Una faena de locos
Morante de la Puebla corta tres orejas en una tarde arrebatada, ante una deslucida corrida de Garcigrande
Una faena de locos. El titular es del propio Morante, que as¨ª defini¨® en los micr¨®fonos de la tele su labor ante el cuarto toro de la tarde, al que le cort¨® las dos orejas.
Algo de raz¨®n de ten¨ªa. El toro titular fue devuelto sin raz¨®n aparente, y solo porque el p¨²blico protest¨® su peso (449 kilos) reglamentario. El propio torero mostr¨® su extra?eza, pero sali¨® como sobrero un ejemplar de Sancho D¨¢vila, m¨¢s guapo que el anterior, de comportamiento desigual en el caballo, y de noble y suave embestida en la muleta. All¨¢ andaba Morante intentando interesar al p¨²blico con muletazos entonados cuando, de pronto, tambi¨¦n sin motivo conocido, la banda de m¨²sica deja de amenizar la labor del torero. Los tendidos protestan y es el propio Morante el que le pierde la cara al toro, dirige su mirada a los m¨²sicos y con llamativos gestos les indica que no vuelvan a tocar, como si ¨¦l dirigiera la banda.
A partir de ah¨ª, sucedieron dos cosas: primero, que la directora le hizo caso, y segundo, que Morante entr¨® en un estado de arrebato taurino y, acompa?ado por un p¨²blico c¨®mplice, firm¨® muletazos que si bien no fueron pinceladas art¨ªsticas, s¨ª mostraron a un torero decidido y empe?ado en dejar claro que su labor s¨ª merec¨ªa el acompa?amiento musical. Mucho m¨¢s animoso que en el inicio de faena, enardeci¨® a los tendidos con vistosos ayudados y una tanda de hondos naturales de frente antes de cobrar una estocada ca¨ªda que no impidi¨® que el presidente mostrara los dos pa?uelos a la vez y, a continuaci¨®n, el azul, que premiaba al toro con la vuelta al ruedo sin que la mereciera.
Morante ya hab¨ªa cortado una oreja en su primero, ante un animal soso y con escaso celo, pero ante el que mostr¨® que mantiene la actitud comprometida de la que ha hecho gala durante toda la temporada.
Despu¨¦s del triunfo del sevillano, Emilio de Justo sali¨® a por todas en el quinto. Recibi¨® a su toro con una larga cambiada de rodillas en el tercio y lo veronique¨® con decisi¨®n. Brind¨® a la concurrencia y pronto comprob¨® que ese animal ten¨ªa movilidad, no humillaba en la embestida, y pronto cant¨® su deseo de abandonar la pelea. Lo encel¨® De Justo en un par de tandas con la mano derecha, pero el toro consigui¨® guarecerse en las tablas, y ah¨ª, en tan inc¨®modo terreno, tuvo que entrar a matar el torero. Y fall¨® reiteradamente, como era lo l¨®gico. En fin, que el buen deseo de Emilio de Justo lo rompi¨® la mansedumbre de su oponente. Sin clase alguna y desbordante de soser¨ªa fue su primero.
Juan Ortega no tuvo suerte ninguna con su lote. Una ver¨®nica de las grandes a su primer toro es todo lo que pudo lucir.
GARCIGRANDE / MORANTE, DE JUSTO, ORTEGA
Toros de Garcigrande -el cuarto, devuelto-, mal presentados, anovillados y feos de hechuras, mansos y descastados; sobrero de Sancho Dávila, correcto de presentación, mansurrón y bonancible en el tercio final. Fue premiado con la vuelta al ruedo.
Morante de la Puebla: casi entera baja (oreja); estocada baja (dos orejas).
Emilio de Justo: estocada baja (ovación); pinchazo, estocada baja -aviso- pinchazo y bajonazo (ovación).
Juan Ortega: estocada y un descabello (palmas); estocada baja (palmas).
Plaza de toros de Jaén. 16 de octubre. Corrida de feria de San Lucas. Más de tres cuartos de entrada sobre el aforo completo.
Babelia
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