Un accidente como el de Alec Baldwin no podr¨ªa ocurrir en Espa?a
La normativa nacional impide que el calibre de las armas de fogueo coincida con el de la munici¨®n real
¡°?Armero!¡±, grita el ayudante de producci¨®n de la pel¨ªcula. En ese momento, el profesional en armamento, tras haber revisado y cargado personalmente la pistola de fogueo ¨Dllamada detonadora y que tiene un calibre ligeramente menor que las reales¨D, se la entrega al actor. Este dispara hacia su supuesto objetivo, pero la pistola solo expulsa gases. ¡°?Corten!¡±, vuelve a gritar el primero de producci¨®n al o¨ªr la detonaci¨®n. El actor se gira entonces hacia el maestro armero y le entrega el artefacto. ¡°Ese es el final de un proceso administrativo antes de un disparo en un filme en Espa?a¡±, explica Alfonso Ruiz de Castro, de la empresa de efectos especiales Soldiers Atrezzo, responsable del armamento de pel¨ªculas y series de televisi¨®n como La casa de papel, Los hombres de Paco o Los ¨²ltimos de Filipinas. Por eso, en Espa?a un accidente con un arma de fuego como el protagonizado por el actor estadounidense Alec Baldwin este jueves, que cost¨® la vida a la directora de fotograf¨ªa de la pel¨ªcula Rust, Halyna Hutchins, e hiri¨® al director, Joel Souza, ¡°es simplemente imposible¡±, seg¨²n Ruiz de Castro. En Estados Unidos, las armas son reales y pueden disparar munici¨®n mortal. En Espa?a, en cambio, las detonadoras no admiten balas reales. Si se apretase el gatillo, reventar¨ªan.
Cuando un director requiere que se usen r¨¦plicas en sus pel¨ªculas tiene que cumplir un escrupuloso protocolo administrativo. La productora del filme debe pedir, en primer lugar, autorizaci¨®n a la Guardia Civil, que estudia la petici¨®n y la env¨ªa a la Delegaci¨®n de Gobierno. Esta, a su vez, revisa la documentaci¨®n del armamento y comprueba los datos del maestro armero. En caso de no encontrar objeciones, este ¨²ltimo es el encargado de custodiar, revisar, entregar y recoger las pistolas, fusiles o rev¨®lveres detonadores durante todo el rodaje. El actor nunca tiene en su mano un arma sin la atenta mirada del profesional que se la ha entregado.
La diferencia, por tanto, entre los protocolos espa?ol y estadounidense es notable. Ignacio Miguel, de Alucine, empresa especializada en efectos especiales, recalca que en ¡°Espa?a no se puede producir un accidente como el de Baldwin porque la munici¨®n real no entrar¨ªa en las detonadoras que se emplean en los rodajes¡±. El especialista insiste en que las balas de fogueo son, por tanto, m¨¢s peque?as que las aut¨¦nticas y llevan, adem¨¢s, un tope. ¡°Por supuesto, solo tienen la carga de la p¨®lvora y ning¨²n proyectil que pueda herir a nadie. Como mucho, una quemadura si se dispara desde muy cerca¡±. Sin embargo, en Estados Unidos las posibilidades de un accidente existen, como ya ocurri¨® en 1993, cuando Brandon Lee, hijo de Bruce Lee, falleci¨® al recibir un balazo durante el rodaje de El cuervo.
De todas formas, para Ruiz de Castro, el accidente de Baldwin es ¡°sumamente extra?o, porque los directores est¨¢n detr¨¢s de las c¨¢maras, a no ser que el actor estuviese bromeando con las v¨ªctimas y el arma estuviese cargada con munici¨®n real, algo imposible en nuestro pa¨ªs¡±.
Las ametralladoras, por su parte, llevan un reductor que impide directamente la salida del proyectil en el caso de que hubiesen sido cargadas por error. ¡°Antes estallan, que disparar¡±, incide el experto en armamento de Soldiers Atrezzo. Los tanques, por su parte, son reproducciones de los originales, y solo expulsan gases. ¡°Por supuesto, en este caso tambi¨¦n hay una supervisi¨®n de las autoridades, del Ej¨¦rcito y de la Guardia Civil¡±, a?ade Ruiz de Castro.
En el caso de utilizarse armas blancas, las empresas de efectos especiales reconocen que estas son de aluminio, no de hierro, y en muchas ocasiones retr¨¢ctiles. Si se necesita que se visualice la herida, se les oculta una c¨¢nula con tinta que produce el efecto del corte. Pero nada mata.
Babelia
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