¨¦?
R. Bueno, el h¨¢bito era bonito. Ten¨ªa un cord¨®n dorado y tal. El secreto se lo llev¨® a la tumba. Cuando muri¨®, mi padre y yo habl¨¢bamos del tema un mont¨®n. La vida est¨¢ llena de esas cosas. Est¨¢ bien que sea as¨ª.
P. Su padre.
R. Era pintor. Buero Vallejo le llam¨® el ¨²ltimo cubista. Manuel Garc¨ªa Meana. Hab¨ªa hecho unos carteles para el Partido Comunista en el a?o 1935. Al acabar la guerra lo metieron en la c¨¢rcel, pero lo sacaron a los dos d¨ªas porque no hab¨ªa hecho nada. Se vino de Gij¨®n a Madrid. Un amigo suyo regentaba la peluquer¨ªa del hotel Palace y lo meti¨® en ella sin que mi padre supiese algo del oficio. Y dur¨® hasta que se puso de moda el corte de pelo a navaja, y ah¨ª mi padre dijo: ¡°Hasta aqu¨ª hemos llegado, no puedo matar a nadie¡±.
P. ?Se parec¨ªa a usted?
R. En nada. Era un gentleman, como le llamaba Alc¨¢ntara. Delgado, ojos azules, con un humor incre¨ªble. Yo le dediqu¨¦ Volver a empezar. Se enter¨® en el estreno en Gij¨®n: se qued¨® helado. Mis padres eran eso que ahora se llama pop, cultura popular. Yo iba con ellos al Prado y mi padre me hablaba, delante de Las Meninas, de ¡°la luz convaleciente¡±. ?bamos a la plaza de toros, al Campo del Gas, a Chamart¨ªn, al Metropolitano...
P. Usted se hizo del Atl¨¦tico de Madrid.
R. Mi padre me sac¨® el carn¨¦ de socio infantil del Madrid y del Atleti. Yo ya tiraba por el Atleti. Recuerdo aquel derbi que acab¨® 2-1 en el que Di St¨¦fano marc¨® ¡ªyo creo que en fuera de juego¡ª un gol antol¨®gico de tac¨®n, de espaldas. A?o 1954. Salimos del estadio con aquellos torrentes de gente, much¨ªsimas motos y camionetas llenas de gente gritando: ¡°?A Diego de Le¨®n!, ?a Ant¨®n Mart¨ªn!¡±. Yo estaba triste. Y mi padre me dijo: ¡°No, Jose, has vivido un momento hist¨®rico. Cuando t¨² seas mayor dir¨¢s: yo vi ese gol. El resultado ser¨¢ lo de menos, t¨² habr¨¢s visto ese gol¡±. Ese sentido es el que yo tuve de chaval. Qui¨¦n me iba a decir entonces que yo iba a conocer a Di St¨¦fano, que ¨ªbamos a presentar un programa en Estudio Estadio, que estar¨ªa en mi casa...
P. Ve f¨²tbol todos los d¨ªas, cualquier partido. Como el cine, aunque no cualquier pel¨ªcula.
R. A m¨ª me ha gustado m¨¢s el f¨²tbol que el cine. Y me hubiera gustado m¨¢s ser campe¨®n del mundo de f¨²tbol que ganar un Oscar. Oscar lo tienen muchos. Mi amigo Gil Parrondo ten¨ªa dos, por ejemplo. Pero ser campe¨®n del mundo, eso tiene que ser una cosa impresionante.
P. El Atleti.
R. Este a?o est¨¢ empezando a tener la suerte del Madrid. Yo he apostado a que gana la Champions. Pero he visto perder much¨ªsimo al Atleti, que es cine negro, film noir. Tiene que ver con el fatalismo, con una desesperaci¨®n extra?a. Y tiene algo dif¨ªcil de definir. Ya s¨¦ que para todos sus clubes son especiales, pero el Atleti es raro; el equipo de la capital, pero con un componente extra?o. Ese campo que ten¨ªa antes, el Metropolitano, que era como ir al Bronx.
El Atleti es cine negro, ¡®film noir¡¯. Tiene que ver con el fatalismo, con una desesperaci¨®n extra?a. Nunca se celebra nada del todo hasta el final¡±
P. ?Su padre era atl¨¦tico?
R. No, mi padre era del Sporting. Nunca le vi gritar en el estadio: ni a un ¨¢rbitro, ni a un jugador, ni a un presidente. Yo tampoco lo hago. En mi vida he gritado en el campo.
