¡®Halloween Kills¡¯: entre truco o trato, mejor muerte

Halloween Kills resulta tan excesiva en su despliegue de sangre y nostalgia que por momentos acaba resultando m¨¢s cercana a la risa que al miedo, algo que no parece casual en una franquicia que despu¨¦s de cuatro d¨¦cadas parece escorada a la sana autoparodia. Dirigida por David Gordon Green, la pel¨ªcula vuelve a contar con la musa de la serie, Jamie Lee Curtis, en el papel de la abuela vengadora que retom¨® el mando en 2018 con La noche de Halloween y se cerrar¨¢ en 2022 con Halloween Ends. La actriz, productora junto al principal creador del fen¨®meno, John Carpenter, vuelve a meterse en la piel de Laurie Strode en una desquiciada persecuci¨®n contra el asesino de la m¨¢scara, Michael Myers.

La nueva pel¨ªcula juega hasta el agotamiento con lo autorreferencial, echando tambi¨¦n mano de su propio archivo de im¨¢genes: material de las primeras entregas que en una suerte de continuos flashbacks permite orientar al espectador m¨¢s despistado en la incesante cronolog¨ªa de v¨ªsceras y sangre. Del origen a la actualidad, toda la pel¨ªcula est¨¢ pasada por la picadora, la de carne y la de la memoria. Un grano vintage que ahonda en esa sensaci¨®n de tren del terror decorado con toneladas de memorabilia. Lo cierto es que ni Halloween ni los borbotones de sangre son ya lo mismo ante un p¨²blico cada vez menos impresionable y quiz¨¢ por eso solo en los 10 primeros minutos del filme el surtido de carne es para todos los paladares: quemada, estrangulada, empalada. La cosa ir¨¢ en aumento hasta el empacho y la risa.

Halloween Kills arranca donde acaba el anterior filme, con el personaje de Jamie Lee Curtis, su hija y su nieta rumbo a un hospital mientras Michael Myers se quema vivo encerrado en una jaula en un s¨®tano. Algo sale mal, c¨®mo no, y vuelta a empezar. Solo que por el camino se cruzar¨¢ otro psic¨®pata m¨¢s que confundir¨¢ la incontrolable y creciente rabia vecinal. Es ah¨ª donde la pel¨ªcula se pone grave en un intento de hablar de la naturaleza perversa de la violencia al presentar al vecindario de la apacible Haddonfield como una jaur¨ªa humana entregada a las leyes del linchamiento. Con inevitable brocha gorda, la caza del hombre por una masa enferma y enfurecida cobrar¨¢ un protagonismo tan loable como de consumo f¨¢cil y r¨¢pido. Con momentos logrados ¡ªcomo casi todos los de la pareja gay que ahora vive en la casa de infancia de Myers y que para celebrar Halloween se ponen Minnie and Moskowitz, de Cassavetes, mientras se fuman un porro¡ª Halloween Kills no pasa de la divertida mascarada del truco o trato.