Alicia en el pa¨ªs del ¨¢cido
Los motivos de que ¡®White Rabbit¡¯, el himno de Jefferson Airplane, todav¨ªa suene fresco y relevante
Vuelve, siempre vuelve. White Rabbit, el tema cl¨¢sico de Jefferson Airplane, suena en el tr¨¢iler de The Matrix Resurrections, la nueva entrega de la saga protagonizada por Keanu Reeves. Y encaja perfectamente en un universo cyberpunk, hasta por remotas razones hist¨®ricas: los m¨²sicos de Jefferson Airplane se foguearon en un club de San Francisco llamado¡ The Matrix.
En realidad, White Rabbit se grab¨® en Los ?ngeles el 3 de noviembre de 1966, con uno de los magos de los estudios RCA, Dave Hassinger, responsable de esculpir Satisfaction y otras joyas de los Rolling Stones de aquel momento. Hay que celebrar su labor, tan decisiva como la de los instrumentistas. Hab¨ªa una embarullada versi¨®n (t¨¦cnicamente, la original) de The Great Society, pero la pieza fue depurada por Jefferson Airplane hasta alcanzar su hechura sinuosa, ex¨®tica, amenazadora, como una cobra que prepara su ataque.
La letra es tanto advertencia como arenga. Grace Slick va citando las aventuras alucin¨®genas de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas y concluye con el imperativo ¡°?alimenta tu cabeza!¡±. En entrevistas, Slick recuerda que su (privilegiada) infancia estuvo repleta de literatura sibilinamente drogota. No solo en los libros de Lewis Carroll: tambi¨¦n menciona el campo de amapolas de El mago de Oz o el polvo de hadas que permit¨ªa volar a Peter Pan.
Con el tiempo, Slick ha bajado el list¨®n: explica que lo de ¡°alimentar la cabeza¡± se refer¨ªa tambi¨¦n a leer, cultivarse. Pero en los sesenta, Grace era una proselitista del LSD. Como hab¨ªa estudiado en el mismo colegio que Tricia, la hija de Richard Nixon, fue invitada a una fiesta en la Casa Blanca. Calcul¨® que era la perfecta ocasi¨®n para hacer ¡°viajar¡± al presidente y se llev¨® unas dosis de ¨¢cido. No lleg¨® a tener la oportunidad: se hizo escoltar por Abbie Hoffman, uno de los m¨¢s estridentes activistas de la ¨¦poca. Daban el cante y no superaron el control de seguridad.
Volvamos a la m¨²sica. Slick y sus compa?eros desarrollaron White Rabbit seg¨²n el modelo de acumulaci¨®n instrumental del Bolero de Maurice Ravel, sazonado con la ambientaci¨®n hispana del Sketches of Spain, de Miles Davis y Gil Evans. Grace ten¨ªa un cuelgue serio con cierta visi¨®n m¨ªtica de Andaluc¨ªa, que confirmar¨ªa cantando versos en un espa?ol ortop¨¦dico en partes del tema principal de Manhole, su disco en solitario de 1974.
White Rabbit es una pieza polivalente. Ha encontrado acomodo en todo tipo de series, largometrajes, anuncios. Cambia de perfil seg¨²n la naturaleza del artista que decide interpretarla, desde punkis (The Damned) a jazzmen (Herbie Hancock con George Benson). Hasta parece transformarse cuando simplemente su letra es traducida, como en la recreaci¨®n de la libanesa Mayssa Karaa para la pel¨ªcula American Hustle (2013).
La fortaleza de la interpretaci¨®n de Grace Slick y sus c¨®mplices explica su durabilidad, a pesar de que pocos grupos cayeron en desgracia tan r¨¢pidamente como Jefferson Airplane. Una desgracia relativa: su reconversi¨®n en una banda mercenaria, Jefferson Starship, fue recompensada con mayores ¨¦xitos que en su primera encarnaci¨®n. Pero su intrahistoria es un relato de terror, con deserciones, rupturas, divorcios, chantajes, demandas judiciales, heridas supurantes.
No resulta extra?o que, finalmente, el grupo emblem¨¢tico del rock ¨¢cido de San Francisco terminara siendo The Grateful Dead, que mantuvieron una coherencia est¨¦tica y una mayor proyecci¨®n social, con su propia tribu multitudinaria, los deadheads. Sin embargo, los Dead entonces no generaron ¨¦xitos para la radio, mientras que Jefferson Airplane tuvo dos impactos imborrables en 1967, el a?o del Verano del Amor: este White Rabbit y el orgulloso Somebody to Love. Y las canciones mandan. Las canciones se imponen incluso en el tiempo futuro de Matrix.
Babelia
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