P. ?Ni el gol?
R. El gol s¨ª, pero tampoco es que me vuelva hist¨¦rico con esa cosa de tirarte por el suelo. Entre otras razones porque si eres del Atleti, est¨¢s pensando que te van a empatar enseguida, o que el ¨¢rbitro va a pitar cualquier tonter¨ªa. En el Atleti nunca se celebra nada del todo hasta el final.
P. ?Es antimadridista?
R. Antimadridista nunca. C¨®mo no voy a querer al Madrid, si he visto debutar a Di St¨¦fano. Lo que pasa es que desde ni?o siempre fui del Atleti.
P. ?Por qu¨¦?
R. Quiz¨¢ por el color. En aquella ¨¦poca de blanco y negro, el Atleti era azul, era rojo. Los blancos ¡ªel Valencia, el Sevilla, el Madrid¡ª estaban empastados en la ¨¦poca.
P. Empieza a trabajar a los 16 a?os.
R. Cuando termin¨¦ la preuniversitaria mi padre me dijo: ¡°Chico, hay que ponerse a trabajar¡±. Me meti¨® por recomendaci¨®n en el Banco Ib¨¦rico. Ganaba 1.316,10 pesetas. Entregaba en casa mil pelas. 316,10 para m¨ª. Y todos los d¨ªas de mi vida sal¨ªa del banco a las siete de la tarde y me iba a la Gran V¨ªa para entrar en el Palacio de la M¨²sica, el Avenida, el Coliseo, el Lope de Vega. Todos los cines, vaya.
P. Y al volver de la mili, compagin¨® el banco con Taurus Ediciones.
R. En la mili coincid¨ª en la misma compa?¨ªa, mismo batall¨®n y misma fila con Mart¨ªn Ferrand y Forges. All¨ª est¨¢bamos cuando entra un t¨ªo enorme y dice: ¡°Yo soy el capit¨¢n. Este es mi despacho. Aqu¨ª no entra ni Dios. Si Dios quiere entrar, tiene que llamar a la puerta, yo dir¨¦ ¡®?qui¨¦n es?¡¯, y ¨¦l dir¨¢ ¡®Soy Dios¡¯, y yo decidir¨¦ si entra o no¡±. A?o 66. C¨®mo deb¨ªa de ser eso en el a?o 45.
P. En Taurus se acerca al cine, donde empieza con Jos¨¦ Luis Dibildos.
R. Y empiezo a conocer a gente impresionante, como el director de Taurus Francisco Garc¨ªa Pav¨®n. O Manolo el Pollero, que era la leche. Tiene un poema sobre el Ni?o Jes¨²s que es como Lope de Vega: ¡°Y cuando de ni?o, con los otros ni?os, / jugabas t¨². / ?Sab¨ªas o no sab¨ªas / que eras el Ni?o Jes¨²s?¡±. ?Y Eladio Caba?ero, con el que trabaj¨¦ en Taurus! Y Federico Muelas, que se levantaba y daba discursos. Hablaba sin parar el t¨ªo. Le hicieron un poema que corri¨® mucho por Madrid que dec¨ªa: ¡°En el portal de Bel¨¦n, / habla Federico Muelas. / Cuando termina de hablar, / las pastoras son abuelas¡±. Y hab¨ªa uno que sacaba muchos libros de poemas, no recuerdo el nombre, ponle Antonio G¨®mez: ¡°Maldici¨®n, / dijo el cartero. / Otro libro de Antonio G¨®mez, / y estamos a dos de enero¡±.
P. Hablemos de cine.
R. ?De cine?
P. ?Qu¨¦ grande es el cine!
R. Qu¨¦ grande es el cine es un programa que se hizo gracias al PSOE. Cuando lleg¨® el PP al Gobierno, lo quit¨®. No dije nada cuando me lo dieron y no dije nada cuando me lo quitaron. El propio PP me lo devolvi¨®, y cuando lleg¨® el PSOE me lo quit¨®. Pues vale, hombre. Nada que decir.
P. Pero qu¨¦ grande es, de verdad.
R. Yo he tenido la suerte de verlo en su esplendor, en los a?os cincuenta, la ¨¦poca dorada. Cuando la gente hac¨ªa colas, se levantaba por la ma?ana los domingos para sacar las entradas de las cuatro y de las siete. Luego lleg¨® la televisi¨®n, que era otra fe. Y empezaron a combinarse bien. Y ahora las tabletas, el m¨®vil. Vamos a necesitar siempre que nos cuenten historias. Esa cosa vieja de un tipo que viene de un pa¨ªs desconocido, le dices ¡°si¨¦ntese usted aqu¨ª y cu¨¦ntenos¡±...
