Una l¨¢grima por Luis de Pablo
Fue uno de los grandes compositores de nuestro tiempo y un creador de una curiosidad intelectual ilimitada
Adi¨®s, Luis.
[El compositor Luis de Pablo falleci¨® este domingo en Madrid a los 91 a?os].
Llevabas noventa y un a?os de vida, y m¨¢s de sesenta de carrera creativa. Muy pronto te diste cuenta de que la m¨²sica era tu ¨¢mbito y, dentro de ¨¦l, te interes¨® la l¨ªnea creativa: no necesitaste dominar ning¨²n instrumento, pero aprendiste las posibilidades de cada uno de ellos para explotarlos en tus partituras. Lleg¨® la m¨²sica electroac¨²stica ¨Delectr¨®nica, dec¨ªamos en los sesenta¨D y miraste sus posibilidades sonoras y expresivas de la misma manera que hab¨ªas hecho, por ejemplo, con el clarinete o con el contrabajo o con el xil¨®fono. Se trataba de integrar, de acumular saberes para tenerlos siempre a mano. Y desde siempre has devorado con el o¨ªdo a la orquesta, el instrumento total. Y siempre te ha interesado la voz, no solo como instrumento canoro, sino tambi¨¦n como portadora de la palabra, de la fon¨¦tica, de la dicci¨®n, de la articulaci¨®n ling¨¹¨ªstica, base de la poes¨ªa y del teatro.
Hab¨ªa que vivir y, as¨ª, en los a?os cincuenta, pusiste tu capacidad de parir m¨²sica al servicio de cineastas y productoras e hiciste bandas sonoras para tantas pel¨ªculas. Pero tambi¨¦n sentiste como necesidad abrirte al conocimiento de otros pa¨ªses, de otras lenguas, de otras culturas; y emprendiste viajes y estancias en Francia, Alemania, Argentina, Estados Unidos, Canad¨¢, Italia... para ampliar tu formaci¨®n y, sobre todo, los l¨ªmites de tus miras intelectuales y art¨ªsticas. Y estudiaste la m¨²sica de culturas no occidentales.
Con tal bagaje y un reconocimiento ya internacional, te afincaste en Madrid, aunque nunca hab¨ªas dejado de visitarlo, de la misma manera que, a partir de tu establecimiento, nunca has dejado de hacer ¡°excursiones¡±. Te empe?aste, con esfuerzo no siempre coronado por el ¨¦xito, en dedicarte en exclusiva a la composici¨®n. Pero, una vez m¨¢s, hab¨ªa que vivir y, en consecuencia, no has podido ni has querido (??) aislarte en tu estudio, y has impartido cursos y clases magistrales ¨Den Espa?a y tantos pa¨ªses de Europa y las Am¨¦ricas, m¨¢s Jap¨®n¨D y has pronunciado conferencias y has escrito reflexiones y has concedido entrevistas y has recibido en casa a j¨®venes compositores que demandaban orientaci¨®n... a la vez que compon¨ªas, compon¨ªas, compon¨ªas. Entre los encargos y tu necesidad de componer continuamente ¨Duna necesidad intelectual, pero tambi¨¦n casi f¨ªsica¨D, has sido autor prol¨ªfico, generoso, fecundo.
Tu aportaci¨®n ha sido monumental, Luis, te lo dije muchas veces. Y t¨² lo sab¨ªas. Nunca abriste la cola de pavo real, pero lo sab¨ªas: entre las caracter¨ªsticas fundamentales de tu profunda inteligencia, estaba la de saber desbrozar, y conoc¨ªas en qu¨¦ campo jugabas el partido de crear m¨²sica en los siglos XX y XXI.
Adi¨®s, maestro. Adi¨®s, amigo.
Babelia
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