Cine de autor es una pel¨ªcula que firma un se?or y pone en grande ¡°un filme de¡¡± y no ha escrito ni el gui¨®n. ¡°Un filme de¡¡±, pero qu¨¦ pasa, ?has hecho t¨² la m¨²sica, la fotograf¨ªa?¡±
P. Usted ha tenido adem¨¢s la suerte de hacer pel¨ªculas. Pero se presenta como exdirector.
R. La verdad es que me gustar¨ªa seguir haciendo cine, no escribir libros. Pero no hay manera, y adem¨¢s yo tampoco estoy entre mis directores favoritos. He hecho algunas pel¨ªculas que est¨¢n bien, ?pero obras maestras? Ni so?arlo. Una obra maestra es Pl¨¢cido de Berlanga, una obra maestra es Tristana de Bu?uel.
P. ?En qu¨¦ pel¨ªcula suya hay m¨¢s de usted?
R. En Tiovivo c. 1950. Pero son cosas que se hacen de forma inconsciente. Yo nunca he hecho cine de autor, esa es la verdad
P. ?Qu¨¦ es cine de autor?
R. Un cine que lo firma un se?or y pone en grande ¡°un filme de¡¡± y no ha escrito ni el guion. Esas son cosas de la nouvelle vague. ¡°Un filme de¡¡±, pero qu¨¦ pasa, ?has hecho t¨² la m¨²sica, la fotograf¨ªa? ?No ha hecho la pel¨ªcula nadie m¨¢s que t¨²?
P. Dice que le gusta m¨¢s el f¨²tbol, pero ese brillo en los ojos solo lo tiene cuando habla de cine.
R. Para m¨ª el cine siempre fue una vida de repuesto. Desde que era ni?o. Est¨¢ tu vida, vale. Pero luego ves una pel¨ªcula y lo sublimas todo, y piensas ¡°esa chica de la pel¨ªcula ser¨ªa m¨¢s feliz conmigo, yo la tratar¨ªa mejor¡± [r¨ªe]. Es as¨ª. Las pel¨ªculas buenas son de verdad, reales. Sacrist¨¢n, mi querido amigo Pepe, se desmay¨® viendo en la pantalla c¨®mo torturaban a Sab¨². Lo recogi¨® su padre del suelo. Yo una vez estaba viendo en el cine Revuelta en Tahit¨ª con unos chavales delante de m¨ª. Al final sal¨ªa un barco ca?oneando la costa, y uno de los chavales le dijo al otro: ¡°C¨²breme, que voy a mear¡±. Y se fue corriendo agachado de la sala, el t¨ªo. Eso es el cine. El cine fue una religi¨®n. Y Hollywood fue un Estado independiente que domin¨® el mundo mucho tiempo. All¨ª se fabricaban todos los sue?os del planeta.
P. Publica pr¨¢cticamente dos libros al a?o, los ¨²ltimos Deborah (Notorius), que es una antigua conversaci¨®n suya con Deborah Kerr, y Pel¨ªculas malas (Notorius). Y est¨¢ a punto de salir un libro sobre Lo que el viento se llev¨®.
R. Lo que el viento se llev¨® fue el acontecimiento de una generaci¨®n. La gente ven¨ªa los fines de semana a Madrid para verla. Era tan larga que les dejaban pasarla sin NO-DO. La m¨²sica, el color. Vi el principio con 11 a?os escondido detr¨¢s de unas cortinas en el cine hasta que mi padre me encontr¨®. Yo le dije: ¡°Es m¨¢s bonito el color que el arco¨ªris¡±. ¡°Vamos, Jose, ya la ver¨¢s cuando seas mayor¡±, respondi¨®. Envejece tan bien porque es cl¨¢sica. Y aquel principio del libro de Margaret Mitchell: ¡°Escarlata O¡¯Hara no era guapa, pero los hombres se daban cuenta de ello cuando ya se hab¨ªan enamorado¡±.
Las pel¨ªculas buenas son de verdad, reales. Sacrist¨¢n, mi querido amigo Pepe, se desmay¨® viendo en la pantalla c¨®mo torturaban a Sab¨². Lo recogi¨® su padre del suelo
P. Acaba de publicar el periodista Arturo Lezcano una cr¨®nica impresionante, Madrid, 1983 (Libros del KO), en la que tiene unas p¨¢ginas dedicadas a El crack y su importancia social.
R. El crack es una obra de derrumbe, algo que ya est¨¢ entre el final de la dictadura y el principio de la democracia. Y de ese mundo sale un t¨ªo que dice ¡°a m¨ª no me importa que huela a mierda, pero me gusta que me digan la verdad¡±.
P. El crack cero, su ¨²ltima pel¨ªcula, no obtuvo una candidatura en los premios Goya.
R. De los cracks es la que m¨¢s me gusta. ?Fue justa la Academia? Es igual. Para ellos ni existi¨®. De esas cosas no hay que preocuparse. No he sido rencoroso nunca, no lo voy a ser ahora ya. Si alguien se mete conmigo, pago y doy propina. No me interesa estar en conflicto con nadie, no merece la pena.
Jos¨¦ Luis Garci, el hombre al que todos los clientes del restaurante reconocen cuando pasan por su mesa, ha dado cuenta de la comida y la bebida. Pide una bola de vainilla de postre y un caf¨¦. Es un apasionado del boxeo. Y forma parte de un programa radiof¨®nico de culto, Cowboys de medianoche (EsRadio) junto a Luis Herrero, Eduardo Torres-Dulce y Luis Alberto de Cuenca. Durante la conversaci¨®n cita pel¨ªculas y secuencias saltando de unas a otras con felicidad infantil. T¨² y yo, Centauros del desierto, El puente de Waterloo, Los puentes de Madison, D¨ªas sin vida. ¡°D¨ªas sin vida es sobre Scott Fitzgerald y Sheila Graham. El final es incre¨ªble. ?l est¨¢ con los folios de El ¨²ltimo magnate, su novela. La ve a ella, est¨¢ todo bien, est¨¢ todo en orden, est¨¢ todo limpio, ha dejado de beber, fuera hace un d¨ªa estupendo. Y dice: ¡®Soy de esa clase de personas a las que el ¨¦xito le sienta bien. Hay gente que necesita un fracaso de vez en cuando para espabilar. Yo no¡¯. Entonces se desploma y muere. La vida, amigo¡±. ¡°?Qu¨¦ cl¨¢sico viste hace poco?¡±, pregunta de repente. ¡°La noche se mueve¡±. ¡°Ah, Night Moves. Arthur Penn. Y ese di¨¢logo:
¨C?D¨®nde estabas cuando mataron a Kennedy?
¨C?Qu¨¦ Kennedy?
¨CCualquier Kennedy¡±.
P. ?Cree en Dios?
R. Me gustar¨ªa, porque si as¨ª fuese pensar¨ªa que en el cielo est¨¢ el Madrid ganador de la Copa de Europa al Eintracht jugando contra el Brasil que gan¨® el Mundial 58. ?Ver a Cassius Clay contra Joe Louis! Pero eso qu¨¦ es. Eso es el cielo. Por eso merecer¨ªa la pena creer en Dios.
P. ?Pero no?
R. Ahora que me acerco a la pr¨®rroga: no hay nada. Como no hab¨ªa nada antes de que naciese. O hay misericordia, misterio. Un d¨ªa estaba con Severo Ochoa en el bar del hotel Reconquista de Oviedo. Hablamos de cine. La charla se alarg¨®, y me dijo: ¡°Deseng¨¢?ate, somos f¨ªsica y qu¨ªmica¡±. Yo le dije: ¡°?Y esa gota de verm¨² seco que nos han echado en el martini y que ha revolucionado la ginebra, y ya no es ginebra?¡±. Somos f¨ªsica y qu¨ªmica, y una gota de misterio que nunca vamos a entender. Como cuando con la m¨²sica te acercas a algo que no puedes definir. Yo escucho el segundo movimiento de la S¨¦ptima sinfon¨ªa de Beethoven y¡ ?nunca has tenido la sensaci¨®n de que hay algo cerca de ti que no sabes lo que es? No tiene que ver con la religi¨®n. La religi¨®n la hemos hecho nosotros, hemos inventado todo eso. La Biblia la han escrito decenas y decenas de escritores, es un libro de ciencia ficci¨®n precioso. Pero de la muerte no ha venido nadie. Ulises, el ¨²nico.
P. No hay para¨ªso, por tanto.
R. Esa gente que dice que despu¨¦s vendr¨¢ un mundo mejor y m¨¢s feliz. Co?o, pues vete, a qu¨¦ esperas si aqu¨ª te van a quitar la hipoteca. ?Ah, pero no se va nadie! A d¨®nde te vas a ir.
P. ?A d¨®nde le gustar¨ªa ir a usted?
R. De momento a mi casa. Le dec¨ªa Watson a Sherlock Holmes en la pel¨ªcula de Billy Wilder: ¡°Me voy, que se me ha hecho tarde¡±. Y contesta Holmes una frase encantadora: ¡°A nosotros nunca se nos hace tarde, siempre se nos hace pronto¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.